Opinión

Día del Estudiante: nada que festejar

Informes como el realizado por CIPPEC por el Día del Estudiante deja poco margen para festejar. El trabajo, por otra parte muy alineado a otros de diferentes organizaciones enfocadas en educación, va poniendo dimensión a la inédita tragedia educativa que padecimos los argentinos.

Alejandro Finocchiaro martes, 21 de septiembre de 2021 · 20:23 hs
Día del Estudiante: nada que festejar
Foto: Pixabay

Este regreso a las aulas, como el improvisado anuncio realizado este 21 de septiembre por el gobernador bonaerense Axel Kicillof, “se da en condiciones educativas, económicas y sociales deterioradas luego de un año y medio de convivencia con la pandemia”.

A eso, que señalan los autores Alejandra Cardini e Iván Matovich, quiero agregar: de convivencia con la pandemia bajo una administración irresponsable, la de un Gobierno que siempre postergó el prioritario derecho de los chicos a la educación frente a intereses partidarios o sectoriales. 

Algunos datos: 

Antes de la irrupción del coronavirus, el 95% de los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 17 años asistían a la escuela. En 2019 se estimaba que solo 5  de cada 10 ingresantes en primer año de la secundaria completaba el nivel. Y de ellos, nada más que tres lo hacía en el tiempo estipulado. 

Entre 2010 y 2018, en América Latina y el Caribe el porcentaje de jóvenes fuera de la escuela se redujo un 5% (casi 1,5 millones). Después de la pandemia, se espera que la tasa de jóvenes fuera de la escuela ascienda a un valor similar al que la región tenía en 2012.

En la Argentina el retroceso es peor. Durante el 2020, 4 de cada 10 jóvenes tuvieron bajo o nulo vínculo con sus docentes. De acuerdo al informe, en el primer semestre de 2021 hubo semanas en las que 9 de cada 10 estudiantes no asistían a las aulas. Además, a raíz de la pérdida de fuentes de ingreso en sus hogares, aumentó drásticamente el número de chicos que dedican tiempo al trabajo, tanto a nivel doméstico como fuera de la casa. Otro estudio, esta vez de OIT, Unicef y el Ministerio de Trabajo de nuestro país, le puso dimensión al drama que atravesamos: la mitad de los niños, niñas y adolescentes que trabajan comenzó a hacerlo durante la pandemia.

Debido al abandono de las políticas de evaluación -a fines de julio de este año se había ejecutado solo el 5,9% del presupuesto aprobado-, el país no cuenta con herramientas que permitan conocer con precisión el nivel de aprendizaje de los estudiantes en este nuevo contexto.

Sin embargo, es altamente probable que estemos en un escenario de menores aprendizajes respecto de los esperados en circunstancias normales. La simulación que hace CIPPEC exhibe que, en el nivel secundario, 7 de cada 10 jóvenes no alcanzarían el nivel mínimo de rendimiento. La dificultad propuesta no es elevada, solo significa comprender un texto de extensión moderada. ¿Recuerdan el caso Toyota, en el que los postulantes para una oferta laboral no lograban leer un diario?

El estudio recomienda, para enfrentar este desafío que representa el abandono escolar, implementar sistemas de alerta temprana (SAT). En este punto, tampoco puedo dejar de agregar que, durante la gestión anterior desarrollamos el programa Asistiré que consistía esencialmente en eso. 

En 2019, con su implementación en 670 escuelas de 6 jurisdicciones del país (era un piloto que íbamos escalando territorialmente), logramos que casi 7000 estudiantes, cuyas trayectorias educativas estaban en riesgo fueran acompañados. El 75% de estos casos presentó una evolución positiva y más de 5000 de esos chicos se revincularon efectivamente. 

Es penoso recordar que Asistiré fue discontinuado por las autoridades del NO-Ministerio de Educación que hemos sufrido hasta ahora.

 

* Alejandro Finocchiaro, exministro de Educación y candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires

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