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Pensar los museos en el siglo XXI: replanteando su rol y su significado

El Consejo Internacional de Museos (ICOM) reunirá a más de 3.000 profesionales del mundo en Kioto, Japón, del 1 al 7 de septiembre en busca de consensuar una nueva definición de "museo" más en sintonía con los tiempos que corren y que en su nueva concepción refiere a "espacios democratizadores, inclusivos y polifónicos para el diálogo crítico sobre los pasados y los futuros"

miércoles, 21 de agosto de 2019 · 10:04 hs

El Consejo Internacional de Museos (ICOM) reunirá a más de 3.000 profesionales del mundo en Kioto, Japón, del 1 al 7 de septiembre en busca de consensuar una nueva definición de "museo" más en sintonía con los tiempos que corren y que en su nueva concepción refiere a "espacios democratizadores, inclusivos y polifónicos para el diálogo crítico sobre los pasados y los futuros".

No parece desatinado que en 2019, ICOM -la más grande organización mundial de profesionales de museos, con 44.500 miembros de 138 países- busque aggiornar los lineamientos de una institución que surgió entre los siglos XVI y XVII, como Gabinetes de Curiosidades, antecesores directos de los museos como los conocemos hoy.

De la solemnidad al atractivo turístico, del elitismo a la masividad, la concepción convencional de los museos ha mutado de manera inexorable en el tiempo pero desde hace años que su función despierta discusiones. Hoy en día muchas personas se molestan o sorprenden cuando una exposición se convierte en éxito de taquilla, siempre alegando la banalidad de las modas, minimizando su capacidad de convocatoria y las inmensas posibilidades que eso arroja.

Movimientos de principios de siglo XX como el futurismo exigían la destrucción de los museos; el filósofo alemán Theodor Adorno decía en los 60 que "museo" y "mausoleo" estaban vinculadas por algo más que su fonética y en los 70, el filósofo francés Guy Debord advirtió -de una vez y para siempre- su condición de mercancía en su emblemático libro "La sociedad del espectáculo".

Coleccionar, preservar, investigar, interpretar, exponer y ampliar las comprensiones del mundo son algunos de los verbos que reúne la flamante definición, surgida luego de múltiples reuniones entre especialistas, un debate que continuará en septiembre y probablemente más allá en el tiempo.

Voces a favor y en contra se han despertado por la presencia o por la ausencia de ciertas palabras, como por ejemplo "educación", un término que estaba incluido anteriormente pero dejó de estarlo. "Muchos museos creen que todas las funciones que debe cumplir con su sociedad deben hacerlas sus educadores, como si la institución pudiera librarse del contacto con su público y los directores mantener su conciencia tranquila porque 'alguien sensible del equipo' se ocupa de esa tarea con niños, maestras y visitantes", dice a la agencia Télam Américo Castilla, ex secretario de Patrimonio Cultural, quien desde hace años estudia la transformación de los museos.

"De ese modo se han disculpado sobre todo en los museos grandes, quienes creen que pueden derivar la responsabilidad. Ojalá la nueva definición inspire a que todo el museo, íntegramente, no un departamento en particular, cumpla una función como la descripta", agrega Castilla, quien prepara para noviembre en Oaxaca la tercera edición de El Museo Reimaginado, un encuentro para pensar precisamente el futuro de estas instituciones.

Para la venezolana Gabriela Rangel, flamante directora artística del Malba, "es imposible ofrecer una definición universal y consensuada de lo que es un museo en el siglo XXI sin dejar fuera a un conjunto de opiniones. Existen innumerables tipos de museos y cada uno requiere de un contexto, una historia y sobre todo de una misión clara que dicte su función y propósito, pero también requieren de una voluntad de generar comunidades. En países no desarrollados me parece arriesgado y hasta irresponsable despojar al museo de su función educativa".

El empresario y coleccionista Aldo Rubino, director del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires - Macba, asegura que "las definiciones son enunciados abstractos que adquieren sentido en la instrumentación práctica de su contenido". "La descripción de museo -prosigue Rubino- es en este caso muy amplia y abarcativa de los ideales que deberían ser, lo que implica necesariamente la búsqueda de una finalidad educativa que enriquezca la cultura general de la sociedad", añadió.

Luego de crear el Área de Comunidades del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (una plataforma de interacción que potencia la mirada, la historia y los saberes de cada visitante), y de trabajar allí durante años, Germán Paley, actual museólogo independiente, opina que "esta actualización incorpora tardíamente la idea de lo comunitario y peligrosamente elude el rol fundamental de lo educativo. De alguna manera contribuye a seguir minimizando, y por qué no, invisibilizando la tarea de quienes creemos que el museo en su totalidad es en sí un dispositivo educativo".

Según cuenta Paley, "quienes vamos al encuentro de cuerpos reales, de personas que sienten, se buscan o se sacan selfies, quienes nos arrojamos a eso que podríamos llamar 'gesto educativo', sabemos que no hay definición que logre contener el mágico desborde que se produce en el intercambio humano a través de la construcción horizontal, la creación colectiva, la búsqueda de la diferencia", asegura.

La 25 Conferencia General de ICOM Kioto 2019 promete ampliar el debate alrededor de este y otros temas ligados a los museos.