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Podrían dar perpetua al acusado de matar y enterrar a su mujer

Se trata de Mario Freiro, quien admitió que sepultó el cadáver tras haberse defendido de una agresión. El hecho ocurrió en 1998, pero se descubrió siete años después, gracias a uno de los hijos del imputado. Podría ser condenado a reclusión perpetua.
El veredicto del juicio que se le sigue al hombre acusado de estrangular y enterrar a su esposa debajo de la cama en 1998, en un caso que se descubrió siete años después cuando uno de los hijos del imputado lo delató, se conocerá este lunes en los tribunales de La Matanza.

El acusado Mario Freiro, quien admitió que sepultó al cadáver pero luego de haberse defendido de una agresión, podría ser condenado a reclusión perpetua por el "homicidio calificado por el vínculo" de su mujer María Angela de Luca.

Así lo solicitó el fiscal de juicio, Ariel Panzzoni, al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza, que dará a conocer su veredicto mañana a las 12:00 en el edificio judicial ubicado en calle Entre Ríos 2795 de San Justo.

En tanto, la defensa pidió en su alegato de la semana pasada la absolución de Freiro o, subsidiariamente, una pena atenuada por el hostigamiento que padecía el imputado por parte de la víctima.

Antes de los alegatos, el acusado decidió hablar por primera vez desde que se descubrió el caso y dio su versión de los hechos, en la que aseguró tener una "laguna" en la memoria y no recordar si él mató a su mujer.

Frente a los jueces Franco Fiumara, Gerardo Gayol y Jorge Multedo, Freiro explicó que su relación con De Luca estaba quebrada porque la mujer había abandonado el hogar para irse con un amante, al que identificó como Ricardo, "el fotógrafo". "Yo la quería, por eso quería que vuelva y la perdonaba siempre.

Pero era imposible la convivencia. Pelea tras pelea..., pelea tras pelea... Estaba enamorado, quería que vuelva", comentó. Respecto al día del hecho, recordó que De Luca llegó a la casa de Juan B. Bustos 6004 de González Catán mientras él preparaba la comida y que el único de los hijos que estaba era Pablo, el menor, porque Mario estaba en la casa de su madre.

"Me puse a preparar algo para comer, viene ella, ya de noche, lloviznaba. Yo estaba con el Pablito. Le digo ¿dónde estabas?, (me contestó) ‹qué te importa‹ y me empezó a revolear con todo", dijo. "Yo había preparado la comida para los tres. Me tiró con la sartén que todavía tenía aceite caliente. Me quemé. En un momento me encontré en medio de la discusión", comentó.

Luego, Freiro pronunció una semi confesión: "Si me dicen le pegaste un tiro, no sé; si la apuñalaste, no sé; si murió del corazón, no sé; si la ahorqué, no sé". "Salí afuera, me quedé sin un cigarrillo. Vuelvo a entrar, ella estaba en el suelo. Estuve un tiempo largo tratando (de reanimarla). (Soy) Mario, hablame; Mario, hablame", continuó. "Pasaron como tres o cuatro horas. Estaba muerta, dura y blanca como un papel", describió Freiro.

Cuando el fiscal Panzzoni le pidió que le explique cómo reaccionó, el imputado insistió con su laguna de memoria y reiteró: "Ella me agredió, me tiró aceite, me quemé. En un momento cuando me quema y me viene a pegar, yo me acuerdo que me defendí".

Luego, sí reconoció y confesó haber enterrado a De Luca abajo de la cama matrimonial, aunque intentó justificarse diciendo que estaba asustado. "No tenía a nadie a quién llamar. Si iba a la policía, van a decir que la maté. Pensé un millón de cosas distintas. Actué con locura y la sepulté en la habitación", admitió.

Cuando el presidente del tribunal, el juez Fiumara, le preguntó si esa acción le pareció algo normal o macabro, Freiro respondió: "Sé que agarré una herramienta, una pala y lo hice. No hubo un día que no piense en ese, que no me arrepiente de eso". Salvo por el detalle, no menor, de que Freiro dijo no recordar cómo su esposa terminó muerta, su relato coincidió con lo dicho el lunes pasado por su hijo menor Pablo, testigo directo del hecho, quien también recordó que su madre fue quien inició la pelea.

"De aquel día sólo recuerdo que María Angela decía que se cumplía un aniversario de que conocía a un tal Ricardo, que discutió con Mario, que comenzaron a tirarse manotazos, ella intentó pegarle con una sartén y él la agarró del cuello", contó el chico.

"Si tenés 7 u 8 años y le decís a tus vecinos que tu papá ahorcó a tu mamá, que hizo un pozo y la enterró debajo de la cama, ¿quién te va a creer?. Van a decir: ‹pobrecito, la madre los abandonó y él inventa que la mató el padre‹", dijo el joven.

Es que Pablo fue el testigo clave de esta causa, ya que en 2005, cuando tenía 16 años se quebró y le contó a la policía y luego a la Justicia que siete años atrás, en 1998, su padre había asesinado a su madre y había ocultado el cadáver debajo del piso donde estaba la cama matrimonial.

El chico dijo que durante todo ese tiempo no había hablado porque su padre lo tenía amenazado a él y a su hermano mayor con encerrarlos en un instituto de menores si lo delataban.

La policía allanó la vivienda que habitaba la familia en González Catán y al excavar debajo de la cama, encontraron el esqueleto de una mujer, que un estudio de ADN luego ratificó que pertenecía a De Luca.

Freiro estuvo prófugo 15 días durante los cuales estuvo deambulando por San Clemente del Tuyú y San Bernardo, hasta que el 22 de marzo de 2005 pactó junto a su abogado su entrega y fue detenido en Virrey del Pino.