El mayor secreto de Cameron Diaz que nunca quiso que se sepa
La actriz hizo lo imposible para que no llegue a la prensa pero fue imposible.
Cameron Diaz es una de las caras más bonitas de Hollywood. La famosa actriz alcanzó gran popularidad cuando tan solo tenía 22 años y fue parte de la película La Máscara junto a Jim Carrey. Desde ahí la escalera al estrellato no se detuvo, protagonizando grandes éxitos como Los ángeles de Charlie, Loco por Mary o La boda de mi mejor amigo. Hasta que ella decidió poner un stop en 2018, priorizar la familia y dejar su carrera de lado momentáneamente.
Pero nada es definitivo, porque en la actualidad la actriz se prepara para volver luego de cuatro años de ausencia junto a un gran compañero, Jamie Foxx. Ambos están rodando la nueva comedia de Netflix, De nuevo en acción, que promete volver a posicionarla en lo más alto.
En medio del anuncio de su regreso, Cameron Diaz estuvo hablando con varios medios sobre su nuevo proyecto y los años en los que estuvo ausente y se concentró en otras prioridades. Aunque la estrella siempre ha tratado de mantener su vida privada bajo siete llaves, se animó a contar un poco lo que la llevó a tomar la decisión de pausar su carrera.
Sin embargo hay dato de una de las rubia más famosas del mundo del que nunca quiso hablar. Es un secreto a gritos que sus primero pasos en la industria los dio en una película de contenido para adultos, algo que siempre trató de olvidar. Fue una decisión que tomó cuando luchaba por hacerse un lugar en Hollywood.
Cameron Diaz protagonizó la película She’s No Angel de John Rutter. Aquella cinta tiene una duración de tan solo treinta minutos y la rodó cuanto tenía 19 años, en 1992. Allí se la puede ver lucir ropa de cuero y ser parte de una escena sadomasoquista.
Cuando ella logró conseguir su papel en La Máscara, la actriz intentó todo para que aquellas imágenes no fueras distribuidas a tal punto que denunció a Rutter de falsificar su firma en la autorización de reproducción del video. Once años después, aquel trabajó le volvió a dar un dolor de cabeza, cuando el fotógrafo le pidió 3,3 millones de dólares para no vender la película.
Tiempo después, Cameron adquirió los derechos del film y demandó la productora para evitar que los detalles de su pasado salgan a la luz. El director volvió a demandarla y terminó perjudicándose, teniendo que cumplir una pena de tres años y ocho meses en la cárcel. Pero todos los esfuerzos de la estrella de cine fueron en vano, porque finalmente la película se filtró en Internet y la noticia dio vuelta al mundo.