Análisis

El oscuro secreto del Aconcagua: la explotación de mulas que los escaladores no quieren que sepas

El reciente operativo del Gobierno de Mendoza en el parque provincial expuso las condiciones a las que son sometidas cientos de mulas en temporada. ¿Qué hacer como consumidor?

Mario Vadillo
Mario Vadillo martes, 14 de enero de 2025 · 16:34 hs
El oscuro secreto del Aconcagua: la explotación de mulas que los escaladores no quieren que sepas
El Ministerio de Ambiente y el Ministerio Público Fiscal llevaron adelante un operativo en el Parque Aconcagua. Foto: Prensa Gobierno de Mendoza

En el corazón del Parque Provincial Aconcagua, el turismo de alta montaña guarda una verdad que incomoda: las mulas, animales utilizados como transporte de carga, son sometidas a condiciones extremas que representan un claro ejemplo de maltrato animal. Pero esta realidad no solo afecta a los animales, también expone una falla en la protección de los derechos de los consumidores, quienes tienen derecho a servicios éticos y sostenibles. Mientras los escaladores persiguen la gloria de alcanzar la cima de la montaña más alta de América, estas criaturas son obligadas a soportar un trabajo extenuante que pone en riesgo su salud y bienestar.

Un operativo que reveló la cruda realidad

Recientes operativos realizados por el Ministerio de Ambiente y el Ministerio Público Fiscal expusieron un panorama desgarrador. Durante las inspecciones en tres puntos clave del Parque Provincial Aconcagua (en Puente del Inca, Punta de Vacas y Plaza de Mulas), se revisaron 300 mulas. Los resultados fueron alarmantes: un 23% de los animales presentaba heridas graves, desnutrición severa y agotamiento extremo. Esto llevó al decomiso inmediato de 70 mulas que estaban siendo explotadas en condiciones inhumanas.

Además, dos arrieros fueron arrestados y enfrentarán cargos por maltrato animal e infracción a la Ley 22.421, que protege a la fauna silvestre. Sin embargo, un aspecto preocupante es que las empresas turísticas que comercializan estos servicios a los escaladores no recibieron sanciones, dejando un vacío en la aplicación de la Justicia y en la regulación de estas actividades.

Cientos de animales sufren maltrato en temporada.

Denuncias que exigen un cambio

Jennifer Ibarra, representante de la reconocida Fundación Cullunche, ha denunciado en numerosas ocasiones el abuso que sufren estos animales. "Las mulas son obligadas a cargar hasta el triple de su capacidad en condiciones extremas. Esto no es tradición, es crueldad", declaró. Desde la fundación se han promovido tanto acciones legales como campañas de concientización para erradicar estas prácticas.

Por otro lado, el diputado Emanuel Fugazzotto dio un paso adelante presentando un proyecto de ley para abordar el maltrato animal y erradicar la tracción a sangre en toda Mendoza. El legislador subrayó que "la evolución hacia un turismo responsable es clave para el futuro de la provincia". Este proyecto busca generar un impacto positivo no solo en el Aconcagua, sino también en otras zonas donde aún se explotan animales con fines comerciales.

El papel del consumidor en esta problemática

Los turistas, como consumidores, tienen un rol clave en transformar estas prácticas. Según la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 24.240), tienen derecho a recibir servicios que no solo sean de calidad, sino que también respeten principios éticos y de sostenibilidad. Contratar servicios que perpetúan el maltrato animal podría ser considerado una violación a este derecho fundamental.

Es crucial que los consumidores exijan transparencia a las empresas turísticas. Saber cómo son tratados los animales que forman parte de estas actividades debería ser un aspecto indispensable antes de adquirir cualquier paquete o servicio. Además, denunciar a operadores que no cumplan con estándares éticos puede generar un impacto real en la industria.

Una imagen de la cruel realidad.

Por otro lado, el papel de las autoridades no puede ser ignorado. Es su deber garantizar que las empresas que comercializan servicios turísticos cumplan con regulaciones claras que protejan tanto a los consumidores como a los animales. La falta de sanciones hacia las grandes empresas no solo representa una injusticia, sino también un incumplimiento de las normativas vigentes. Los turistas y escaladores tienen un rol fundamental en el cambio de estas prácticas. Como consumidores, están en la posición de exigir servicios que sean éticos y responsables con el medio ambiente y los animales. Optar por operadores que garanticen el respeto por la vida animal y boicotear a aquellos que perpetúan estas prácticas puede marcar una gran diferencia.

Sin embargo, también es esencial que los visitantes estén mejor informados. La "proeza" de escalar el Aconcagua no debe lograrse a costa del sufrimiento de seres vivos. Contratar servicios que promuevan el bienestar animal es una forma de demostrar que es posible combinar el turismo de aventura con la responsabilidad ética.

Un futuro para Mendoza: equilibrio entre turismo y ética

Mendoza tiene una gran oportunidad para transformarse en un referente de turismo sostenible. El Aconcagua, conocido mundialmente como un desafío para los amantes de la montaña, también puede convertirse en un ejemplo de cómo equilibrar la aventura y el respeto por la vida.

La regulación y prohibición de la tracción a sangre, junto con la adopción de soluciones tecnológicas modernas, puede marcar un antes y un después en cómo se desarrollan las actividades turísticas en la región. Esto no solo beneficiará a los animales, sino también a la imagen de Mendoza como un destino que respeta el medio ambiente y fomenta la sostenibilidad.

La verdadera hazaña

Es momento de actuar. Prohibir la tracción a sangre y fomentar la utilización de alternativas responsables no es solo una necesidad moral, sino también una oportunidad para que el turismo sea una experiencia que respete a todos los seres vivos. La verdadera hazaña no está en alcanzar la cima del Aconcagua, sino en hacerlo con integridad y responsabilidad.

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