Dudas

El acuerdo con el FMI: una muy buena señal (con tres interrogantes)

Si bien el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es una buena noticia para el país, todavía quedan muchas cosas por analizar.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño viernes, 4 de marzo de 2022 · 15:00 hs
El acuerdo con el FMI: una muy buena señal (con tres interrogantes)
Foto: Twitter @KGeorgieva

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es una buena noticia, pero también es tiempo para analizar las dificultades futuras. Ya se conoce el texto completo del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), de donde se desprenden tres certezas inevitables. La primera, es que es muy difícil sostener el ritmo de disciplina fiscal hasta diciembre de 2023, con una coalición gobernante que se jugará la supervivencia en el segundo semestre del año. La segunda, es que si bien no hay pagos importantes hasta el 2026, es difícil que desde ese año (y hasta el 2032) el país disponga de casi 8.000 millones de dólares. La tercera, es que se confirma que el acuerdo implica que habrá 10 durísimos exámenes que aprobar; hasta poder llegar al comienzo del Facilidades Extendidas en el primer trimestre del 2025.

Sobre el primer punto, la especulación de todos los actores intervinientes que es que esto se dará más temprano que tarde. Y esto justifica una de las características del acuerdo que se negocia: que tenga dos partes, con una primera etapa que vencerá en 2,5 años; esto es, a sólo un cuarto de transcurrido el acuerdo. En fechas concretas, teniendo en cuenta que se podría firmar entre marzo y abril y comenzar a regir formalmente entre mayo y junio; antes de diciembre de 2024 el Facilidades Extendidas que debería regir hasta el 2032, ya estaría caído.

Esto acontecería incluso antes que el país debiera comenzar a pagar los vencimientos, en algún momento del 2026; pasados cuatro años de vigencia del acuerdo. Especulando entonces en que durante los próximos dos años y medio el Facilidades Extendidas caería porque Argentina no cumpliría con las metas firmadas, se podría ya comenzar a pensar en el período exacto en que esto ocurriría. Como se contó ayer, Argentina aceptará las revisiones trimestrales del Fondo, en lo que representa el costado político más difícil de digerir para la coalición gobernante.

Como se estima que el Facilidades Extendidas tradicional a 10 años será negociado con un novedoso esquema de dos etapas, con una primera de 2,5 años; habrá 10 revisiones. Estas se concretarán entre el segundo semestre de este año y diciembre del 2024. Si Argentina llegara a cumplir con todos estos 10 exámenes, hacia el primer semestre del 2025, año en que el país podría haber una renegociación general de términos y condiciones, para el resto de la vigencia del acuerdo. O, eventualmente, su renovación; los que será cuestión del próximo Gobierno.

Sobre el segundo punto, el nuevo cronograma pactado con el FMI confirma que Argentina tendrá un respiro importante por cuatro años y medio; lo que implica el capítulo más beneficioso para el país de todos los acordados. Sin embargo, obliga a comenzar a acumular reservas ya desde este año, como para llegar con tranquilidad al momento de tener que liquidar vencimientos, obviamente, con los dólares que estén en el Banco Central. El problema del primer vencimiento del importante del 2027 (algo más de U$S 8.000 millones), es que dos años antes comienzan también a caer los pagos correspondientes al acuerdo de deuda cerrado en 2020 con los privados; lo que implica un desembolso superior a los U$S 6.000 millones anuales. Entre ambos pagos, desde 2027 habría que disponer de unos U$S 13.000 millones cada ejercicio para cumplir con las obligaciones pactadas. Algo que es, simplemente, imposible. Lo que se discute ahora es cual renegociación llegará primero: la de los tenedores de bonos de la deuda en dólares y euros emitida bajo legislación internacional o lo pactado y cerrado ayer con el FMI. ,

Finalmente se confirma que Argentina tendrá que pasar 10 duros exámenes ante el Fondo Monetario Internacional. El primero será entre julio y agosto. El último en el primer trimestre del 2025. Si supera todas estas instancias; recién en ese momento, en marzo del 2025, comenzará a aplicarse el acuerdo cuya carta de intención hoy ingresará al Congreso Nacional: el Facilidades Extendidas que abarcará 10 años de tiempo, entre el 2024 y el 2034. Si, por el contrario, durante dos trimestres consecutivos Argentina no cumple con la mayoría de las variables comprometidas ante el FMI, el pacto caerá y el país deberá volver a llamar a los técnicos del organismo que maneja Kristalina Giorgieva, para rediscutir las cláusulas y volver a cerrar un nuevo Facilidades Extendidas; pero, obviamente, en peores condiciones a los anteriores.

