A qué se dedican Phinnaeus y Hazel, los hijos mellizos de Julia Roberts

Julia Roberts es sin dudas una de las figuras más talentosas, bellas y codiciadas del mundo Hollywood. Fue llamada la novia de América, y aunque ha tenido varios romances todo cambió cuando conoció a Danny Moder, su esposo desde 2002 y el gran amor de su vida. Junto a él dio a luz a tres hijos.

La intérprete de Mujer bonita se convirtió en madre por primera vez poco tiempo después de contraer matrimonio. Fue precisamente el 28 de noviembre de 2004, cuando llegaron a este mundo sus hijos mayores: los mellizos Phinnaeus Walter y Hazel Patricia. Luego, en 2007, tuvo a su tercer hijo, Henry Daniel.

Ahora, con motivo del cumpleaños de sus hijos mayores, la actriz sorprendió al publicar en Instagram una foto de los niños cuando eran recién nacidos: "No hay palabras para describir la alegría, la diversión, la agitación salvaje de la vida juntos", escribió.

Desde que nacieron, los mellizos se han mantenido alejados del enfoque mediático, motivo por el cual no abundan muchas imágenes de ellos. Por eso esta misma imagen vintage es muy valiosa, por lo inédita que resulta ser.

Gracias a algunas fotos que Danny Moder colgó en sus redes, los fans sugieren que Hazel se parece cada vez más a su padre mientras que Phinnaeus hereda rasgos de la actriz, especialmente su distintivo cabello castaño rojizo.

El año pasado, los mellizos ingresaron a la universidad, un momento emocionante para Julia Roberts, quien por su carrera como actriz nunca pudo completar estudios universitarios. Los jóvenes estudian Bellas Artes e Informática y Ciencias de la Información, asistiendo a la Universidad de California, en Berkeley.

Amigos cercanos al famoso matrimonio describen a sus tres hijos como adorables, amables y con los pies en la tierra, siguiendo el firme enfoque de la actriz en la empatía y la humildad. Hazel de hecho es el ojo derecho de la intérprete de Un lugar llamado Nothing Hill, asesorándola en los vestuarios que la estrella presenta en los eventos de gala.

Los mellizos de Julia Roberts también heredaron la pasión de su padre por las actividades al aire libre, desde el fútbol hasta el surf. Mientras vivían en su mansión en Malibú, esta última era su afición favorita, aunque limitada por la presencia constante de los paparazzis.