Una argentina denunció ataques por parte de la policía española
Alejandra González denunció que la golpearon en la cara, le dieron rodillazos en la espalda y hasta la patearon en los genitales. También contó el calvario que vivió durante su detención y reveló que le dijeron: “¿Qué hacés aquí, sudaca?” “Vuelve a tu país”.
Alejandra González, una cordobesa que reside en la isla de Menorca, denunció que fue discriminada y agredida ferozmente por la Policía española luego de haber sido detenida el sábado 10 de noviembre.
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La mujer, de 48 años, contó que cuando regresaba de un evento benéfico fue molestada verbalmente por un hombre, conocido de ella, que “se había puesto pesado”.
“No sé cómo ni quién llamó a la Policía. El caso es que apareció un móvil y lo primero que me preguntaron fue si era sudamericana”, contó en declaraciones a un matutino cordobés.
González sostuvo que, cuando descubrieron que era argentina, “todo cambió porque me acusaron de que yo no quería entregarles mis papeles”.
Siempre según el relato de la damnificada, los agentes decidieron su detención, mientras que el hombre quedó en libertad.
Ante la Justicia, la cordobesa reveló que la golpearon en la cara, le dieron rodillazos en la espalda, la patearon en los genitales y fue discriminada: “¿Qué hacés aquí, sudaca?” “Vuelve a tu país”, le dijeron.
Además, González denunció que se le negó el derecho a una llamada y que no le permitieron ni siquiera ir al baño. Afirmó, también, que las agresiones le provocaron una lesión en su riñón y traumatismos varios.
Esta cordobesa, que da clases de reiki, relajación dirigida, teatro y expresión corporal, ya está en libertad, aunque todavía no puede sacarse algo que considera un estigma: “Estoy evaluando irme. Te juro que me dan ganas de volver. Es como si se me hubiera ido la felicidad de vivir acá. Y quiero recuperarla porque fui muy feliz acá”, cerró.
Ante la Justicia, la cordobesa reveló que la golpearon en la cara, le dieron rodillazos en la espalda, la patearon en los genitales y fue discriminada: “¿Qué hacés aquí, sudaca?” “Vuelve a tu país”, le dijeron.
Además, González denunció que se le negó el derecho a una llamada y que no le permitieron ni siquiera ir al baño. Afirmó, también, que las agresiones le provocaron una lesión en su riñón y traumatismos varios.
Esta cordobesa, que da clases de reiki, relajación dirigida, teatro y expresión corporal, ya está en libertad, aunque todavía no puede sacarse algo que considera un estigma: “Estoy evaluando irme. Te juro que me dan ganas de volver. Es como si se me hubiera ido la felicidad de vivir acá. Y quiero recuperarla porque fui muy feliz acá”, cerró.
