Población qatarí, tan chica como la del barrio porteño de Palermo

Qatar tiene una superficie apenas 246 veces más chica que Argentina y no es una república, es una monarquía absoluta que se independizó hace apenas 41 años, en 1971 tras un largo conflicto político con el reino británico logrando ser un emirato. Así y todo, es un ejemplo de cómo explotar los pocos recursos, que lo llevan a ser un enorme jugador dentro del mundo de exportación de petróleo y gas natural, pero que decidió tiempo atrás ir por el turismo masivo, algo que nunca se había hecho.
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Actualmente, Tamim bin Hamad Al Thani, de 42 años de edad, es el emir que gobierna este país con bajo nivel de conflictividad, donde se cumplen las reglas y se tiene la mayor renta per cápita del planeta.
Su densidad demográfica es bajísima e invita a una comparación concreta: cerca de 250.000 personas viven en Qatar y son ciudadanos propios, casi la misma cantidad de personas que habita en el barrio porteño de Palermo, mientras que el resto son extranjeros que por la alta rentabilidad, eligen ese destino para vivir por un tiempo.
Su economía es de “altos ingresos” según el Banco Mundial, aunque tiene el control total de sus recursos naturales. La única razón por la que el mundial se jugará este mes, es para evitar los 50 grados de temperatura que hay en el verano qatarí, menos soportables que los invernales 20 grados.
En Qatar hay 331 argentinos, pero según la cantidad de entradas vendidas, los argentinos serán la comunidad más grande a la hora de empezar el mundial, la inversión más grande de la historia del país. En moneda oficial, nuestro salario promedio es bajo con respecto a Qatar, que tiene una situación de pleno empleo (0,3 con respecto al 10,9 argentino) y una inflación anual de 2,30%, es decir, unas 40 veces menos de inflación que Argentina.
Así y todo las leyes son muy duras contra la corrupción, algo anómalo en Qatar por las consecuencias para los que delinquen.
Un país que nos espera para disfrutar de una cultura poco conocida, con una población parecida en su totalidad a la porteña, es decir, cerca de tres millones de habitantes y una inversión en tecnología para abordar el mundial que demandó cientos de millones de dólares.