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Inédito fallo contra un jardín maternal por echar a una niña que "lloraba mucho"

La Justicia de Río Negro condenó a un jardín maternal a indemnizar a un matrimonio por expulsar a su hija de dos años argumentando que "no se adaptaba" y "lloraba mucho", sin haberla evaluado o iniciado las medidas correspondientes para contenerla en clase

jueves, 10 de octubre de 2019 · 23:04 hs

En un fallo inédito, la Justicia de Río Negro condenó a un jardín maternal a indemnizar a un matrimonio por expulsar a su hija de dos años argumentando que "no se adaptaba" y "lloraba mucho", sin haberla evaluado o iniciado las medidas correspondientes para contenerla en clase.

Todo comenzó en marzo de 2015, cuando Paola llevó a su hija de dos años a un jardín de infantes privado con subvención estatal de Viedma. Como ocurre en estos establecimientos al inicio del ciclo lectivo, los pequeños atravesaron un periodo de adaptabilidad de tres semanas; en el tramo final de esta etapa, la directora le pidió a Paola tener una reunión urgente, sin manifestar ningún adelanto de la drástica decisión.

"La directora estaba esperándola en el umbral de la institución y cuando llegaba la mamá con la niña, la frenó en la puerta y le comunicó que la pequeña no se encontraba 'preparada madurativamente' para continuar en el jardín. Incluso le sugirió que sea revisada por un pediatra y un psicopedagogo" contó Cecilia Crisol, abogada de la familia de la niña.

Desconcertada, Paola le pidió a la directora hablar más en detalle, pero la mujer se negó y le dijo que "la nena lloraba todo el día". Para ese entonces, la mamá ya había comprado la lista de materiales y pagado dos cuotas adelantadas, según publicó Infobae.

Según Crisol, Paola no detectó ningún problema en su hija durante las primeras dos semanas de adaptación. "En la segunda semana, cuando la mamá se iba la niña lloraba, pero la directora le decía que era normal y que a los minutos se estabilizaba. Luego, la madre se quedaba mirándola desde la ventana y veía que su hija jugaba y se desenvolvía normalmente".

Frente a esa insólita situación, la madre acudió al Equipo Técnico de Apoyo Pedagógico (ETAP), que depende del Ministerio de Educación de Río Negro, el cual se contactó con la directora para corroborar los hechos. Al mismo tiempo, Paola llevó a su hija al pediatra y una psicopedagoga para realizarse estudios y detectar si padecía algún problema. Los resultados determinaron que la nena estaba en perfectas condiciones de salud. "Incluso después de tres consultas, la psicopedagoga le dijo que no la llevara más, que no era necesario, porque la pequeña no transitaba ningún tipo de trauma o situación ajena a una criatura de dos años", aclaró la letrada.

Al mismo tiempo, la directora reconoció ante el ETAP que había actuado mal en el manejo del caso. En ese sentido, la mujer se contactó días después con los padres, les pidió disculpas y les dijo que podían volver a llevar a la nena al jardín. Sin embargo, Paola se negó alegando el daño que les había provocado al cortarse el vínculo de confianza y no informarle las herramientas que el jardín había utilizado para tomar semejante decisión.

Así, la familia presentó una demanda judicial contra el jardín maternal por daños y prejuicios, que recayó en el Juzgado Civil 1 de la capital rionegrina. "Transitamos una serie de cuestiones vía conciliatorias con el objetivo no de reinsertar a la nena en el establecimiento, sino en pos de conocer sobre los canales que había utilizado la directora para llegar a esa decisión, resultando en una negativa: simplemente la nena 'molestaba' y ningún equipo técnico del Estado había tomado intervención alguna", expresó Crisol en conversación con el programa Con qué derecho, de MDZ Radio.

Luego de cuatro años, con varias idas y vueltas y numerosos retrasos debido a complicaciones que afectaron al juzgado, recientemente el juez subrogante Leandro Oyola falló a favor de la familia y dispuso que la cooperadora de la institución le pague 55 mil pesos en concepto de resarcimiento.

El magistrado entendió que “el establecimiento no tenía cauce legal para obrar como lo hizo, y que tampoco demostró realizar todos los esfuerzos, que por otro lado le corresponden, para que el tránsito de la iniciación escolar sea debidamente receptado desde la institución”. Y señaló: “No se trata que la niña no se adaptó a la institución en su nivel inicial sino que esta última no se adaptó al desafío que la niña presentaba. No es algo imprevisible para un establecimiento especializado sino esperable".

Crisol entiende que el juez Oyola hizo foco en el derecho a la permanencia en los establecimientos educativos: "Aún cuando el niño no tiene obligación de escolaridad, las instituciones tienen que agotar todas las vías disponibles antes de resolver un posible retiro. Se trata de entender que la institución es la que tiene que adecuarse y adaptarse a las necesidades de los niños y no al revés". La abogada agregó que la nena compartía la sala con chicos de 3 años porque había pocos alumnos de su edad matriculados, sobre lo que los padres no tenían conocimiento anteriormente.

Finalmente, Crisol señaló que la directora continúa ejerciendo su cargo, por lo que recomendó a los padres que presenten un planeo en la Junta de Disciplina Docente de Río Negro. "Lo que ocurrió con esta directora, además de que la situación se le fue de las manos, deja en evidencia que al menos en nuestra provincia hay jardines privados sin profesionales idóneos para abordar este tipo de situaciones", concluyó.

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