Salud

Cuándo usar la biometría para mejorar la salud

Christine Kim es Directora de Alianzas Estratégicas en Simprints, una empresa de servicios biométricos sin fines de lucro con sede en el Reino Unido. Este informe elaborado para el BID fija un panorama en torno al uso de los datos biométricos en las cuestiones sanitarias.

jueves, 8 de agosto de 2019 · 10:25 hs

En los barrios marginales urbanos de Bangladesh surgió BRAC Manoshi, una iniciativa comunitaria de Salud Materna, Neonatal e Infantil (MNCH, por sus siglas en inglés) impulsada por trabajadores de la salud de la comunidad. Consiste en visitas domiciliarias para detectar, prevenir y tratar complicaciones durante el embarazo. Si bien el éxito del programa ha sido arrollador para mejorar resultados en salud, a menudo enfrenta dificultades para identificar correctamente a mujeres embarazadas y para brindar atención médica que pueda salvar su vida y la de sus bebés.

El componente que falta

La identificación correcta del paciente es la piedra angular para toda intervención en salud. Aun así, mil millones de personas no tienen una identidad formal, lo que las hace invisibles a los ojos del mundo. Las organizaciones de alto impacto han intentado subsanar esta dificultad a través de esquemas de identidad alternativos, por ejemplo:

  • Identificaciones específicas para cada programa, como tarjetas de vacunación, códigos QR físicos y folletos para pacientes

  • Identificadores personales, incluyendo nombres, fecha de nacimiento y código postal

Sin embargo, el primer punto fracasa cuando las identificaciones se pierden, son robadas o dañadas; y el segundo resulta inviable como identificación única cuando los nombres se superponen o pueden deletrearse de varias maneras. Por ejemplo, en algunos lugares, más del 60% de los hombres presentan alguna variación del mismo nombre, y a menudo los pacientes no saben su fecha de nacimiento exacta, o en los barrios marginales y los pueblos no hay un código postal formal.

El papel (prudente) de la biometría

Una posible solución a este desafío de la identificación es la biometría. Cada vez son más las pruebas que demuestran que la biometría posee un gran potencial de crear sistemas sólidos de identificación en periodos cortos de tiempo, mejorando la prestación de asistencia y salvando vidas. Esto es especialmente cierto para las zonas remotas, en caso de situaciones migratorias repentinas, o cuando las tarjetas de identificación no son un requisito para la prestación de servicios, como suele ser el caso en América Latina y el Caribe. El proyecto SCOPE del Programa Mundial de Alimentos, por ejemplo, verifica la distribución de las ayudas alimentarias a refugiados con ayuda de la biometría. Con el advenimiento de las identificaciones biométricas, quienes antes fueron ‘invisibles’ pueden acceder a servicios esenciales que pueden salvar vidas.

Sin embargo, los tomadores de decisiones que contemplan a la biometría como una solución a los problemas de identificación deben considerar seriamente los riesgos potenciales. La biometría puede identificar a un individuo al medir sus características únicas como las huellas digitales o el iris (rasgos fisiológicos), la voz o la forma de caminar (rasgos de comportamiento). Por lo tanto, una habilidad superior para identificar personas correctamente también puede exponerlas a un mayor riesgo a través del uso indebido de datos, como utilizar la identificación para fines distintos a aquellos para los cuales el programa se creó en primer lugar.

Si bien los beneficios de la identificación única con biometría son varios, ¿cómo nos mantenemos por el buen camino sin extralimitarnos con su aplicación a la vez que la aprovechamos como la mejor herramienta para esta función? Ante todo, ¿cómo nos aseguramos de no hacer daño a la población más vulnerable? Podemos comenzar por plantearnos interrogantes cruciales acerca de la verdadera necesidad, precisión, privacidad y seguridad de los datos, y de la interoperabilidad.

¿Realmente es necesaria la identificación biométrica única?