El período en el que Argentina deberá recibir a las misiones del FMI que controlarán que todo a lo que se comprometió el país se cumpla, comenzarán en el tercer trimestre de este año, cuando se fiscalizará lo que sucedió en el segundo. Esto implica que entre julio y agosto, los funcionarios del Ministerio de Economía y el Banco Central (más algún que otro despacho importante), tendrán que rendir examen sobre que sucedió entre abril y junio; el primer trimestre en el que Argentina tendrá que cumplir con lo pactado con el Fondo. Así, probablemente en la segunda quincena de julio, Julie Kozac y Luis Cubeddu estarán en Buenos Aires. Sin embargo, la directora adjunta para el Hemisferio Occidental y el encargado del caso argentino, tendrán otros roles. En lugar de negociar variables y metas para construir el esqueleto para cerrar un Facilidades Extendidas; serán los fiscalizadores de su cumplimiento. Dicho de otra manera, fueron hasta aquí quienes redactaron el examen. Y desde ahora en adelante, y por 12 años o hasta que sean ascendidos o descendidos de sus cargos, lo que ocurra primero, serán los examinadores.

Las 10 misiones que el país deberá recibir desde el tercer trimestre de este año, se basan en la lógica que en realidad lo que Argentina negoció con el FMI, no es un cronograma de pagos del fallido Stand By del 2018, sino el otorgamiento de un nuevo préstamo por U$S 44.700 millones; que se utilizará para liquidar los vencimientos del acuerdo firmado por Mauricio Macri. La primer liquidación se ejecutará, se espera, el 22 de este mes y servirá para cubrir el vencimiento de 2.800 millones de dólares por la primer cuota del crédito del 2018. Luego habrá otros cuatro pagos en el año, más otros tantos durante el 2023 y el 2024. El dinero sale de una cuenta del FMI para pagar en otra cuenta del FMI, sin que pase un sólo dólar por el país. Argentina saldará así sus cuentas impagas y no caerá en default con el Fondo. Pero para que el organismo ejecute estas liquidaciones, antes Argentina deberá cumplir con las metas prefijadas y que figuran en el acuerdo que llegó hoy al Congreso. Como el plan comienza en el segundo semestre y termina en diciembre del 2024, una vez superados estos 10 exámenes, el Fondo terminará su cronograma de liquidación e iniciará la vigencia del Facilidades Extendidas.

¿Qué sucede si el país falla en alguno de estos exámenes trimestrales que comenzarán en julio?

Un Facilidades Extendidas exige obligatoriamente abrir las cuentas públicas a las misiones tradicionales del FMI, otorgándole a los encargados del caso obligación de fiscalizar si el país cumplió las metas fiscales, monetarias, inflacionarias, financieras y cambiarias; y, si no lo hacen, enviarle estos datos a la sede central para que allí se definan los pasos a seguir. En una primer misión con variables no cumplidas, podría haber correctivos simples y la promesa de revisar el rojo en la próxima misión trimestral. Si el desequilibrio continuara durante un semestre, se debería requerir un waiver al Fondo, lo que habitualmente se otorga, siempre que no haya una distancia profunda entre la meta fijada y el número o porcentaje final logrado. En general desde Washington estos permisos se otorgan sin mayores problemas. Más si se dan en medio de crisis financieras y económicas internacionales. Pero debe haber siempre la certeza en los enviados del FMI, que el país está en el sendero de corrección del desequilibrio.

Cada misión trimestral que visite Buenos Aires, se reuniría además con los principales funcionarios económicos del país; que deberían desplegar los números locales y explicare detenidamente la marcha la economía argentina. Y, los enviados del FMI, tienen el poder de consultar y repreguntar; y eventualmente de cuestionar y discutir los datos que se le muestren. Y de regreso en Washington, pueden criticar y recomendar cambios de políticas. Así, los fiscalizadores del Fondo podrán tomar examen semipermanente a los funcionarios locales del Ministerio de Economía y de otras carteras, además de al Banco Central.

La intención de los negociadores locales era que ese requerimiento de las misiones trimestrales se modifique, y que se extiendan a un ritmo semestral. O anual. El argumento es que como se trata de un Facilidades Extendidas inédito, también las fiscalizaciones deberían ser inéditas y con mayor espacio de tiempo. Además, y como mejor opción, se pidió que las inspecciones se suspendan durante el tiempo de gracia que tendría el país para pagar las primeras cuotas, lo que, en los términos que está negociando el ministro de Economía Martín Guzmán, comenzarían a liquidarse tres años después de firmado el tratado. Si como suponen en Buenos Aires, la firma fuera para marzo o abril, la primer inspección impuesta por el artículo IV, debería concretarse en 2025.

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