Modus operandi

Pedía que busquen a su esposa y terminó confesando que la mató

El hecho ocurrió en la localidad misionera de Colonia Oasis. Un hombre fue detenido tras confesar que asesinó a su esposa y escondió el cuerpo en el pozo de agua de su propiedad.

miércoles, 15 de mayo de 2019 · 11:19 hs

La desaparición de Estela Fidencia Arapayu mantuvo en alerta a los vecinos de la localidad misionera de Colonia Oasis durante una semana. La mujer, de 49 años, había sido vista por última vez cuando salió de su casa para dirigirse a un hospital cercano. Tenía que realizarse estudios prequirúrgicos para una intervención de vesícula.

Sin embargo, la investigación dio un giro de 180 grados cuando encontraron su cuerpo enterrado en un pozo. Su marido, que desde el primer momento había encabezado los rastrillajes, se quebró y confesó el crimen.

Según confirmó la policía misionera, el principal sospechoso y único detenido en la causa es Pablo Lotario Puzin. El hombre estaba en pareja con la víctima desde hace 15 años y tenían tres hijos en común.

La investigación cambió de rumbo cuando la Justicia ordenó allanar la casa de la familia. Allí, los oficiales hallaron una cartera con documentos personales de Estela y su celular con manchas de sangre.

Acorralado por las evidencias, el marido de la víctima se quebró y confesó el crimen: la había matado a golpes y enterrado en el pozo de agua de la propiedad, tapado por una loza de cemento.

Con esta nueva pista, los oficiales lograron ingresar al foso este martes por la mañana. A pesar de que el cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición, pudieron identificar las heridas en la cabeza.

Estela había desaparecido el 7 de mayo pasado, cuando había salido de su casa para atenderse en el Hospital Jardín América. El detenido hasta detalló que uno de sus hijos la vio irse y que no notaron nada extraño en ella. “Ella no se daba con nadie, vivía para la casa y no tenía amigos”, aseguró mientras acompañaba a los policías a rastrillar la zona.

Aunque desde un principio se mostró preocupado por su esposa y se puso al frente de la búsqueda, los investigadores lo habían considerado como un posible sospechoso. Pero al no tener ningún tipo de prueba en su contra, tuvieron que esperar la intervención de la Justicia para poder allanar su casa y lograr su confesión.