Es que el australiano Olly Hurst se puso sus audífonos o casco con cancelación de ruido para ir a trabajar. De pronto, tal como él contó, empezó a sentir un cosquilleo en una de sus orejas.
“Estaba sintiendo algo que me hacía cosquillas en el oído”, contó.
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“¡Esto es desagradable!”, continuó.
Al arácnido se le veía muy cómodo, como si estuviera tomando una siesta. Entonces, el hombre empezó a golpear sus audífonos contra el suelo para sacar a la araña, pero esta no quiso irse. Lo intentó en reiteradas oportunidades, pero no tuvo éxito. El animal ni se movió.
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