El romance que no fue: ¿Keanu Reeves y Sandra Bullock estuvieron enamorados?
Los actores se conocieron en el rodaje de Máxima velocidad, la película que los llevaría al estrellato y en donde se inició una historia de amor en secreto que mutó en una gran amistad.
Las personas pasamos tanto tiempo en nuestros trabajos que resulta muy difícil no encontrar el amor allí. Si somos capaces de formar amistades muy lindas y poderosas, ¿por qué no nos vamos a poder enamorar? A los actores les sucede lo mismo, y los casos más comunes se suelen dar cuando su pareja de la ficción comienza a atraerlo en la vida real. ¿Se deja que los sentimientos fluyan o se prioriza el trabajo, como decidieron hacer Sandra Bullock y Keanu Reeves durante el rodaje de Máxima velocidad?
Máxima velocidad logró consolidar a Reeves como estrella y lanzó a Bullock a la mega fama. Jan De Bont, el director, ya tenía decidido que Keanu fuera el protagonista. El actor, que venía de trabajar con Francis Ford Coppola, Kenneth Branagh y Stephen Frears, en una primera lectura del guion no se interesó por esta historia que le parecía muy similar a Duro de matar. El estudio convocó a Joss Whedon, que reescribió la trama.
El nuevo enfoque más una charla con el director lograron convencer a Reeves. “De Bont no quería violencia gratuita en la película. Lo que hizo, en cambio, fue abordar ansiedades reales en el ser humano: el temor a los ascensores, a los micros y a los lugares públicos, la idea de ser tomado prisionero o la desesperación que sobreviene cuando nos hacen esperar demasiado”. Además recibió un plus que le encantó: le permitirían hacer todas las escenas de riesgo.
Para el protagónico femenino, De Bont tenía claro qué quería pero no a quién quería. No le interesaba una cara bonita sino una actriz que transmitiera una imagen de persona “real”, por eso rechazó a Michelle Pfeiffer, Demi Moore y Gwyneth Paltrow. El productor Joel Silver, que había trabajado con Bullock en El demoledor, le dijo que la morocha era ideal para el protagónico. Al conocerla, De Bont supo que no debía buscar más, ella era la indicada, pero el estudio la rechazó. El director insistió y logró que la aprobaran.
Todo transcurría bien cuando el 31 de octubre de 1993 una noticia sacudió a Hollywood. River Phoenix moría de una sobredosis. Reeves lo conoció mientras filmaban Te amaré hasta que te mate y volvieron a trabajar juntos en Mi mundo privado. La amistad entre ambos actores se consolidó. “Hasta ese momento, prácticamente no tenía amigos en la industria, porque no había conocido a nadie con quien quisiera pasar el rato en privado. Es más fácil para mí separar mi vida privada de mi vida laboral”, contaría Keanu.
Ante la muerte de River, sintió que el mundo se desplomaba. Pidió unos días no para intentar mitigar el dolor pero al menos para intentar soportarlo. “Lo único que podía asegurar era que nunca había sentido algo como eso en toda mi vida, era un dolor que iba mucho más allá de estar simplemente triste. No sabría cómo explicarlo, solo que no podía dejar de llorar por horas”. Cuando volvió al trabajo, Keanu se mostró todavía más reservado.
Pero ya sabemos que en esos días donde uno se despierta con ganas de extinguirse, aparecen personas que nos ayudan a volver a encendernos. Y eso pasó entre Keanu y Bullock. “Era súper talentosa en cualquier situación. Teníamos que hacer cosas loquísimas, pero ella era tan auténtica, y tan simpática e inteligente. Destilaba autenticidad. Fue una alegría tenerla cerca y trabajar con ella”, reconoció Reeves muchos años después en Entertainment Tonight y agregó que por ella “era lindo ir a trabajar”.
De su compañero de trabajo, Sandra contaba: “La primera vez que nos vimos me pasé mucho tiempo llenando silencios, solo para sentirme cómoda. Y cuanto más conversaba, él más callado se quedaba”. Pensó: “¡No entiendo lo que ocurre! Me mira con ojos confusos. Está callado. ¿Dije algo que lo ofendió?”. Entonces, un día o dos después, le llegaba una papelito donde él le había escrito con linda letra: “Estuve pensando lo que me dijiste. Gracias”.