En ocasiones, la biometría puede no ser la mejor herramienta o la más indicada para las necesidades de un programa. Vale la pena preguntarse: ¿los métodos de identificación no tecnológicos existentes son suficientes? En caso afirmativo, las identificaciones físicas con unos pocos datos como el nombre y la fecha de nacimiento pueden bastar. ¿Podrían otros métodos de identificación de menor grado tecnológico resolver los desafíos presentes? En caso afirmativo, los códigos de barras o los códigos QR son opciones viables. ¿Podrían los resultados del proyecto verse afectados sin una identificación confiable y única? En caso afirmativo, considera la biometría.

¿Es adecuada para la población objetivo?

Resulta sumamente desafiante recurrir a la biometría en países en vías de desarrollo —particularmente en entornos de primera línea de bajos recursos— debido a factores fisiológicos como huellas digitales marcadas, dañadas o quemadas, y a factores ambientales como el calor, el polvo o la humedad. En nuestro trabajo, hemos encontrado que a pesar de promesas de exactitud de casi el 100% según material promocional, la mayor parte de la tecnología biométrica de huellas digitales ha presentado porcentajes de error de 10 a 20 veces mayores al utilizarse en entornos desafiantes, volviéndola inviable para el trabajo de campo. Sin una tecnología creada para el propósito, es probable que las intervenciones biométricas fracasen.

¿Se respetan los derechos de privacidad y de protección de datos de las personas?

Desde todo punto de vista, los datos biométricos son una carga informativa sumamente confidencial. Como tales, mantener los datos biométricos seguros y garantizar los derechos de privacidad de las personas es esencial en toda intervención biométrica. Las buenas prácticas de privacidad deben seguir principios claves como la obtención del consentimiento explícito e informado y el respeto por los derechos de los titulares de los datos, como el derecho a ser olvidado. Para la seguridad del paciente, una regla de oro es el uso de normas modernas de protección de datos como la autenticación de dos factores y el anonimato/seudonimización de datos entre diferentes bases de datos. Lee este artículo sobre mejores prácticas para conocer más.

¿El sistema biométrico es interoperable?

En su expresión más sencilla, la interoperabilidad significa que dos sistemas dispares pueden comunicarse entre sí. Esto permite que se compartan datos entre organizaciones y ministerios de gobierno, previene la duplicación de los esfuerzos de registro y en última instancia elimina el problema de la dependencia de empresas privadas como únicos proveedores de servicios. La falta de interoperabilidad puede tener grandes consecuencias. Por ejemplo, en Nigeria, la duplicación de los esfuerzos de registro de datos biométricos ha costado al gobierno miles de millones de nairas, desperdiciando valiosos recursos humanos y financieros. Toda intervención biométrica debería utilizar normas interoperables como la ISO 19749-2, o almacenar imágenes en formatos estandarizados antes de procesarlas a través de tecnología patentada.

Hacia el uso ético de la biometría

En 2015, el programa de BRAC se asoció con Simprints para utilizar la biometría en huellas digitales con el fin de identificar a mujeres embarazadas y realizar visitas prenatales. Con el simple toque de un dedo, los trabajadores de salud podían identificar a pacientes y obtener su historia clínica en sus teléfonos inteligentes. Los resultados preliminares revelaron un impacto significativo en la prestación de servicios de salud básicos. Por ejemplo, la cobertura de cuidados de salud maternal aumentó un 38%.

En definitiva, la tecnología biométrica puede causar un gran daño o crear un impacto social duradero, según cómo se implemente. Por lo tanto, las interrogantes contextuales que hemos analizado aquí son de gran importancia, más aun que el “potencial” de la biometría planteado de manera general y aislada de los casos humanos. Teniendo en cuenta que la naturaleza de esta tecnología es de doble filo, necesitamos asegurar una práctica responsable y ética. Es lo mínimo que podemos hacer por las personas a quienes decimos servir.

El informe completo, desde aquí.