Lluvia de botellazos hacia casas ajenas a la salida de un boliche mendocino

El hartazgo y la impotencia se apoderaron de una familia lujanina que sufre hechos vandálicos al horario de salida de un reconocido boliche. La misma expresó que distintos grupos de jóvenes adultos se encargan de arruinar su fin de semana al destrozar ventanas mediante botellas y piedras.

La coyuntura actual, en relación a la seguidilla de episodios violentos protagonizados por jóvenes a nivel nacional, demuestra que las situaciones vividas dentro y fuera de los boliches están siendo desnaturalizadas poco a poco. Muchas de estas contemplan hechos de suma violencia, desde salvajes peleas, hasta actos de vandalismo o accidentes mortales en automóviles. Paulatinamente la gente comienza a darse cuenta que esto no debe ser tolerado por la comunidad y por aquellos que asisten al establecimiento nocturno sin hacer daños. También, esto no debe ser avalado por personal municipal y personal privado del boliche en sí.

En esta ocasión, fue una familia de Luján de Cuyo la que denunció a través de redes sociales la intolerable situación que debe vivir cada fin de semana a raíz de la gran concurrencia al boliche NIKKI, ubicado sobre Ruta Panamericana.

Alrededor de las 6:00 de la mañana, cuando la gente comienza a dispersarse y abandonar el lugar, es cuando el escenario se torna indignante para los vecinos de la zona. Los jóvenes, al salir al estacionamiento, notan que desde las instalaciones pueden ser vistos los patios traseros de un barrio aledaño. Al encontrarse a varios metros de altura, comienzan a arrojar botellas o piedras a las casas. Muchas veces lo hacen al grito de “A ver quién le emboca a la pileta o quién rompe una ventana”, contó una denunciante.

“Da mucha bronca y tristeza tener que escuchar como explotan en las ventanas botellas y piedras que vienen desde arriba gracias a los borrachos de mierda que no tienen mejor idea que romper casas”.

En relación a las represalias tomadas, la familia dijo: “Una vez nos fue reconocido el seguro de la casa por los daños causados. En cuanto a lo dicho por el dueño del boliche, dijo que ‘se iban a fijar con los guardias que podían hacer’. Mientras tanto vamos a denunciar en el municipio”.

Sin soluciones concretas, la noche mendocina sigue dando de qué hablar entre diversos inconvenientes que se presentan cada fin de semana.