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De prohibidos a visionarios: el cambio que generó el distrito minero en los pioneros de la minería

Mario Chabert, uno de los principales defensores del potencial geológico del sur mendocino, confía en que la exploración en el Distrito Malargüe será exitosa.

Edu Gajardo jueves, 28 de noviembre de 2024 · 09:30 hs
De prohibidos a visionarios: el cambio que generó el distrito minero en los pioneros de la minería
Dos de los geólogos que "la vieron" y avanzaron antes en la exploración del Sur mendocino. Foto: Gobierno de Mendoza

La combinación por la que el Gobierno de Mendoza decidió avanzar con un distrito minero en Malargüe fue la denominada licencia social y el potencial geológico. Esto último, es clave para poder atraer inversores que inviertan su capital de riesgo en procesos de exploración.

Gran parte del potencial sobre el cual se sustenta el impulso minero de la administración de Alfredo Cornejo se debe al trabajo de geólogos que recorrieron durante años la cordillera y sumaron información a distintas propiedades principalmente con trabajos de prospección. En eso se encontraban en 2007, cuando se aprobó la Ley 7.722 y todo se detuvo.

Como recuerda el geólogo Mario Chabert, en ese momento pasaron a estar literalmente prohibidos y apuntados por ser mineros. Chabert, junto a otros especialistas que mantuvieron las propiedades mineras y empujaron la posibilidad de explorarlas, son una especie de padres del distrito minero que hoy se está habilitando para el desarrollo de la exploración.

Ya con 34 proyectos con aval político para la exploración, Agaucu, la compañía minera que mantiene Chabert hace décadas, es una de las que más propiedades negoció. Según dijo, el nivel de información que tenían sus proyectos fue clave para que haya logrado concretar el primero paso de la cadena de desarrollo en la industria minera.

-¿Esperaba ver un impulso minero como el actual?

-Bueno, no me lo imaginaba, pero es lo que queríamos y es para lo cual hemos trabajado durante 30 años para poder desarrollar la minería en Mendoza. El lema nuestro es traer el desarrollo a Mendoza a través de la minería y lo hemos tratado de hacer siempre. Lo que pasa es que estuvimos muchos años prohibidos en forma absolutamente terminal y hace muy poco empezó a verse la luz de nuevo. Hoy parece mentira encontrar al gobernador de Mendoza, hablar a favor de la minería, traer otros gobernadores para que hablen a favor de la minería en Mendoza. Ver que la prensa está a favor nuestro, ver que la universidad está a favor nuestro, ver que las cámaras están a favor nuestro. Realmente para nosotros es una muy agradable sorpresa y muy contentos estamos de que esto realmente podamos tratar de desarrollar por lo menos la exploración minera que es la base, la primera para luego tener minería. 

-Los geólogos más antiguos siempre insistieron con el potencial de Malargüe ¿Se siente una especie de padre del distrito minero?

-No. Todos hemos colaborado. Nuestra empresa Minera Agaucu hace 30 años que tiene las propiedades mineras en la faja miocena de Malargüe. Hace 30 años que discutíamos, primero con los geólogos internacionales, si la faja, la famosa faja del Teniente, continuaba o no dentro de Argentina. Muchos nos decían que no, algunos estaban de acuerdo, nos decían que sí y a nosotros nos sirvió mucho la experiencia que tuvimos con fabricaciones militares porque habíamos detectado ciertas anomalías minerales dentro de Malargue al sur de la faja del Teniente. Y por eso nosotros nos decidimos a tomar esas propiedades y a desarrollarlas. O sea, nosotros hicimos muchos trabajos de prospección junto con Vale. Hicimos prospección aérea con helicópteros, con avión, en vehículos, con caballos. Ahí se seleccionaron 40 blancos con posibilidades de mineralización, de los cuales tomamos las propiedades y hoy en día las estamos negociando. Hemos negociado algunas con grandes empresas o medianas empresas canadienses fundamentalmente. Así que nosotros estamos muy contentos, orgullosos de haber colaborado un poco, un pequeño granito de arena y hoy recogiendo realmente el resultado de ese trabajo de 30 años que estuvimos muy mal. Bueno, si ustedes recuerdan, el nombre mío figuraba como un asesino en los carros de los antimineros cuando hacían el contra en el carrusel de la Vendimia. Entonces, la hemos pasado muy mal. Entonces, esto fue duro para nosotros, entonces por ahí cuando alguien habla de los especuladores mineros realmente nos molesta un poco.

-¿Cree que hablar de especuladores mineros es un poco desconocer cómo funciona el negocio?

-El primer escalón, nosotros somos el primer escalón en el que detectamos la presencia de mineral en una zona y tratamos de ver qué es ese mineral, a qué modelo económico minero pertenece, sacar las primeras muestras, hacer los primeros mapas geológicos, determinar qué tipo de alteraciones hay. Entonces, todo un trabajo muy lento, muy difícil. Por supuesto, todo a caballo, aquí no hay camino, no hay vehículo, no hay nada. Hay que entrar días enteros en la cordillera. Entonces, todo ese sacrificio, bueno, hoy en día estamos muy contentos porque estamos viendo que está dando su fruto. 

