Britney Spears no pierde su esencia y en una graciosa publicación confesó por qué no asistió a la Met Gala

La Met Gala es tan popular, tan esperada, tan criticada, tan polémica que semanas después se sigue hablando de cada uno de los eventos que originó. Esta vez, quien salió a hablar fue Britney Spears justificando su gran ausencia. Desde que recuperó oficialmente la autonomía de sus finanzas y su vida personal, la artista haría su debut en la Met Gala este año, sin embargo, rechazó la invitación de Anna Wintour por una graciosa razón.

El fin de semana pasado, la cantante reveló a través de sus redes sociales que sí planeaba ir al evento, sin embargo, después cambió de parecer. En su perfil de Instagram compartió un video desde la sala de su casa posando en un vestido rojo cubierto con corazones negros, unas botitas negras y su mascota Wendy.

Fue en la descripción de su clip donde contó la graciosa historia: “iba a ir a la Met Gala pero mejor me metí a la tina con mi perro y me puse la pijama. Odio volar en avión”, expresó la intérprete de 40 años.

Britney se encuentra planeando su boda con Sam Asghari, aunque hace algunas semanas recibieron malas noticias. Después de anunciar su tercer embarazo, Spears anunció a sus fans que había perdido a su bebé y que necesitaría privacidad y apoyo durante el difícil momento. Sin embargo, semejante tragedia no ha impedido a la princesa del pop declararse "más feliz" que nunca y transmitir con efusividad su emoción por el momento que vive ahora que es libre de su opresiva tutela legal.

"¡Nunca he sido más feliz en mi vida. En los meses que han pasado desde que recuperara la libertad, al margen de mi aborto! Mi espíritu se siente más ligero y ahora me río de forma genuina. Mis ojos están hambrientos y cada día quieren más", posteó la artista en la red social Instagram.

La estrella del pop también se prepara estos días para la futura publicación de un libro autobiográfico, en el que contará, con todo lujo de detalles, sobre ese largo período de humillaciones que sufrió a manos de su propio padre, trece años de incapacidad a la hora de tomar decisiones económicas y personales.