Financiamiento Educativo

La millonaria deuda del Estado con la educación que interpela a todos los gobiernos

A lo largo de estos años el Estado argentino fue acumulando una deuda muy importante con el sector educativo. De acuerdo con un informe de Argentinos por la Educación, el pasivo acumulado asciende a 3,4 billones de pesos constantes de 2022.

Ángeles Reig
Ángeles Reig jueves, 2 de febrero de 2023 · 09:01 hs
La millonaria deuda del Estado con la educación que interpela a todos los gobiernos

La ley de Financiamiento Educativo acaba de cumplir 15 años. Establece que la suma del presupuesto del Gobierno nacional, las provincias y la Ciudad de Buenos Aires destinados a educación deberá alcanzar el 6% del Producto Bruto Interno (PBI). La meta debía alcanzarse de forma escalonada: 4,7% en 2006, 5% en 2007, en 2008 el 5,3% y en 2009 el 5,6%, hasta llegar al 6% en 2010.

De acuerdo con el informe recientemente publicado por el Observatorios de Argentinos por la Educación, la ley solo se cumplió en tres oportunidades: en 2009 (cuya meta era el 5,6%), en 2013 (que incluía ciencia y tecnología) y en 2015. El resto de los años se acumuló una deuda de 26.209 millones de dólares, o 3,4 billones de pesos.

La deuda acumulada

Si miramos la diferencia entre lo que debió invertirse y lo que efectivamente se gastó, veremos que, a lo largo de estos años el estado argentino fue acumulando una deuda muy importante con el sector educativo. De acuerdo con el informe, el pasivo acumulado asciende a 3,4 billones de pesos constantes de 2022.

Los años más deficitarios fueron 2019, cuya deuda fue de 841 mil millones, 2018 (751 mil millones) y 2020 (570 mil millones).

Si tomamos la deuda en su totalidad (2006-2020), veremos que más de la mitad se contrajo entre los años 2018 y 2020. Lejos de buscar corregir el error, con el paso del tiempo, éste parece profundizarse.

¿Pero a qué equivale la deuda?

La deuda acumulada equivale al 5% del PBI del año 2020, es decir, 3,4 billones de pesos del 2022. Puesta en dólares asciende a US$26.209 millones (TC: $132,15 – promedio 2022). Como bien afirma Mariano Narodowski, coautor del estudio, “es la mitad de la duda con el FMI y señala la falta de compromiso de los sucesivos gobiernos con el proyecto educativo.”

Dos cuestiones para pensar

Si bien el informe pone de manifiesto un hecho que tiene importancia en sí mismo, sirve también para volver a poner el foco en dos cuestiones fundamentales a la hora de pensar y discutir la realidad educativa.

La primera es el valor y el alcance que tienen las leyes en nuestro país. Sobran los ejemplos de leyes que no se cumplen. Solo con mirar el campo educativo encontramos varias: los 180 días de clase, el acceso universal a las salas de 3 y 4 años o el funcionamiento del SInIDE por mencionar algunas. Pareciera que las leyes no están para ser cumplidas, sino para ser una suerte de horizonte aspiracional al que quizás, algún día, lleguemos. Así, con el correr del tiempo se va produciendo un defasaje cada vez mayor entre lo que dicen las normas y lo que efectivamente sucede en la realidad. ¿Es el 6% un objetivo cumplible o una expresión de deseo?  Deberíamos sincerarnos al respecto.

El segundo punto es la relación que existe entre gasto y calidad educativa. El sentido común no indica que no haya una causalidad necesaria entre una cosa y la otra.

Basta observar lo que sucede en otros países de la región para confirmarlo. Si miramos el gasto en educación y lo comparamos, por ejemplo, con las pruebas PISA de 2018, veremos que países como Colombia, Perú o México, obtuvieron mejores resultados que nosotros a pesar de invertir un porcentaje menor de PBI en educación.

Como afirma el propio Narodowski “no hay relación lineal entre gasto educativo y calidad a partir de un umbral mínimo de inversión. Sin embargo, Argentina invierte poco e invierte mal.” La deuda no es solo económica.

Archivado en