-Justamente las propiedades que hoy tienen más información son las que se están negociando de mejor manera, son las que ustedes sostuvieron.

-Exacto. Y las otras están ahí a la espera de que se comiencen estos trabajos ahora. O sea, no es lo mismo una propiedad minera que un proyecto minero. Un proyecto minero es la propiedad minera con la información. Eso es un proyecto minero. Y si la información es positiva, mucho mejor, por supuesto. 

-Ahora, Mario, es importante siempre el volumen de la exploración. El gobierno ya está anunciando que para el 2025 esperan tener 130. Me imagino que los conoce todos.

-Casi todos, si los conozco.

-La estadística dice que con uno que llegue a mina ya sería un éxito ¿Cree que se va a encontrar más?

-Sí, estoy absolutamente seguro. Nosotros tenemos el ejemplo muy claro del norte de San Juan, en el límite con La Rioja. Nosotros tomamos en un momento una propiedad en donde no había nada. Cero, cero, cero referencia minera. Hoy en día, en ese pedazo que no había nada, están Josemaría y Filo del Sol, los proyectos de cobre porfírico más grandes del país. Entonces, cómo se llega a eso. Con exploración y fundamentalmente un avance gigantesco en la apertura de camino. La cordillera nuestra, en el sur de Mendoza, prácticamente no tiene camino. Entonces, el día que abran los caminos no tenemos ninguna duda que van a aparecer más proyectos. Y junto con la gente de Pilares, estamos entendiendo que el potencial es para entre cuatro y ocho proyectos mineros en desarrollo. 

-¿Todos en esa zona? 

-En esa zona, en Malargüe. Y obviamente hay otros proyectos muy importantes en el resto de la provincia de Mendoza, que esperamos que se sumen. Que se vayan sumando a la medida que vean que las cosas están yendo bien en Malargüe y que hacemos las cosas bien. Eso es muy importante. No podemos cometer errores. Tenemos que ser muy prolijos y muy limpios para trabajar.

-¿Cuál va a ser el mayor desafío que se van a encontrar los que van a ir a explorar?¿Lo que destacaba de los caminos?

-Una son los glaciares. Hay varios glaciares en algunas zonas, entonces no vamos a poder trabajar allí. Después están los humedales, también va a haber que dejarlos de lado. Tal vez tengamos algún pequeño problema con algunos de los pueblos originarios de allí. Que son pocos. Y después el problema más grave es la accesibilidad. En ese sentido es bárbara la ayuda que nos está dando la gente de Impulsa. Van a hacer un camino troncal, eso es fabuloso. Otro de los problemas son los inviernos cuando son muy duros. Por ejemplo el otro día estuvimos cerca de la cordillera y todavía a esta altura, casi diciembre, está lleno de nieve. Entonces eso nos dificulta un poco la campaña. 

-¿Con qué trabajo deberían empezar la mayoría de los proyectos?

-En los que no tienen información hay que empezar a hacer geología, geoquímica, geofísica, tal vez algo un poquito más. Y ya las que tienen, como en el caso de las nuestras, ya hay que empezar con caminos, perforaciones, campamentos, geofísica avanzada. Pero cada proyecto tiene diversas etapas y cada etapa tiene un presupuesto.

¿Cuánto va a costar?

-Por ejemplo, tal vez para empezar a explorarlas con US$100.000, US$150.000, US$200.000 estemos. Pero ya cuando estamos en la etapa un poco más avanzada, hay que pensar en US$3 millones, US$4 millones o US$5 millones.

¿Qué es lo que van a hacer?

Nosotros, por suerte, tenemos las áreas nuestras bastante avanzadas. Entonces, por eso, la gente de Kobrea, que tomó 7 de los proyectos nuestros, ha comprometido una inversión de 20 millones de dólares en los próximos 2 años.

-¿Ustedes también negociaron algunos de los proyectos que tienen con Wincul?

-Sí, claro. Para ampliar la zona donde están perforando el Cerro Amarillo.

-¿Cómo son esas propiedades?

-Bueno, una de las propiedades, que se llama Tango, fue explorada en su momento y tiene un potencial muy fuerte en pórfido de cobre, definido como tal. 

-¿Qué es lo que espera de lo que se viene?

-Primero, fundamentalmente esperamos demostrar la importancia que tiene la minería en el desarrollo de la provincia y en el desarrollo del país. Vemos con muchísima envidia a los hermanos San Juaninos que tienen, que están 20 años adelantados con nosotros. Pero bueno, tendremos que hacer el esfuerzo para alcanzarlo y para participar en el desarrollo minero. Lo que pasa es que también a nosotros hoy, en este momento, nos favorece mucho la situación mundial, en donde desesperadamente se busca estos minerales para el traslado energético. Y fundamentalmente la posición de Argentina, totalmente abierta a la inversión, y bueno, y ahora la posición de Mendoza. Entonces, como dicen, se han alineado los planetas.

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