Logró frenar el remate de su auto por un crédito UVA en Mendoza
La Justicia hizo lugar al pedido de un deudor que entró en proceso de cobro judicial por atraso. El implicado recomendó a otros en su situación “leer la letra chica” al pedir préstamos prendarios.
Un mendocino que había pedido un crédito UVA para la compra de un coche logró frenar el remate del vehículo luego de entrar en la vía de cobro judicial por atraso y recomendó a otros en su situación “leer la letra chica” de los préstamos.
La historia comenzó el año pasado cuando Luis Salvo se acercó a una concesionaria de una marca china tentado por la relación precio-calidad de los vehículos. Convencido de la compra, decidió entregar sus dos coches usados junto a cheques y efectivo para llevarse dos coches Haval a estrenar.
El dinero que tenía ahorrado no le alcanzaba, por lo que acudió a un crédito bancario. Sin embargo el hombre no se percató de que el ajuste era por el sistema de Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) por lo que la indexación por inflación lo sorprendió a los pocos meses. “Con el entusiasmo que tenía firmé la prenda y ni me fijé que el crédito era indexado; estaba encandilado por la compra y firmamos con mi señora”, relató a MDZ.
“Al cuarto o quinto mes la cuota aumentó un 50% aproximadamente, y me atrasé en un pago”, admitió. “Al mes siguiente fui a ponerme al día pero el sistema del banco no me lo aceptó; en la casa central de la entidad me dijeron que habían pasado 40 días y el crédito se había caído, por lo que habían puesto el tema en abogados de Buenos Aires”, relató.
Allí comenzó su periplo legal ya que percibió que algo no andaba bien. Por ello se asesoró con una abogada, quien le dijo que tal vez se trataba de una maniobra “sucia” de manos de algunos inescrupulosos que buscaban quedarse con el vehículo por un precio vil y que él mantuviera la deuda.
El Salvo entró entonces en negociación con un buffet de abogados de Buenos Aires que le solicitaba una oferta para intentar llegar a un arreglo. En medio de las tratativas, a los 45 días un oficial de justicia se presentó en su casa con la orden de embargo del coche.
“No tuve notificación ni nada... simplemente se llevaron el auto; hablé con el martillero, pero me dijo que no había nada que se pudiera hacer”, se lamentó. El hombre pensó que, en el peor de los casos, se quedaría sin coche pero también sin deuda. Sin embargo esto no fue así. “El auto lo iban a rematar en Buenos Aires por un precio mucho menor y yo iba a seguir con la misma deuda indexada; de hecho para entonces el crédito original había aumentado en un 50%”, explicó.
Allí fue cuando su abogada le recomendó presentar un recurso de amparo para frenar el remate y pedir al juez que abriera una reestructuración de la deuda con una nueva propuesta de pago. “Mientras esto pasaba hubo un caso similar que tuvo fallo favorable de la Corte nacional, por lo que en la Justicia local tuvimos una resolución a favor que ordenó 'no innovar', al menos por ahora”, relató Salvo. El hombre cuestionó en su presentación “la excesiva onerosidad que se habría generado en favor del acreedor prendario”.
A esto la Justicia consideró que “la normativa le permite al acreedor obtener un pronto remate privado del bien secuestrado”. “Esto, sin dudas, importa un daño inminente para el Sr. Salvo y podría generar, a las resultas del proceso de consumo iniciado, que el mismo se torne irreparable”, agregó el fallo.
Al disponer la suspensión del remate el juez consideró que “la situación en la que se encuentra el bien que garantiza el crédito – secuestrado y depositado desde el 21/05/2019- resguarda el interés de la entidad bancaria y que el hecho que la venta privada a la que está autorizado se posponga – por efecto de ésta resolución- , no significa el desconocimiento de sus derechos”.
Parte de la resolución judicial:




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