Ecoparque

Adiós a Mirtha, la longeva osa parda del Ecoparque

Se estima que tenía unos 27 años y estaba en Mendoza desde hace 18. En el último tiempo había decaído salud, por lo que recibió una atención personalizada hasta el último minuto. Tenía un duro pasado como parte de un circo. Con los años, pasó al zoológico de Rosario y allí fue madre de Sorpresa, que también vive en el paseo mendocino.

miércoles, 22 de mayo de 2019 · 19:39 hs

El Ecoparque perdió a uno de sus personajes más queridos y emblemáticos, la osa Mirtha, uno de los dos osos pardos más longevos del ex zoológico provincial. Durante los últimos días, su cuidador ya había alertado que el animal manifestaba un cuadro de parálisis parcial.

Según confirmaron desde la dirección del predio, se venía trabajando en las modificaciones necesarias en el recinto de la osa para permitirle permanecer lo más cómodamente posible. Mientras, le suministraban los medicamentos y le facilitaban el acceso a la comida para intentar su recuperación. Incluso se instaló un sistema de calefacción para mantener seca a Mirtha, dado que por su impedimento se mojaba el cuerpo al intentar tomar agua. Tenía una edad aproximada de 27 años.

Hace dos años, en esta misma época, Mirtha mostró un cuadro similar al que presentó hace dos semanas. En aquel entonces logró salir gracias a la gran dedicación de Néstor Gómez, su cuidador desde hace muchos años", explicó la directora del Ecoparque, Mariana Caram.

"En 2017, Néstor siempre mantuvo su recinto confortable, con una cama de pasto que cambiaba a diario para mantener a Mirtha cómoda y con el hábitat limpio y seco. Además mejoró el sistema para que pudiera tomar agua más fácilmente y fue un gran aliado del cuerpo veterinario para lograr que tomara los medicamentos y realizarle los controles necesarios”, detalló la funcionaria.

prensa gobierno de mendoza

Caram destacó que “el animal  respondió a Néstor hasta el último día, pero hoy decidió descansar. Tenemos la tranquilidad de que tuvo todo el cuidado, cariño y acompañamiento posible en este tiempo. Todavía se estudian en detalle las causas, que tienen que ver posiblemente con algunas lesiones en la columna, las que sumadas a su edad avanzada habría contribuido a este desenlace”.

Fanática del agua y las manzanas

La directora también detalló que, al inicio de su gestión, con la ayuda del capataz y cuidadores, se construyó especialmente una pileta en su recinto para ayudar a Mirtha a sortear mejor los calores del verano. “En verano los osos sufren bastante el calor, por lo que hicimos varias piletas, entre ellas la de Mirtha, la cual disfrutaba mucho de sus baños y luego se quedaba junto a la pileta durmiendo la siesta. Su comportamiento era muy particular, ya que solía comer las manzanas colocándolas en el dorso de su mano primero, y luego delicadamente llevaba cada bocado hacia la boca. Nos enamoramos de cómo disfrutaba sus baños y cazar las manzanas en el agua. Hasta este último verano se metió a nadar”.

Si bien el Ecoparque viene realizando trabajos de derivaciones, enmarcados en un plan de adopciones para los animales de corral, el mayor excedente de este paseo y en un plan de derivación de exóticos a diversos santuarios y reservas en el mundo, Mirtha padecía de algunas complicaciones para ser trasladada, debido a la avanzada edad que tenía, ya que podía poner en riesgo su vida.

Del circo a la maternidad

La historia de Mirtha, como la de tantos otros, cuenta con momentos de tristeza y abandono. Ella provenía de un circo, que la mantenía atada a través de un anillo de acero agarrado de su hocico y que se le desgarró alguna vez buscando escapar. Esa marca quedó para siempre en su cuerpo y era constancia de lo que había pasado a lo largo de sus años. 

Luego fue rescatada y trasladada al Zoológico de Rosario, donde llegó en abril de 1997. El 12 de julio de ese mismo año nació su hija Sorpresa, quien recibió ese nombre porque nadie se imaginaba que Mirtha hubiera estado embarazada. 

Debido al cierre del paseo rosarino, las dos osas, madre e hija, fueron trasladadas a Mendoza el 9 de marzo de 2001 y desde entonces habitan en el predio del hoy Ecoparque Mendoza.