Llegó el frío y las aulas deben estar ventiladas, ¿cómo se superan las bajas temperaturas en las escuelas?

Bajan las temperaturas y la llegada del frío genera debate en torno a la ventilación de las aulas por el contexto de pandemia.

Según los expertos y las normativas de la DGE (Dirección General de Escuelas), en las escuelas todas las aulas deben estar ventiladas para evitar que el coronavirus se propague entre alumnos y docentes, en caso de que uno de ellos se encuentre enfermo.

La ventilación en los espacios cerrados, por ejemplo en las aulas, debe ser constante y cruzada, se deben mantener las puertas y ventanas abiertas 5 centímetros. 

Ahora bien, al momento de llevar esto a la práctica surgen los interrogantes. ¿Con mínimas de 2 grados cómo superan el frío dentro de las aulas?.

La comunidad educativa, en general, se ha adaptado a la “nueva normalidad”. Ya sea por pedido de los directivos a través de comunicados o por decisión propia, padres y docentes han decidido que la mejor manera de pasar estos días fríos y mantener los protocolos es “abrigarse mucho”.

“Le pongo muchas capas de ropa: primera piel, jogging, remera, polar, arriba el buzo de la escuela y arriba de todo eso la campera”, cuenta una mamá.

“Los mando con mucha ropa, pero en lo posible cómoda para que se puedan mover y no se desabriguen”, explica Gisel mamá de una niña de 7 años y un niño de 4 y agrega: “En la escuela han prendido las estufas en las aulas y mantienen la ventilación igual”.

Una maestra jardinera de sala de dos años cuenta que en su aula tienen “todo abierto” y sin estufas prendidas, “pero estamos todos muy abrigados”.

¿Por qué se debe mantener ventiladas las aulas?

Sergio Saracco, médico toxicólogo y miembro del Comité Científico de la Asociación Toxicológica Argentina explica que la ventilación constante y cruzada es fundamental mantenerla en los espacios cerrados y que a su vez es posible calefaccionar los ambientes. 

El especialista advierte que lo que se debe evitar es que “haya concentración ambiente” y aclara: “si todos respiran al mismo tiempo en un lugar cerrado y una persona está enferma hace que el virus esté en suspensión y que otro lo inhale”.

Para poder continuar con las ventanas y puertas abiertas en las aulas Saracco recomienda que se enciendan las estufas para que no se sienta tanto frío. “Además al estar más caliente el aire adentro facilita que salga del aula y se renueve, es una cuestión física”.

“El frío no enferma, lo que enferma son los cambios de conducta que tenemos esos días: nos encerrarnos”, aclara. Cuando hace frío se produce un cambio en la mucosa. Al respirar aire frío y seco la mucosa se inflama y esto hace que sean más propicias a que ingresen bacterias.

En este punto Saracco hace una pausa para explicar por qué es importante el uso permanente del cubrebocas en los días fríos, “el barbijo ayuda a mantener una micro atmósfera de humedad y temperatura que protege a la mucosa de la agresión del frío y el ambiente seco, similar al rol que cumple la bufanda”.

No todos corren con la misma suerte

La idea de abrigarse más de lo que están acostumbrados para poder mantener ventiladas las aulas en algunas escuelas se puede cumplir, pero hay una porción de la comunidad educativa que no podrá lograrlo. 

Según los últimos datos publicados por el Indec, en Mendoza 6 de cada 10 niños y niñas, menores de 17 años son pobres. Son esos niños los que no tendrán muchas opciones para estar más abrigados que de costumbre y los que van a sentir más el frío este año. 

Según el Servicio Meteorológico Nacional este año en Mendoza se esperan temperaturas por debajo del promedio, es decir que en la provincia va a estar mucho más frío de lo normal. ¿Quién abrigará esos días a estos niños que no tienen muchas capas de ropa para sentirse más calentitos?