Caracol gigante africano: ¿por qué aseguran es tan peligroso?
Desde Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) emitieron una alerta tras detectar la presencia de esta peligrosa nueva especie invasora.
La primera vez que se detectaron ejemplares del caracol gigante africano (Achatina fulica) en la Argentina fue en 2010 en Puerto Iguazú, Misiones, y años más tarde fue detectado en la ciudad de Corrientes. Ahora, el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) advirtió de la aparición de 15 ejemplares en la ciudad de Eldorado, Misiones.
Esta especie exótica oriunda del este de África fue declarada por el Ministerio de Ambiente como dañino y perjudicial para la conservación de la biodiversidad, las actividades productivas y la salud humana. El motivo de esto que se trata de una especie invasora y hospedadora de ciertos tipos de gusanos que, a su vez, son potenciales causantes de enfermedades zoonóticas.
Este caracol se introdujo en América, Asia, Oceanía y Europa mediante la acción del hombre, que facilitó su rápida dispersión, fundamentalmente para su cría como alimento. La dispersión también se debió al traslado involuntario adherido a vehículos y a camiones usados en cosechas. También, a su uso como carnada y al comercio de plantas en macetas, donde se alojan los huevos. Por último, a su tráfico como mascota.
A diferencia del caracol nativo, conocido como el "caracol blanco", el africano puede medir hasta 20 centímetros y tiene el borde de su caparazón partido, de forma helicoidal y de color violeta oscuro.
¿Por qué es peligroso?
"Este tipo de caracol puede ser portador de nematodos (parásitos) que son perjudiciales para la salud humana. Por eso se recomienda no tocarlos y manipularlos con precaución. Desde el punto de vista del medio ambiente también son muy nocivos porque debido a su velocidad de reproducción y su falta de predadores naturales pueden constituirse en una plaga en muy poco tiempo. Y como tienen un crecimiento muy rápido y comen cualquier cosa pueden constituirse en un peligro para los cultivos", explicó Emilio Rey, del Senasa.
El caracol gigante africano es considerado una plaga por su capacidad de reproducción y porque puede llegar a producir graves daños en ecosistemas y cultivos tropicales. Además, puede causar un gran impacto en la agricultura y la fauna de caracoles de la zona.
Los parásitos que pueden transmitir a humanos y animales están presentes en la baba del caracol y pueden contaminar frutas y verduras, que en el caso de no ser lavadas correctamente pueden causar enfermedades de origen zoonótico a las personas. Por ello se recomienda no tocarlos, no usarlos como carnada, no comerlos y evitar su traslado.