Permiso, perdón y gracias

Fiestas electrónicas: entre los prejuicios y la comunión con los sentidos, una cultura que no para de crecer

Incomprendidas por la mayoría, se piensa que en las fiestas electrónicas reina el caos y el descontrol. Pero parece ser un concepto muy alejado de lo que realmente sucede en este ámbito. En entrevista con Nico Ferra, “influencer de la movida electrónica”, miramos hacia adentro de la escena.

Nicolás Hornos
Nicolás Hornos miércoles, 29 de marzo de 2023 · 09:04 hs
Fiestas electrónicas: entre los prejuicios y la comunión con los sentidos, una cultura que no para de crecer

“Es la nueva sensación, la nueva generación”, describió Ciro Martínez sobre las fiestas electrónicas en 2003 en la canción Como Alí de Los Piojos ¿Qué sucede en estos misteriosos lugares donde en el imaginario social está instalado que reina el descontrol y abuso de drogas? ¿Por qué se hicieron tan populares las fiestas electrónicas?

Sí, la música electrónica es repetitiva. Alguien que no está acostumbrado escucha un bombo pateando y platillos repetirse en un loop y no entiende a las personas que disfrutan de este estilo musical y que salen a bailar a fiestas electrónicas. Sin embargo, la cantidad de gente que disfruta de las fiestas y música electrónica es cada vez más grande y trasciende fronteras. La escena electrónica se encuentra en todas las ciudades del mundo y los festivales de música más grandes del mundo hoy son de electrónica: Tomorrowland y Burning Man.

Tomorrowland

Todos los géneros musicales crean su cultura. Así podríamos nombrar, por ejemplo, al jazz que nace en los años 20’ -los años locos- como expresión de los afroamericanos en las ciudades de Estados Unidos; el rock psicodélico de los años 60’ con todo el movimiento hippie y la venta legal de LSD; el reggae en Jamaica en la misma época llevando un mensaje de amor y paz en un contexto de guerra fría; o el Punk en los 80’ entre la clase obrera en contra de la corona británica.

Del mismo modo, la música electrónica también tiene su cultura donde circulan ciertos valores, normas, códigos, cuidados y estética.

Y mientras más se popularizan las fiestas electrónicas, genera que surjan figuras como Nico Ferra, “influencer de la movida electrónica”, con quien hablamos para poner en palabras la cultura que generó la gente que disfruta de la música electrónica.

Nico Ferra ya cuenta con miles de seguidores en todas las redes sociales. Es ingeniero industrial, DJ, productor musical y se hizo conocido por hablar en redes sociales sobre las fiestas electrónicas.

“La gente me conoció porque me escuchó diciendo cosas que les hubiesen gustado animarse a decir. Se vio en mí a sí misma y creo que eso les llamó la atención”, explica el influencer de la movida electrónica sobre cómo fue bien recibida su voz.

 

Surgimiento de las fiestas electrónicas

Una fiesta electrónica se puede ver como una especie de ritual futurista. Lo musical es un regreso a la música más primitiva, rítmica y con sonidos fantasmagóricos. La sensación se puede asemejar mucho a rituales milenarios en estado de trance y bajo la luz de la luna.

Las fiestas electrónicas son rituales posmodernistas que conectan de cierta manera con los rituales ancestrales de nuestros antepasados. Lo tribal y la celebración se encuentran en nuestros genes.

“El movimiento de gente que va a disfrutar existe desde que existe la humanidad y siempre que pasó algo bueno la humanidad festejó. Después lo hizo de una forma u otra. Pero la música electrónica empezó mucho antes si tenemos en cuenta que todo es tecnología. Desde un toc toc, pasando por la guitarra eléctrica hasta un sintetizador. Son instrumentos que usó la humanidad para expresarse, para transmitir algo, generar algo. Era casi inevitable que sucediera la música electrónica, porque el manejo de la electricidad y electrónica propiamente dicha, permitió la generación de un universo infinito de sonidos. Y es como un nuevo vocabulario que te permite decir cosas que antes no podías decir. Son palabras nuevas en este lenguaje de sonidos”, explica Nico Ferra.

