José de San Martín y Mendoza: ¿un político actual?

Vamos a conocer algunos aspectos destacados del general San Martín como Gobernador Intendente de Cuyo entre 1814 y 1816 analizando su obra de gobierno con las principales reformas introducidas durante su gestión para transformar a Mendoza en una provincia en pie de guerra y la contribución que realizaron los mendocinos en la formación y preparación del Ejército de los Andes.
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Para realizar un plan de tanta envergadura como era la preparación del Ejército de los Andes que debía liberar a Chile del poder de los españoles y luego al Perú, era necesario contar con una base social y económica poderosa, pero el camino se presentaba lleno de riesgos, sacrificios y renuncias.
Las medidas más importantes tomadas durante su gobierno
• Se preocupó en primer lugar por sanear moralmente a la provincia, impidiendo que el pueblo trabajador viviese en el vicio. Por un decreto estableció que ningún peón podía estar en las pulperías los días hábiles de trabajo y que éstas debían cerrar a las diez de la noche.
• Reglamentó las relaciones entre obrero y patrón, al ordenar que ningún peón podía cambiar de patrón sin tener una boleta que acreditase que éste nada le debía; el patrón que se negara a entregar la boleta, podía ser demandado ante el juez, que aplicaba una multa; de igual modo ésta se aplicaba al patrón que recibiera un peón sin exigirle la boleta.
• El tema de la salud pública fue otro motivo de preocupación, debido a que existía un solo hospital en la Provincia de Mendoza, el Hospital San Antonio era insuficiente para atender también las necesidades del Ejército, el general San Martín estableció que se levantara en la ciudad un hospital militar, para atender exclusivamente al Ejército.
• Durante su gobierno ofreció el más decidido apoyo al padre fray Domingo Coria, que propagó la vacuna antivariólica, no sólo en la ciudad sino también en la campaña, para prevenir la peste de viruela.
• La formación intelectual que poseía el general San Martín lo llevó a considerar a la educación como la herramienta fundamental en la lucha por la libertad, se preocupó por que ésta no fuese un privilegio de algunos pocos, sino un deber de todos y que comenzara desde la niñez. Además, reconoció y destacó la importancia de la labor del maestro de escuela, en la formación espiritual y cultural del niño, en tal sentido recomendaba a los maestros de escuelas que intensificaran la enseñanza patriótica en sus aulas.
Medidas económicas fundamentales: agricultura y riego, minería y comercio
Desde el punto de vista económico no era el momento más floreciente de la economía cuyana, ya que ésta atravesaba por un período de crisis, que se agudizó aún más con la interrupción del intercambio comercial con Chile, tras haber sido reconquistado por los españoles, después de la derrota de Rancagua.
Hacia el año 1814, las actividades agrícolas de la provincia se centraban principalmente en el cultivo de viñedos y frutales,que eran la base del comercio, que desde la época colonial venía realizándose, de distintos productos derivados como vinos, vinagres, aguardientes, frutas secas, etcétera.
• La producción de cereales con cosechas de maíz, cebada y trigo se comercializaba con otras regiones y satisfacía el consumo local, pero fue necesario aumentar para poder alimentar también al Ejército que se formaba en Mendoza. Lo mismo ocurrió con la alfalfa, cuyo cultivo debió ser incrementado para alimentar el ganado vacuno y caballar para el Ejército.
• San Martín dio un notable impulso a la agricultura, apuntando a solucionar el primer problema que impedía su desarrollo: la escasez de agua. Al hacerse cargo del gobierno de Cuyo existían en la provincia solamente las obras de irrigación construidas durante la época colonial, que se limitaban a proveer a la ciudad del agua del río Mendoza, por medio del Canal Zanjón, del Tajamar y de la acequia Tabalqué. Mientras que las aguas del río Tunuyán se destinaban a proveer a La Paz, llegando hasta el Desaguadero. Para dar solución a este problema dispuso que se realizaran distintas obras de irrigación para ampliar la superficie de tierra cultivable.
• Para reglamentar el regadío estableció que todo propietario de tierra hiciese entrega de un diseño o planta sujeto a escala, demarcando la figura y extensión de su finca, demostrando exactamente el número de cuadras que comprendía. Este hecho puede tomarse como un antecedente del levantamiento del Primer Catastro del sistema de irrigación, bajo el cual se aplicaron las correspondientes prorratas de regadío a los propietarios regantes.
• Con la incorporación del riego artificial se logró obtener grandes extensiones de terrenos, que hasta el momento no se habían utilizado por falta de agua, éstas fueron vendidas a bajo precio a los agricultores, a quienes se los incentivó para la incorporación de plantas y semillas nuevas con el fin de diversificar la producción.
• La ganadería vacuna, caprina y ovina era la principal explotación en la Provincia de San Luis, y desde donde se obtuvo la mayor contribución al Ejército de los Andes; en cambio en las ciudades de San Juan y Mendoza era escasa, no obstante se destinaron grandes superficies de tierra para el pastoreo y engorde del ganado.
• La minería fue la industria que proporcionó la materia prima para la ejecución de todo el sistema armamentista del Ejército de los Andes, como la fabricación de armas y municiones, pólvora, etcétera. Esta se encontraba en un período de franca decadencia por falta de mano de obra especializada y de organismos adecuados que respaldaran, planificaran sus explotaciones y aportaran capitales.
