Criptomonedas

Por qué los gobiernos no pueden detener a Bitcoin

La incapacidad de los gobiernos para detener Bitcoin es la razón principal detrás de su mayor adopción. Entonces, ¿Por qué los gobiernos no pueden detener a Bitcoin?

Contenido externo lunes, 27 de junio de 2022 · 10:36 hs
Por qué los gobiernos no pueden detener a Bitcoin
Foto: Freepik

Los gobiernos de todo el mundo critican cada vez más a Bitcoin como una moneda problemática que socava sus controles de capital. Algunos incluso han prohibido a sus bancos e instituciones financieras comerciar con criptomonedas porque es un mercado no regulado. Bitcoin continúa enfrentando un mayor escrutinio del gobierno, lo que influye significativamente en las presiones regulatorias. Si está interesado en operar con yuanes digitales, consulte sitios web como Yuan Pay Group.

Mientras tanto, la adopción y el uso a nivel mundial de Bitcoin han crecido mucho en los últimos años. Los expertos creen que la tendencia continuará a medida que muchas instituciones, empresas y personas a nivel internacional adopten Bitcoin como un medio de pago e inversión más confiable que los activos tradicionales y el dinero fiduciario. 

Quizás, la incapacidad de los gobiernos para detener Bitcoin es la razón principal detrás de su mayor adopción. Entonces, ¿Por qué los gobiernos no pueden detener a Bitcoin? 

Un sistema financiero descentralizado

La descentralización de Bitcoin es una de las principales preocupaciones que varios gobiernos y agencias reguladoras se han planteado. Los bancos centrales y las agencias reguladoras han sido los únicos custodios de las transacciones financieras en todo el mundo. Por ejemplo, Estados Unidos depende de la Reserva Federal para imprimir y crear dinero para su economía. Esa institución también es el prestamista de última instancia, regulando todas las transacciones en toda la economía estadounidense. 

Los sistemas tradicionales encomiendan a los gobiernos y sus agencias impuestas para regular la oferta y circulación de dinero. Por lo general, estipulan múltiples intermediarios, como bancos e instituciones financieras, para distribuir y controlar el flujo y el uso del dinero en la economía. Esto les da a los gobiernos el poder absoluto de dictar cómo transferir dinero y los sectores a los que debe distribuirse, además de rastrear su uso. También generan ingresos a través de los impuestos que gravan las empresas y las personas. 

Bitcoin puede desmantelar los sistemas financieros tradicionales impuestos por los gobiernos porque es descentralizado, sin vínculos con ningún gobierno o institución financiera. A diferencia de las monedas fiduciarias distribuidas y reguladas por los bancos centrales, ninguna autoridad central controla el suministro y uso de Bitcoin. En cambio, la red de Bitcoin se basa en mineros independientes para acuñar nuevos tokens y validar transacciones. La red descentralizada de Bitcoin también está constituida de miles de nodos distribuidos aleatoriamente en todo el mundo. 

Bitcoin permite que cualquier persona con un nodo completo se una a la red. Los mineros producen nuevos tokens de Bitcoin resolviendo complejos acertijos matemáticos dictados por el protocolo de Bitcoin. Además, la minería de Bitcoin también ocurre a un ritmo predeterminado, no sujeto a la economía de oferta y demanda. Esto elimina intermediarios como bancos y procesadores de dinero, lo que socava el control del gobierno sobre la oferta y el uso del dinero. Por lo tanto, los gobiernos no tienen absolutamente ninguna forma de detener la adopción y el uso de Bitcoin. 

Transacciones entre pares 

Los gobiernos suelen imponer diversas leyes y reglamentos para controlar las transacciones dentro y fuera de sus fronteras. Por ejemplo, requieren que los bancos y otras instituciones financieras cumplan con las reglas de Conozca a su cliente (KYC por sus siglas en ingles). Eso hace que sea imperativo que las empresas y las personas proporcionen pruebas de sus identidades reales para realizar transacciones. Además, los sistemas tradicionales también estipulan intermediarios para supervisar todas las transacciones transfronterizas. Eso permite a los gobiernos mantener un estricto control sobre las transacciones financieras, a veces incluso el rechazo de los pagos. 

Sin embargo, Bitcoin opera con un concepto diferente al de los sistemas tradicionales. Se basa en una red de cadena de bloques (blockchain) de igual a igual entre pares, lo que limita las transacciones a las dos partes involucradas. Las transferencias de dinero de Bitcoin ocurren en el blockchain, lo que elimina la necesidad de intermediarios para distribuir y administrar fondos. La red peer-to-peer de Bitcoin hace que sea extremadamente difícil para los gobiernos monitorear las transacciones y controlar el flujo de dinero. Además, permite a los usuarios recibir y transferir fondos en todo el mundo sin interferencia del gobierno. 

Si bien los gobiernos han expresado su creciente preocupación por Bitcoin, no existe un consenso universal sobre su regulación. No obstante, la red descentralizada de Bitcoin y las transacciones entre pares son las razones clave por las que los gobiernos no pueden detenerlo.

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