Si hablamos de la gente que va a disfrutar de las fiestas electrónicas podemos hablar de la cultura rave. Se trata de un movimiento cultural y musical que ha evolucionado a lo largo de las décadas y se ha vuelto global. Su origen se encuentra en las fiestas clandestinas de la década de 1980 en Reino Unido, si bien el fenómeno de la música electrónica de club data de mucho antes en Berlín, Alemania y Detroit, Estados Unidos como los dos focos principales.

Fiesta rave

El término Rave, que significa delirio, data de la década de 1950 y comenzó a popularizarse más entre los jóvenes en los años 60 que lo utilizaban para referirse a cualquier fiesta “salvaje” en general. Por lo tanto, podríamos decir que la cultura electrónica se gestó desde la psicodelia de los 60’, pasando por el rock progresivo con uso de sintetizadores de los 70’, el pop de los 80’, hasta comenzar a formalizarse con los primeros DJ’s del house de Chicago y el techno de Detroit y Berlín. Resultando en las masivas fiestas que se producen hoy en día alrededor de todo el mundo y con una amplia gama de géneros de música electrónica.

Hoy en día, la cultura rave sigue siendo una parte importante de la música electrónica. Aunque las raves clandestinas todavía existen, la mayoría de las fiestas electrónicas son eventos legales organizados en boliches y festivales.

Cultura electrónica

Y así como todos los géneros musicales transmiten un mensaje, por ejemplo la rebeldía antisistema del Punk, o el mensaje de amor y paz del Reggae, la música electrónica también nos viene a contar algo, aunque no utilice muchas palabras.

“Para mí el mensaje tiene que ver con el disfrute de la vida y con el momento, con el ahora. Para mí tiene que ver con eso. Tiene que ver con la Unión. Tiene que ver con un momento de comunión de la gente que se junta a disfrutar, a conocerse, a pasarla bien, más allá de los problemas cotidianos que encontramos en la vida del día a día. Viste que el trabajo, que la familia, la pareja, que los amigos y un montón de situaciones que se dejan de lado en el momento en que uno entra al club a bailar, va un poco por ahí. De hecho hay un género de electrónica que se llama trance, que tiene un poco que ver con eso, con ese trance, en ese momento de existir, de eso que pasa en ese momento y no con lo que está afuera”, reflexiona el DJ y productor Nico Ferra. “En definitiva, la fiesta es eso. Es gente que se junta a sentirse libre, a expresarse”.

“Y la fiesta siempre es con música. O sea, por un motivo la música juega un rol fundamental. Perfectamente podría no jugarlo. A priori, quizá tenga que ver con que la música le permite a uno conectar con el otro de una forma más sencilla y hasta incluso conectar con uno mismo. Yo siento que la música es una propuesta rítmica y sonora sobre la cual sucede la vida y las acciones. Suceden al ritmo de la música. Creo que es un poco el marco de referencia en el cual pasan las cosas, como que hace que todos estemos en la misma. Que todos estemos sincronizados, de alguna manera nos predispone de cierta forma y nos ayuda a vincularnos. Eso es un poco lo que pasa”.

La música electrónica es un género que trascendió fronteras, se escucha en todo el mundo y alcanzó muchísima popularidad, celebrándose festivales en la mayoría de los países y esta popularidad sigue creciendo aún más. En este sentido, el DJ y productor Paul Van Dyk dijo: “la música electrónica se desarrolló a partir de una pequeña subcultura, en la cultura musical más grande del mundo. Definitivamente es parte de la evolución”. Hay muchos factores que explican esto:

