Del hilván al museo, cómo ganó prestigio el arte textil
El arte textil tejió con paciencia y avanzó como una tendencia sólida en el mundo entero, ubicándose en las ligas mayores del arte. María Victoria Silva, que fue incluida en el exclusivo Salón Nacional, explica cómo es el proceso creativo.
En general, cuando nos hablan de arte textil nos remite a los antiguos tapices de los castillos medievales. A los telares de los indígenas cuyos productos se compraban por monedas y se revendían a altos precios, o a ciertas piezas bordadas a “tamburello” por bisabuelas italianas, y podríamos seguir agregando ejemplos. Pero casi ninguno de nosotros tiene muy en claro lo que se entiende por arte textil hoy en día.
Durante los siglos XV, XVI y XVII, el tapiz cubría las inmensas paredes de los castillos medievales protegiendo así del frío y la humedad a sus habitantes, agregando además belleza y calidez. El tapiz llegó a ser la pieza de lujo más cara y exclusiva, dejando de lado aquella única función utilitaria. Y fueron la obra de arte más cotizada, símbolos de riqueza y poder de la realeza.
El primer referente de grandes talleres dedicados a la confección del tapiz está en Flandes. De hecho, la producción durante los siglos más importantes de los tapices (XV, XVI y XVII) se centra en el actual Benelux. Integrando hoy estupendas colecciones, en especial en España.
Todas las técnicas se han ido recombinando, los materiales se han diversificado, las estéticas se acercaron a las tendencias actuales del arte sin perder su esencia: “lo textil”, aquello que implica una urdimbre muy especial, una construcción de nudo tras nudo, puntada tras puntada. Tomaron banderas para expresar ideas, conceptos abstractos. Se reinventaron, se adaptaron, crecieron. Hay instituciones dedicadas exclusivamente a su difusión, se hacen bienales internacionales y se ha
creado todo un movimiento alrededor de esta disciplina en constante crecimiento. Las obras de arte textil deberían estar más presentes en los diseños de arquitectura interior.
Los artistas textiles “clavaron una pica en Flandes”
El juego de palabras y el significado del dicho me surgen rápido porque el Salón Nacional, lugar anhelado por todo artista argentino, incorporó desde unos años atrás, junto a otras disciplinas, el arte textil. Gran logro para sus representantes.
Elijo hoy a María Victoria Silva, una artista plástica argentina de formación académica, de largo recorrido, con múltiples premios, exposiciones individuales y colectivas. Dedicada a la pintura, el diseño de objetos de arte y al arte textil. Valoro en ella la minuciosa elección de sus materiales, pequeñas piezas meticulosamente pensadas en cuya urdimbre no solo juegan aspectos plásticos
sino también el valor de la palabra, siempre presente para realzar el concepto que plantea en sus obras.
-Tenés una larga trayectoria en la pintura y en la creación de objetos de arte, ¿cuándo comenzaste con el arte textil, y cuándo expusiste en el Salón Nacional?
-Expuse en la Edición 102 del año 2013 en el Salón Nacional. Si bien trabajé muchos años con pintura acrílica sobre tela, no siento que haya abandonado la pintura, solamente amplié la capacidad de trabajo con otros materiales. Sigo trabajando mucho el color, y la luz es el tema que siempre da vueltas en mis trabajos. Amo el color, su transparencia y la capacidad de vibrar y transmitir emoción. El color no tiene traducción en palabras, uno puede nombrar un verde por ejemplo, pero cada uno ve en su mente el verde que desea. Ese mundo interno y lúdico es lo que expreso en mis trabajos, un universo propio y personal y me valgo de diversas herramientas y materiales que podrían leerse en su conjunto como una experiencia textil.
-¿Qué fue lo que te atrajo del arte textil?
-Lo diverso y amplio de esta disciplina fue lo que me atrajo a investigar y a trabajar, a sumergirme en los hilos, telas, filtros de luz, papeles de todo tipo y textura, papeles artesanales, papeles pintados por mí, pequeños grabados sobre papel calco, fibras teñidas en diferentes colores, transparencias, opacidades, brillos y color. Todo un abanico de técnicas y texturas al servicio de la obra, toda mi capacidad de juego con los materiales buscando siempre la armonía del color y la forma. El resultado es un gran collage de color, vibración y textura que termina leyéndose como un entramado textil. Una yuxtaposición de materiales que conforman un nuevo material que recorto en distintos tamaños y formas para que me sirva de materia prima de mi trabajo. Este material resultante lo uno con aros de metal, con hilos anudados, lo trabajo también tejiéndolo sobre redes, lo bordo sobre malla plástica, utilizo técnicas textiles para unirlos en todas las formas posibles. El textil es una excusa para unir, esa es mi tarea.
-Tus obras son de grandes dimensiones, en general, aunque muchas que son como pequeñas joyas, y llevan una elaboración muy complicada, contame un poco sobre eso.
-Tengo trabajos de grandes dimensiones que me llevan bastante tiempo de elaboración y otros más pequeños que no por ello menos trabajosos. Algunos de 3,00 metros y otros d 20 centímetros. Últimamente vengo trabajando con el tema de los 4 elementos fuego aire agua y tierra. Me surgió este tema de trabajo como una necesidad de valorar la tierra donde habitamos, tan maltratada por nosotros y tan creídos de que estos elementos tan básicos siempre van a estar. Aunque la madre tierra siempre va a estar para cobijarnos y entregarnos sus dones, no tenemos el derecho de maltratar, malgastar, desechar y ensuciar sin tener consecuencias de nuestras acciones.