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Festejos de los pueblos originarios en el homenaje a sus muertos

Toda la casa se viste de fiesta, con colores alegres, fotos del difunto y guirnaldas de flores, y se baila y canta en su memoria hasta el día siguiente, cuando vuelve al otro plano

viernes, 1 de noviembre de 2019 · 10:14 hs

Kollas, quechuas, querandíes, diaguitas calchaquí e integrantes de otras etnias originarias del país se reunirán este viernes con sus familias alrededor de una mesa preparada con las comidas y bebidas favoritas del difunto, a celebrar que por un día los muertos regresan del plano en el que están sus almas tras abandonar el cuerpo físico.

Si bien el Día de los Muertos es el 2 de noviembre, la celebración comenzará este viernes a la noche, sin luto ni llanto y con la preparación de una mesa con las comidas y bebidas favoritas del difunto.

Toda la casa se viste de fiesta, con colores alegres, fotos del difunto y guirnaldas de flores, y se baila y canta en su memoria hasta el día siguiente, cuando vuelve al otro plano.

"La expansión del catolicismo en Latinoamérica resignificó los cultos a los muertos, desde México al altiplano de Argentina, y muchos de estos rituales pasaron a realizarse el 1 de noviembre, Día de todos los santos, o el 2, Día de los muertos, manteniendo las características animistas originarias, conjugadas con creencias católicas", explicó a Télam el antropólogo Fernando Pepe.

"Estas fechas son parte de la construcción de nuevas identidades donde conviven el pasado indígena, el pasado europeo y un presente bien nuestro", agregó.

El antropólogo, defensor de los pueblos originarios y sus culturas, destacó que "durante la expansión del culto católico al norte de Europa incorporó rituales celtas, el más conocido el Halloween -contracción de all hallows' eve, o Víspera de Todos los Santos-, también llamado Noche de Brujas, que internacionalmente se celebra en la noche del 31 de octubre, sobre todo en la angloesfera".

"Halloween es una fiesta moderna resultado del sincretismo originado por la cristianización del Samhain, que eran las fiestas del fin de verano celtas, y la festividad cristiana del Día de Todos los Santos, celebrada por los católicos el 1 de noviembre, y que llega a nuestro continente a raíz de la emigración irlandesa a Estados Unidos, explicó.

Por eso, aseguró que "ver a Halloween como opuesto al Día de los Muertos es una falsa antinomia simplista que niega la complejidad cultural de nuestro territorio pues las dos festividades fueron básicamente establecidas por la iglesia católica antes o después del Día de Todos los Santos".

"Mientras que para los cristianos la muerte es el pasaje de una vida a otra y hay que orar por los espíritus que están en el Purgatorio, para la percepción indígena generalmente es de un ciclo infinito de renovación constante", explicó Pepe.

"El culto a los muertos incluye relaciones con lo sobrenatural, en una acción colectiva, promoviendo la cohesión social a través de estas ceremonias. Son mecanismos de socialización mediante los cuales se expresan las comunidades de manera organizada y con manifestaciones particulares en torno a los antepasados, reafirmando su identidad religiosa y cultural", resumió el especialista.

El cacique Marcos Salva, de la Comunidad Indígena Colla Atacameña de Antofalla, en la provincia de Catamarca, explicó a Télam que "en el Día de los Muertos nuestra manera de honrarlos es armar una mesa con la comida que más le gustaba, asado, locro, empanadas, charqui de llama, cigarros, coca".

"Eso se prepara mañana en todas las casas, y así los esperamos", dijo Salva con naturalidad, en alusión a las almas de los difuntos que -según sus creencias- vuelven al mundo de los vivos a visitar a sus familiares.

El cacique destacó que "el 2 de noviembre ponemos guirnaldas de flores en sus tumbas, prendemos velas y vamos casa por casa recordándolos con alegría"