“Lo que tiene la electrónica es que es música súper etérea, súper laica. No te cuenta ninguna historia humana. Es una música bastante deshumanizada. Es una propuesta rítmica y melódica que apunta a que uno conecte con lo más esencial, tiene que ver más con lo vibracional, con lo existencial. No te cuenta una historia de amor o un desamor. Hay otros géneros que son bastante más humanos en cuanto a lo que sale por el parlante. O sea, yo escucho un tema de cumbia y uno no puede evitar cantar la canción, empatizar con la intención que tuvo el artista a la hora de hacerla. Hay ruiditos que se suceden, se relacionan entre sí y por supuesto que también hay una intención detrás, porque no es lo mismo un techno que un house, que moviliza distintas emociones. Pero no te dice estrictamente cómo se generaron esas emociones ni qué relación hacés vos ¿Qué asociación hacés vos que te llevan a esas emociones? Sino directamente es la emoción la propuesta y uno la llena con el contenido que quiera. Me parece que es bastante universal, porque no habla ningún idioma. Sí hay canciones con vocales, obvio, porque la voz es un instrumento muy poderoso, pero se usa como un instrumento”, comenta el influencer.

Sin embargo, parece ser que la música electrónica sigue siendo incomprendida por la mayoría. “Yo creo que acá hay una cuestión de que nosotros nacimos en Argentina y eso tiene mucho que ver. Vos vas a Alemania y ves nenes de cinco años bailando techno, repetitivo y monótono y lo disfrutan. O sea, acá en Argentina nacimos escuchando otra música y de pronto pasar a escuchar otro tipo de música, donde la propuesta es distinta, requiere una adaptación. A algunos les costará más, a otros menos, algunos directamente ni la necesitan porque ya los llevan dentro, ya sea por la familia o por lo que fuere. Pero creo que hay una cuestión cultural muy grande que tiene que ver con si te es natural bailar este tipo de música o no, porque no es con lo que naciste, sino que está creando nuevas redes neuronales, asociaciones que te permitan disfrutar de esto otro que si no se crea no lo entendés”.

La gente que sale a fiestas electrónicas generó su cultura. Es decir, un fenómeno donde circulan ciertos mensajes, valores, normas, códigos, cuidados y estética.

Nico Ferra cuenta que vivió la cultura electrónica como “un espacio de liberación, de comunión, donde uno se junta con otra gente a hacer en comunidad libremente, sin apariencias. Si bien la gente va 'lookeada', me parece que por lo menos como la vivo yo, tiene más que ver con lo que a vos te pinte y no con lo que vos quieras generar en el otro, sino que es una cuestión de expresión propia de que lo que llevo puesto comunica”.

En cuanto a los valores y códigos de esta cultura, cuenta con una filosofía y guía ética, al menos en lo que respecta a las relaciones interpersonales y cómo se espera que las personas se comporten en una fiesta electrónica: “hay unas siglas que son P.L.U.R. que quiere decir Peace, Love, Unity & Respect. Paz, Amor, Unión y Respeto. Es esa y permitirte ser. Ese es el único marco de referencia. Después de ahí, hacé lo que quieras, o sea, respeta al otro. comunicate con el otro, entendete con el otro, vinculate con el otro, conocete. Que juntos somos más grandes. Siempre con amor y con respeto”.

Consumo de drogas

También podríamos asociar distintos tipos de drogas con diferentes géneros musicales como el rock psicodélico y el LSD, el reggae y el jazz con la marihuana y la música electrónica con el MDMA o éxtasis, si bien en todos los eventos musicales existe el policonsumo y en muchos se vende alcohol, que también es una droga.

Por supuesto que en la escena electrónica se consumen drogas y es lo primero que se asocia en el imaginario social al escuchar sobre fiestas electrónicas.

Nico Ferra cuenta que en la escena electrónica se consumen varias drogas y en la historia de la fiesta en general, independientemente de la música, la gente buscó alterar su conciencia con estupefacientes. “Una fiesta donde todos consumen solamente agua es muy raro. Puede haber gente que lo haga, pero me parece que va un poco en contra de facilitar la comunión. Creo que el consumir estupefacientes facilita un montón de cosas que tiene que ver con la fiesta, con el sentirse libre, libre de restricciones. Independientemente de lo que te genere la sustancia, ya sea alcohol, el cigarrillo, marihuana, éxtasis, lo que sea”.

