Literatura

Pequeño diccionario madre-español

Las madres son el mejor invento de la humanidad, sin duda alguna. Pero, de todos modos, ser hija/o no siempre resulta ser del todo fácil.

Pablo R. Gómez domingo, 7 de julio de 2024 · 07:07 hs
Pequeño diccionario madre-español
En varias ocasiones nos hemos ligado un reto más que merecido. Foto: Freepick.

Nuestras respectivas madres soportan (salvo algunas excepciones), además de las cargas laborales que les impone la modernidad, las obligaciones tradicionales de ser las responsables del funcionamiento interno de la casa en que se habita. Así, en varias ocasiones nos hemos ligado un reto más que merecido por no hacer (o por sí hacer) algo en contra de sus solicitudes. Y a pesar de nuestra culpabilidad de hijos, es cierto también que en más de una oportunidad no hemos sabido interpretar correctamente lo expresado por nuestra bienamada progenitora. 

Por este motivo, en este Pequeño Diccionario Madre - Español (ya publicado en papel por el que suscribe, a fines del milenio pasado, con algunas modificaciones) se hace una sesgada entrega de frases de madre, a la espera de la colaboración desinteresada de otros hijos que hagan sus aporte al mismo:

A que lo busco yo y lo encuentro: Oración comúnmente utilizada para hacer notar al hijo/a que nada escapa a la ordenada mente materna. También deja en evidencia que el/la hijo/a es un/a cabeza de chorlito incapaz de encontrar a un elefante en un Fiat 600.

¡Cuando se come no se usa el celu!: Orden. Su origen se remonta al medioevo, cuando la madre era niña, época en la que a la hora de comer no se usaba el teléfono celular, por la sencilla razón de que nadie tenía.

Cuando se come no se usa el celu. Foto: Freepick.

¡El día menos pensado me voy a ir y no me van a ver más el pelo!: Queja materna universal. Expresa la impotencia de nuestra progenitora para dominarnos. Ante esta situación, acuden al mayor ilícito jamás inventado: amenazarnos con su ausencia eterna.

Lo que dejás ahora, te lo comés a la noche: Orden encubierta. Con ella intenta convencernos de comer algo que, según dice, es un alimento indispensable para nuestro crecimiento.

¡Mirá el/la señorito/a a la hora que viene!: Reto. El problema real no es la hora, sino la duda de ¡vaya uno a saber con quién andabas, y haciendo qué cosas!  

No gano para sustos: Queja. Utilizada para expresar la convicción de que los sufrimientos son tantos que solo se soportan por el bien de los/as hijos/as.  

¡Pero vos te creés que esto es una cantina!: Excusa encubierta. Con eso de que la mejor defensa es un ataque, y teniendo en cuenta que la comida de la cena no nos gusta, esta frase sirve para justificar ese alimento que mamá ha preparado amorosamente, y que le despreciamos amargamente.

¿Te lavaste las manos?: Frase utilizada segundos antes de cada comida. Dada la automaticidad puesta de manifiesto al expresarla, hay hijos/as que tienen la teoría de que la madre la pronuncia como un acto reflejo, por lo que se recomienda no responder a la misma, y actuar como si nunca se hubiera escuchado. 

Total, la tonta lo hace: Queja. Indica el convencimiento materno de ser el último recurso para mantener el orden familiar. Y tiene razón, pero bueno…  

Un día me lo vas a agradecer: Justificación utilizada para legitimar alguna acción contra el hijo/a, de la cual resulta imposible defenderse, al parecer, por falta de experiencia suficiente en el tema.

Un día me lo vas a agradecer.
Foto: Freepick.

¡Ya vas a tener un/a hijo/a igual a vos y vas a ver lo que vas a sufrir!: Intento de encarrilar a la descendencia, pretendiendo hacerla razonar con mente de persona adulta. En realidad, es la repetición de una frase que escuchó en su adolescencia y que, como corresponde, desoyó.     

Pablo R. Gómez.

* Pablo R. Gómez, escritor autopercibido. 

IG: @prgmez

     

 

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