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Las causas de la "mala nota" en Lengua y su impacto en otras áreas clave para el desarrollo

Una especialista en educación profundiza en las variables que influyeron para que los niños y niñas de sexto grado hayan demostrado un retroceso en materias clave. El aislamiento por la pandemia de covid, asegura, dejó huellas que se evidenciaron en los resultados y que implican profundos desafíos.
Es fundamental que los niños y niñas aprendan a comprender textos y leer desde edades tempranas.
Es fundamental que los niños y niñas aprendan a comprender textos y leer desde edades tempranas.

El declive en la calidad de la educación y los bajos niveles demostrados por los alumnos y alumnas de sexto grado, quedó en evidencia en Mendoza luego de que se dieran a conocer, el 21 de junio pasado, los resultados de las pruebas Aprender 2021. El retroceso se transparentó nada menos que en áreas clave del conocimiento que constituyen la base de todos los eslabones que, más adelante, se unirán en la cadena de desarrollo intelectual que, en cada caso, puedan lograr los estudiantes.

La luz roja ya está encendida, pues los datos demuestran que entre 2018 y 2021 creció de manera significativa la cantidad de niños y niñas que manifestaron poseer conocimientos "por debajo" de lo esperable para esa edad en Lengua.

Justamente, lo que hoy pide a gritos la escuela primaria es nada menos que las bases de la formación futura tengan consistencia y solidez, de manera de potenciar desde los primeros años de la escolarización, todas aquellas herramientas que inviten a desarrollar la capacidad de expresión, lectura e interpretación de textos. Básicamente, porque de ello dependerá la apertura a la incorporación de nuevos conocimientos. Así, los gráficos que devolvió la evaluación pusieron sobre la mesa un abanico de temáticas ligadas a la educación en Argentina que hoy son analizadas por especialistas desde diversos enfoques.

En lo superficial, los datos arrojaron por ejemplo, que en Lengua durante 2018 hubo un 6,2% de los estudiantes que manifestaron conocimientos por debajo del básico esperable para ese año de la primaria. En tanto, tres años después, el deterioro quedó expuesto con un 20,9% de niños y niñas en esa situación. Por su parte, en Matemática, la variación fue diferente. Mientras que el 19,1% de los alumnos de sexto año no llegó a aprobar los contenidos básicos esperables, tres años después ese porcentaje creció al 19,8%.

Pero, en lo profundo, los hechos vividos por la sociedad en aquella "bisagra" que significó la pandemia de covid dejan entrever que hubo nuevos y complejos factores que se sumaron a los problemas que ya venía arrastrando la educación en el país y en Mendoza en particular.

Un pilar que se desmorona

Mónica Matilla, doctora en ciencias psicopedagógicas, profesora titular e investigadora de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Cuyo UNCuyo, plantea la relación que explica el motivo por el cual a los estudiantes les fue algo mejor al momento de resolver desafíos mentales en el área de Matemática. Al profundizar en el tema, la especialista en educación con amplia trayectoria, destaca que es evidente que los alumnos, por ejemplo, han logrado resolver con éxito procedimientos algorítmicos sencillos. Sin embargo, a la hora de resolver problemas (lo cual implica en sí mismo, interpretar textos y consignas) las carencias relacionadas al desarrollo de habilidades lectoras saltan a la vista. En ese sentido, Matilla destaca que "la dificultad de fondo es que en Lengua no logran responder preguntas de textos sencillos y lineales". 

De este modo -aclara Matilla- los resultados en Lengua también atraviesan los resultados en matemáticas, porque en algunos casos los alumnos logran mecanismos procedimentales pero no pueden establecer relaciones ni conexiones. "Esto es lo que debería trabajarse desde la lengua". Justamente, de ello dependerá el desarrollo del niño o niña en relación a capacidades que son transversales y que están más vinculadas con la lengua y la matemáticas.

El aislamiento obligado por la pandemia profundizó la crisis que ya se venía perfilando en materia educativa

Ahora bien. Planteado este hecho, Matilla explica que si la base de la comprensión lectora no es sólida para buena parte de los alumnos de la primaria, entonces esta situación determinará el éxito o el fracaso en áreas donde se requiere agilizar y poner en marcha mecanismos básicos de lectura, comprensión, coherencia y memorización. Por eso, detalla, lo que debería trabajarse desde la lengua es la posibilidad de establecer conexiones y relaciones fundamentales, puesto que estos mecanismos mentales serán la clave para abordar materias transversales, como historia o geografía, entre muchas otras.

Desde este punto de vista entonces, para comprender es fundamental leer. Y leer en voz alta es el ejercicio que Matilla recomienda a la hora de sumar herramientas dentro del aula. Su aclaración no es azarosa, pues durante el período de inestabilidad en todos los planos de vida cotidiana que implicó la pandemia de covid 19, el uso del lenguaje en el interior de los hogares comenzó a ganar terreno desde la PC y los videojuegos.

El lenguaje, en el interior de los hogares y las familias que desde el encierro buscaron centrarse en resolver emergencias de toda índole, presiones y pérdidas, tomó -desde el análisis de Matilla- matices "mecánicos". Un año y medio sin establecer lazos sociales, limitó además la posibilidad de socialización e intercambio comunicativo entre pares; una necesidad fundamental desde el punto de vista del desarrollo, sobre todo en edades tempranas. "Estos factores pueden haber influido mucho en los resultados", afirma Matilla y destaca que todos estos factores que vinieron asociados a las problemáticas sociales, dejaron en claro la disminución en el lenguaje oral desde el punto de vista comunicativo. Por eso, el papel de la escuela recobra una importancia fundamental, con desafíos y nuevas formas de enseñanza que determinarán en definitiva, las posibilidades de inserción futuras de la infancia en Mendoza.