• A partir de 1814 se planeó una política de reactivación de la misma, en principio se dispuso el cateo y laboreo de algunas minas de cobre y plomo, metales que hasta entonces no se habían explotado. Simultáneamente se impulsó la explotación de las minas de Uspallata, que produjeron cantidades importantes de plata; la explotación de oro en Gualilán y en los yacimientos de Pismanta y Huayaguás, entre otros.
• La actividad industrial en la región cuyana si bien tenía un desarrollo importante y generaba ganancias comerciales con distintos puntos del país, con la instalación del Ejército de los Andes en Mendoza cambia de rumbo y comenzaron a surgir pequeñas industrias, que fueron absorbidas por las necesidades del Ejército, como la fabricación de armas y pólvora, la confección de ponchos, frazadas y bayetas.
• En la aplicación de una economía de guerra, todas las actividades que se realizaban estaban orientadas hacia el mismo fin: la preparación del Ejército de los Andes. Respondiendo a esta política, San Martín obtuvo del Gobierno Central la supresión de los gravámenes a la exportación de productos regionales, que perjudicaba notablemente la actividad comercial y la industrial que los generaba. La disminución del impuesto provocó el repunte de estas actividades, pero las ganancias no estaban destinadas a favorecer a la burguesía comercial, sino que se estableció un nuevo régimen impositivo, para aportar dinero de éstas al fisco.
• La provincia de Mendoza contaba con una organización minuciosa del sistema tributario, pero al hacerse cargo de la misma el General San Martín y por la imperiosa necesidad de aumentar los ingresos al Estado, estableció la creación de nuevos impuestos y contribuciones, como también la ampliación de los ya existentes: el diezmo o impuesto sobre las minas de plata que se extendió a todas las actividades agrícolas; la alcabala o impuesto sobre los bienes inmuebles o raíces. También se aplicaron las licencias y patentes, que abarcaban a las tiendas y pulperías. Los propios y arbitrios, eran los recursos de que disponían los Cabildos para hacer frente a los gastos ordinarios.
• Las contribuciones que se crearon con el fin de aumentar los ingresos al fisco, para poder sostener y alimentar al Ejército de los Andes que se estaba preparando fueron: una contribución extraordinaria de guerra o contribución directa sobre los capitales, que exigía 4 reales por cada 1.000 pesos de capital. Sobre el consumo de la carne se estableció también un nuevo impuesto. Se recurrió además a contribuciones voluntarias o "forzadas", consistentes en dinero, ganado y elementos directa o indirectamente útiles al ejército. La "contribución patriótica"; la impuesta a los traficantes de vinos y aguardientes y la contribución del gremio de los carreteros. Y por último un sacrificio más, se disminuyó el sueldo de los empleados, reintegrándose el total a aquellos que no quisieran hacer tal donación. Dispuso el secuestro y confiscación de los bienes de españoles y americanos enemigos de la independencia, que se encontraban prófugos. La Aduana de la Provincia entregó al Comando en Jefe del Ejército, todo el metálico que en la misma existía.
• A pesar del sacrificio de todo el pueblo cuyano, porque esta política tributaria se extendió también a las provincias de San Juan y San Luis, los fondos recaudados no eran suficientes para el sostenimiento y preparación del Ejército de los Andes, por lo que el General San Martín gestionó ante el Director Supremo la aprobación de una hipoteca de $ 44.000, sobre las tres provincias y gestionó con el comercio mendocino un préstamo de $ 20.000.
El general San Martín fue el primero en reconocer el esfuerzo aportado por el pueblo cuyano, no sólo en bienes materiales sino especialmente en hombres y las consecuencias que esto produjo en la Región de Cuyo, así lo expresa en una carta enviada al Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, en octubre de 1816:
"Un justo homenaje al virtuoso patriotismo de los habitantes de esta Provincia me lleva a interrumpir la bien ocupada atención de V.E., presentándole en globo sus servicios.
Admira en efecto, que un país de mediana población, sin erario público, sin comercio, ni grandes capitalistas, falto de maderas, pieles, lanas, ganados en mucha parte y de otras infinitas primeras materias, y artículos bien importantes, haya podido elevar de su mismo seno un Ejército de 3.000 hombres, despojándose hasta de los esclavos, únicos brazos para su agricultura; ocurrir a sus pagas y subsistencia; y a la de más de más de mil emigrados: fomentar los establecimientos de maestranza, elevatorios de salitre y pólvora, armería, parque, sala de armas, batán, cuarteles, campamento; erogar más de 3.000 caballos, 7.000 mulas, innumerables cabezas de ganado vacuno; en fin para decirlo de una vez; dar cuantos auxilios son imaginables y que no han venido de esa Capital, para la creación, progreso y sostén del Ejército de los Andes.
"No haré mérito del continuado servicio de todas sus milicias en destacamentos de cordillera, guarniciones, y otras muchas fatigas. Tampoco de la tarea infatigable e indotada de sus artistas en los obrajes del Estado. En fin, las fortunas particulares cuasi don el público. La mayor parte del vecindario solo piensa en prodigar sus bienes a la común conservación.
La América es libre, Su Exmo. sus feroces rivales temblarán deslumbrados al destello de sus virtudes tan sólidas. Calcularán por ellas fácilmente, el poder unido de toda la Nación...".
Fuente: www.historiademendoza.com.ar
(*) Teresa Alicia Giamportone es Profesora y Licenciada en Historia; Profesora Adjunta de la Cátedra Historia de Mendoza de la Facultad de Filosofía y Letras, UNCuyo.