Sociedad

Cierre del Instituto Jorba: imágenes de un modelo que quedó obsoleto

Los pacientes que estaban alojados en el lugar fueron trasladados a microhogares ubicados en un distintos puntos del Gran Mendoza. Se busca cambiar el paradigma y favorecer la reinserción de las personas discapacitadas. Mirás las fotos de <b>MDZ </b>en una recorrida del edificio que quedó desocupado.

martes, 23 de abril de 2019 · 15:12 hs

Fotos: Pachy Reynoso

El Instituto Concepción Jorba de Funes, dependiente de la Dirección de Atención a la Persona con Discapacidad, desaparecerá definitivamente tras completarse un proceso de reestructuración con la apertura del tercer microhogar para trasladar a los pacientes.

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

El nuevo espacio albergará a personas que hasta hoy estaban alojadas en el edificio ubicado detrás del hospital El Sauce, en el departamento de Guaymallén. De esta manera, los 27 internados serán distribuidos, de acuerdo con sus discapacidades, en tres viviendas ubicadas en distintos puntos del Gran Mendoza.

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

Esta tarea de adaptación comenzó hace unos años y está relacionada con el nuevo paradigma en cuanto a discapacidad y derechos humanos. El objetivo es pasar de un modelo centrado en el individuo aislado de su contexto a uno que ubica a la persona con discapacidad en un marco más inclusivo y que tiene como eje central la familia y la comunidad.

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

El eje del nuevo paradigma es poner la mirada en la persona y su entorno. Por ello, estos sitios están insertos en la comunidad y proporcionarán una atención personalizada, lo que redundará en una mayor calidad de vida. Los 27 pacientes que quedaban alojados en el instituto Jorba ya han sido trasladados a estos "microhogares".

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

El objetivo es que las personas que viven en el instituto puedan habitar una casa de barrio, con un centro de salud cercano, un polideportivo al que puedan asistir, para permitir una mejor inserción con el entorno. Estas viviendas no alojarán a más de 12 personas cada una.

Al respecto, la ministra de Salud, Elisabeth Crescitelli, señaló: “En el antiguo macrohogar no existía un concepto de diferenciación de la dependencia de mayor o menor grado que podían tener. Cuando llegamos a la gestión trabajamos en el cambio de paradigma, que implica el paso del macrohogar al microhogar, experiencia que hicimos también con la DINAF. Hoy cerramos un ciclo, ya que con el alquiler de una tercera casa en Godoy Cruz no van a quedar más personas albergadas en el Jorba de Funes”.

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

Asimismo, la ministra subrayó: “Ha sido un proceso largo, desde el alquiler de la primera casa ubicada en Capital, que hoy aloja a 8 personas y lleva el nombre de un paciente que ingresó con 11 años y hoy vive allí con 76 años de edad. La segunda casa está en Las Heras y alberga a 12 personas que cuentan con talleres y alguna reinserción en la comunidad. En la última casa, en Godoy Cruz, se alojarán personas absolutamente abandonadas por sus familias, que dependen de otra persona para comer, higienizarse y ser atendidas”.

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

Desde enero de 2014, desde la Defensoría de las Personas con Discapacidad que conduce Juan Carlos González, se realizaron inspecciones, en las que se verificó las condiciones infrahumanas en las que vivían las personas alojadas en el Instituto Jorba, con sus derechos humanos más básicos vulnerados, y sometidas, en algunos casos, al encierro en celdas de aislamiento.

Microhogares

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

Con la apertura del tercer hogar para personas con discapacidad, el antiguo Instituto Concepción Jorba de Funes queda dividido en los siguientes tres hogares:

  • Microhogar Jalif Ali: emplazado en Videla Castillo 2634 de Capital, 4ª sección, con 8 personas albergadas.
  • Microhogar Ilda Siri: funciona en Colón 3613 de La Cieneguita, Las Heras, con 12 albergados
  • Microhogar Lorenzo Bordón: funciona en Elena de Raffo 2502, barrio Bella Vista, Godoy Cruz, con 13 albergados.

Historia del Instituto Jorba

El instituto fundado en 1943 comenzó siendo un hogar para la atención de niños y adolescentes y durante su desarrollo se fue orientando a la atención de personas con discapacidad. Es un hogar de albergue y cuidado de personas con discapacidades múltiples: intelectual, motriz, visceral y sensorial (auditiva y visual), que carecen de un grupo familiar y no cuentan con cobertura social. Se les brinda alojamiento, alimentación, higiene, atención médica, enfermería, cuidados y contención.

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

Desde su creación y hasta 1985 se le conocieron distintos nombres, edificios y dependencias. Hasta que en ese año se sancionó el “Régimen de Protección de las Personas Discapacitadas” (Ley 5041), que en su artículo 5 pone “bajo la jurisdicción de la Dirección Provincial de Asistencia Integral del Discapacitado el funcionamiento del Instituto Concepción Jorba de Funes, como unidad de alojamiento, internación y albergue, para personas con discapacidad mental moderada y profunda”.

Desde esa fecha, el instituto fue trasladado de su lugar de origen, en Álvarez Condarco, a la localidad de Chacras de Coria. En 1987, fue trasladado al predio del Hospital El Sauce, en el departamento de Guaymallén, siempre pensado como estructura de macrohogar.

Los albergados son de familias con escasos recursos y presentan discapacidades múltiples con retrasos mentales graves o profundos, dificultades en la comunicación, no autoválidos para el sostenimiento de las actividades de la vida diaria y situaciones de comportamiento complejas y, en algunos casos, violentas.

El Instituto Jorba quedó obsoleto.

Por ello, en el imaginario social existe una segregación hacia este sector que se hace efectiva, también, en el sentido geográfico, ya que el Jorba de Funes se encuentra lo suficientemente alejado del centro de la Ciudad de Mendoza, a fin de que no se altere el orden social. Asimismo, en su historia el instituto cuenta con algunas denuncias por mal estado de las instalaciones, descuido de la higiene, malos tratos y aislamiento de pacientes, entre otros puntos. Esas denuncias derivan en intervenciones que desde 2014 lleva adelante de la Defensoría del Discapacitado.