Opinión

El apagón que le da un nuevo tackle al talón de Aquiles del Presidente

En medio del debate por la restricción de las clases presenciales en el AMBA, la irrupción de voces de conocidas figuras que frecuentemente no hablan de política, dejó en evidencia la anemia de famosos dispuestos a defender a Alberto Fernández. Otro signo de la debilidad carismática del mandatario.

Laureano Manson
Laureano Manson jueves, 22 de abril de 2021 · 16:00 hs
El apagón que le da un nuevo tackle al talón de Aquiles del Presidente
Alberto Fernández

En estos últimos días, la decisión de Alberto Fernández de restringir las clases presenciales en el AMBA por el aumento de contagios de coronavirus y la consecuente batalla legal entre el Gobierno y la Ciudad de Buenos Aires, alimentaron un encendido debate que atraviesa a la sociedad y los medios.

No vamos a analizar aquí los argumentos de periodistas, que enmarcados en su compromiso crítico de la realidad o alineados con el perfil editorial de las empresas para las que trabajan, trazaron su postura en esta polémica. En cambio, nos vamos a detener en la irrupción de voces de varias figuras conocidas por el gran público, y la notoria anemia de famosos dispuestos a poner su cuerpo en defensa del Presidente.

Que referentes de la farándula nacional como Dady Brieva, Pablo Echarri o Flor Peña hayan expresado su apoyo incondicional a la medida de restricción dispuesta por Alberto Fernández, es una muestra de su constancia en lo que vienen pregonando desde hace tiempo. En esta oportunidad, Echarri tildó de "cruel y suicida la jugada política de Horacio Rodríguez Larreta", también "enterró" al jefe de Gobierno porteño junto con Mauricio Macri y Patricia Bullrich en otro mensaje. Más allá del impacto de los tuits, el actor optó por no llamarse a silencio y se mostró fiel a sus convicciones. Lo mismo sucede con Peña, que corriendo el riesgo de sufrir un apagón de rating en su magazine de las mañanas en Telefe, decidió levantar polémica con un planteo que fue más allá de la dirigencia política, para impactar de lleno en un sector de la sociedad. La actriz confrontó a los padres que dicen que sus hijos lloran por la restricción de las clases presenciales y desató una lluvia de opiniones cruzadas en la red.

Obviamente, a esta altura no resultan novedosas las opiniones de Brieva, Echarri o Peña. Tampoco las de Susana Giménez, que viene de protagonizar un estruendoso desliz al difundir un falso audio de Alberto Fernández, o Juana Viale con su filosa pregunta sobre la "relajación" del Presidente. 

Lo que sí puede ser tomado en cierto punto como llamativo es la conjunción de voces de reconocidas figuras que no hablan de política con tanta frecuencia. Algunos podrán decir que su discurso a favor de las clases presenciales no tiene una connotación partidaria, pero en este contexto de polarización extrema resulta un tanto ingenuo deslindar por completo el tema de la escolaridad de la crítica hacia el Gobierno. Guillermo Francella, Marta Minujín, Canela, Maru Bottana, María Julia Oliván y Martín Tetaz; son algunos de los referentes que aparecen en un video de apoyo a la continuidad de la presencialidad en las aulas. Mientras que desde las redes sociales, Pampita, Marley, Guillermina Valdés, Paula Chaves y el Pollo Álvarez; también se sumaron a la misma posición. De toda esa catarsis, se desprende la falta de apoyo estelar que padece el líder del Gobierno.

El peronismo, como toda fuerza política, ha sabido reafirmar su fervor popular a partir de la adhesión de un sector de la farándula. En este sentido, Alberto Fernández no ha logrado potenciar la cosecha de adherentes famosos que labraron Néstor Kirchner y Cristina Fernández. No hay nuevas voces de figuras conocidas por el público masivo que acompañen al mandatario, apenas la resistencia de aquellos conquistados por su mentora en el poder. Para algunos, este podrá ser un dato cholulo e irrelevante, pero como es sabido el peronismo ha construido una buena parte de su historia desde la pregnancia de sus líderes. El apagón de los famosos al Presidente es una muestra más de su debilidad carismática. El talón de Aquiles de un mandatario que hoy más que nunca depende de la construcción de un proyecto político sólido y propio.