La droga por excelencia en las fiestas electrónicas es el MDMA, conocido popularmente como éxtasis. El MDMA es una droga empatógena, una palabra que deriva de empatía. Conecta a las personas con el sentir, intensifica los sentidos y abre al usuario a sentirse más cómodo al expresar sus emociones. “Te vuelve un poco niño, te regresa la sorpresa, te divertís más fácil, aprecias más las cosas cotidianas que ya las das por sentadas. Creo que el éxtasis te abre un poco a la sorpresa, a volver a sorprenderte, a encontrar disfrute en esta magia que es estar vivo. Porque en definitiva, acá todos actúan como que saben, pero están todos improvisando. Nadie sabe vivir”, dice el influencer.

Pastillas de éxtasis

La combinación del éxtasis con la música electrónica genera una experiencia única. “A mí me cambió la vida para bien en un montón de aspectos, sobre todo como persona, como individuo, lo que es mi personalidad. Aprendí muchísimo, aprendí muchísimo a vincularme con personas, perdí un montón de miedos, de vergüenzas”, afirma el DJ y productor musical. “Estaría bueno que todos tengan el aprendizaje que tuve yo, pero de eso no hay garantías. Entonces no quiero meter a cualquier persona a ver algo o a vivir algo para lo que no está lista porque no lo va a entender”.

Sin embargo, como en todos los lugares hay que tener cuidado. “En cualquier ámbito, hay peligros y en cualquier lugar donde la gente está en un estado alterado de conciencia puede haber gente que se aproveche de eso. No es lo ideal, no es lo que queremos, no es lo que promulgamos. Pero uno está muy vulnerable cuando está drogado. Entonces es importante que esté con gente de confianza, bien acompañado, que conozca el ambiente, que ya haya vivido la fiesta, que sepa manejarse. Que haya comunicación porque es una droga también que te abre mucho a expresarte, entonces sentirse libre para expresarse y poder abrazar a alguien si así lo deseas. Sentirte libre de decir lo que quiera decir si así lo sentís, que esté abierto ese canal es muy importante”.

En relación al consumo de drogas y la cultura de la escena electrónica, debido a la falta de políticas públicas, existe entre sus asistentes una red de cuidados. En las fiestas electrónicas la gente no va a “reventarse la cabeza” y olvidarse de lo que sucedió la noche anterior. Por el contrario, se busca un estado placentero, un disfrute colectivo, conectar con otras personas, desconectar de la rutina y liberarse. Los asistentes buscan tener un recuerdo agradable y disfrutar con amigos.

Existen técnicas creadas por la misma gente para cuidarse entre sí, entre ellas blogs donde los usuarios de éxtasis testean pastillas para saber si están adulteradas o no, por ejemplo. La prohibición y el tabú sobre estos consumos han generado una respuesta positiva de parte de los usuarios en la producción de sus propias redes de cuidado. Aunque esto claramente no reemplaza la falta de políticas públicas.

Si bien el alcohol registra más muertes, violencia y peleas en eventos y fiestas, el éxtasis está más estigmatizado. En las fiestas electrónicas, lejos de terminar a las piñas -como en otros ámbitos- casi todos terminan a los abrazos. En el imaginario reina que la escena electrónica es descontrolada. Por el contrario, son muy controladas porque se busca que nadie moleste al otro mientras está disfrutando.