Un detalle mostró que realmente Keanu la escuchaba. La actriz le comentó que jamás había probado ni champagne ni trufas. Al día siguiente, Bullock estaba haciéndose la manicura con una amiga, escuchó cómo una moto se acercaba a su casa y estacionaba. Sonó el timbre. Al abrir la puerta se encontró a Reeves con un enorme ramo de flores, una caja con trufas y una botella. “Pensé que te gustaría probar el champán y las trufas”.
Al estrenar la película, cuando le comentaban la química con su compañero, Bullock admitía: “Me encanta la manera en que mira Keanu cuando me besa en Máxima. ¿Por qué no nos miran así los chicos con los que salimos?”.
Tuvieron que pasar 25 años para que ambos reconocieran que entre ellos había una atracción que no era fatal pero sí romántica. Bullock contó que durante todo el rodaje estuvo muy nerviosa porque él le resultaba encantador. ”Era difícil para mí comportarme seriamente”, le aseguró a Ellen DeGeneres. “Él me miraba y yo, no sé, yo me reía... Recuerdo lo dulce y lo bonito que era”. Sandra estaba convencida de que Reeves nunca se fijaría en ella. “Nunca salí con él. Supongo que había algo de mí que no le gustaba”, dijo con ternura.
Lo increíble es que a su compañero le pasaba lo mismo. Cuando fue el turno de Keanu en el programa de Ellen, el actor aseguró no haberlo notado y confesó: “Evidentemente Sandra no sabía que yo estaba enamorado de ella”. “¿Por qué nunca pasó nada en la vida real si ambos se gustaban?”, preguntó DeGeneres como una fanática más que deseó verlos juntos fuera de la pantalla. “Estábamos trabajando”, se lamentó el actor. “Era lindo ir al set”, dijo Reeves, admitiendo que la química entre ellos fue algo real.
El romance no nació pero sí surgió entre ellos una amistad que continúa hasta hoy. “Podemos crecer juntos en carreras paralelas y reunirnos para cenar y tratar de trabajar juntos, pero cuanto más pasa el tiempo, más asombrada estoy del ser humano que es. ¿Hubiera podido decir eso si él me hubiera dejado -en caso de haber tenido un romance- y me hubiera hecho enojar? Probablemente no”. Aunque parezca anacrónico o terriblemente romántico hasta hace unos años se comunicaban por carta porque Keanu se negaba a usar una computadora o tener mail. Solían encontrarse dos o tres veces al año eso sí, según reveló ella elegían “un lugar que no sea fácil de encontrarnos, así que nos dejan bastante tranquilos. No somos tan interesantes. Realmente, no lo somos”.
Sin un romance explosivo para promocionar, pero con una buena propuesta como película de acción, Máxima velocidad arrasó en los cines con la misma fuerza que avanzaba el micro. “Me di cuenta de que mi vida no volvería a ser la misma cuando un flash apareció por sobre la puerta del baño público donde estaba haciendo pipí”, le contaba Bullock a la revista Film Review. Su cuenta bancaria también notó la diferencia. Por la primera versión de Máxima velocidad cobró 500 mil dólares, por la segunda: 12 millones.
Lejos de los flashes, la vida personal de la actriz también sufrió una gran decepción. Luego del estreno rompió su noviazgo de cuatro años con Tate Donovan, que no pudo soportar su éxito. Cuatro años después de Máxima velocidad, Keanu Reeves conoció a Jennifer Syme. Se enamoraron y comenzaron un romance; al poco tiempo ella quedó embarazada. Jennifer tuvo un parto prematuro: la beba alcanzó a vivir unas horas y murió. Su mamá quedó sumida en una tristeza muy fuerte que terminó con la pareja, aunque siguieron en contacto. El 1 de abril de 2001, Jennifer falleció en un accidente. Fue enterrada junto a su hija. Reeves ayudó a llevar su ataúd a la salida de la iglesia. Nunca lo dijo, nunca lo contó pero intuimos que en medio de su tristeza, el actor recibió el llamado de su amiga.