Opinión

Diego Maradona: adiós a un mito humano

La muerte del futbolista nos hace pensar en la mitificación que tuvo. Pero también en la manera que se lo juzgó durante su vida.

Santiago Hernandorena
Santiago Hernandorena miércoles, 25 de noviembre de 2020 · 17:01 hs
Diego Maradona: adiós a un mito humano
Foto: Prensa GELP

Todos los mitos tienen un héroe que se enfrenta a un mal superior, contra la adversidad, con parámetros morales o éticos superiores. Pero en la gran mayoría de ellos, termina cayendo en desgracia por sus propias limitaciones humanas, o están condenados a un destino cruel al que pueden escapar momentáneamente, pero que finalmente los alcanza. Maradona, por consecuente, es un mito en sí mismo.

Según la Real Academia Española, esta es la definición de mito:

mito:

Del gr. μῦθος mŷthos.

1. m. Narración maravillosa situada fuera 

del tiempo histórico y protagonizada por

personajes de carácter divino o heroico.

2. m. Historia ficticia o personaje literario 

o artístico que encarna algún aspecto 

universal de la condición humana.

3. m. Persona o cosa rodeada de 

extraordinaria admiración y estima.

4. m. Persona o cosa a la que se atribuyen 

cualidades o excelencias que no tiene. 

Nacido en un barrio “privado….privado de luz, agua y teléfono” como dijo él, logró sobresalir por medio de su capacidad como jugador de fútbol y convertirse, no solo en el mejor de su generación, sino en un referente para muchos que lo vieron jugar. Para algunos, se convirtió en algo más que un humano: era el héroe que combatió las injusticias inglesas con un gol tramposo y otro maravilloso. Luego se enfrentó al poder italiano, que había organizado un mundial a su medida, y, ante los insultos al himno, cerró la boca de los tifosi, arruinándoles la fiesta. Ya no era cualquiera: era quien se enfrentaba a los poderosos y los vencía.

Pero las propias limitaciones de nuestro héroe eran reales: consumía drogas, se juntaba con personas que no lo guiaban por el buen camino. Cayó en desgracia y fue castigado por ello.

Así y todo, el amor por el héroe no decayó. La culpa, en algún lugar, no era de él. Y cuando pareció que todo lo que “debía ser” se desmoronaba, se gritó si nombre para que viniera al rescate.

Y volvió. Recuperó su espada y escudo y volvió. Pero nuevamente mostró su debilidad y fue castigado. Esta vez eran los “dioses” del Olimpo futbolístico los que lo habían engañado. Les fue útil, y lo descartaron, según la opinión de sus defensores.

El héroe se enfrentó a ellos múltiples veces, perdió en casi todas. Luego se amigó momentáneamente pero nunca pudo dejar su condición heroica y se opuso al “mal”.

Hoy el héroe sucumbió. El talón de Aquiles finalmente cedió. Los excesos lo alcanzaron. El héroe ha muerto.

No juzguemos al héroe. Al fin y al cabo no es más que otro como nosotros, solo que mejor en algo. Un algo que dio muchas alegrías a algunos, muchas tristezas a otros.

Maradona, humano, héroe, villano, es un mito en si mismo, plagado de todas las características que debe tener.

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