Foto: The Lancet

El perfil toxicológico del éxtasis es bajo y en dosis recreacionales no hay riesgos, ubicándose por debajo del alcohol y el tabaco. Sí los hay en dosis altas. Y el mayor riesgo está asociado a que la sustancia esté adulterada. Este es el principal problema que radica en el narcotráfico. La falta de políticas públicas en Argentina para saber qué contiene una pastilla de éxtasis continúa perpetuando este problema. Distinto es el caso en varios países de Europa y Estados Unidos, por ejemplo, donde existen organizaciones que se meten en las fiestas electrónicas para testear pastillas. Además, al tratarse de una sustancia ilegal, es muy difícil educar a la gente porque se estaría haciendo apología.

Es importante aclarar que entre sus asistentes no es una regla el consumo de sustancias. Muchos no lo hacen ya que la experiencia que se busca en esos eventos también puede alcanzarse sin drogas. 

Cachengue vs. electrónica

Cuando uno empieza a salir a boliches, al menos en Argentina o América Latina, lo primero que conoce es lo que acá llamamos una fiesta de cachengue. Si bien las dos se hacen en boliches, existen grandes diferencias entre una y otra y son mundos muy distintos. 

“El cachengue me parece que es un producto comercial. El cachengue es andá a consumir estupefacientes sin entender bien por qué, ni escuchar qué cosa. Juntate con un montón de gente a hacer ruido. No estoy hablando de la música. Estoy hablando del concepto cachengue. Que no es ni cumbia, ni reggaeton, ni cuarteto. Es una fiesta comercial. Eso es el cachengue. Es una fiesta donde ponemos un poco de todo para que todos la entiendan y cualquiera que quiera pueda venir. Entonces me parece que al cachengue le falta un poco de identidad. En el cachengue puede pasar un poco cualquier cosa. Hay más descontrol en el cachengue que en una fiesta electrónica. En una fiesta electrónica la propuesta es concreta, y la gente va por la música, va por la comunión y por la música. Para vivir la experiencia musical en comunión con otra gente que comparte los mismos valores y el mismo gusto musical. En el cachengue nadie va por la música. La gente va por una cuestión quizá de levante o de libertinaje, sin un propósito que los una. Hay mucho rejunte en el cachengue y mucho descontrol, porque nadie sabe bien a qué va el cachengue. En electrónica uno va a algo. Vamos a ver este DJ y no a este otro. Vamos a este boliche y no a este otro”. 

La actualidad de la escena electrónica: ¿Hacia dónde vamos?

Desde la aparición de las fiestas electrónicas, estas no pararon de crecer y popularizarse año a año hasta generar un movimiento global. Por lo tanto, parece lógico que esto se vuelva aún más masivo en el momento histórico que estamos atravesando.

“Yo creo que así como aparecí yo de pronto para hablar de esto, ojalá aparezcan un montón de productores nacionales a ponerle esa impronta nacional al sonido electrónico. Creo que como argentino hay muchas cosas para decir que no se están diciendo en cuanto a lo que es la electrónica”, asegura el influencer.

Sin embargo, también hará falta más educación para los que se introduzcan en este mundo. El debate por la aplicación de políticas públicas de reducción de daños, como lo hacen muchos países de Europa, será muy necesario en Argentina mientras esto continúe creciendo. Además, se está viendo una mayor aceptación del MDMA a nivel medicinal. Por ejemplo, Australia aprobó esta droga para su uso terapéutico, mientras que Estados Unidos está trabajando en la misma medida, principalmente para tratar estrés postraumático.

Para mejorar la escena electrónica nacional se pueden hacer un montón de cosas.  “Creo que es un poco también educar al público. Porque si no, vamos a seguir viendo los mismos nombres en las carteleras durante años. Creo que estamos en ese proceso de transición donde hay una nueva camada y no sé si hablo desde la realidad o desde las ganas. Pero una nueva camada de músicos, artistas electrónicos incipientes que están empezando a copar la escena. Ojalá sea ese el caso y ojalá nos pongamos más las pilas y salgamos de la fórmula que ya sabemos que funciona para empezar a volcar en la música un mensaje real que nos movilice realmente. Creo que eso es lo que se viene y lo que me gustaría que se venga”, finaliza.

 

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