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El milagro de Ceferino Namuncurá se produjo sólo en horas

Valeria Herrera, la protagonista del milagro atribuido al mapuche argentino Ceferino Namuncurá que permitió su beatificación, aseguró hoy que su curación repentina de un cáncer de útero se produjo en sólo un fin de semana.
En el año 2000 Valeria Herrera de la provincia de Córdoba, que actualmente tiene 31 años, pidió intensamente en la noche de un viernes la intercesión de Ceferino ante Dios para salvarle del cáncer y al lunes siguiente ya estaba curada, hecho que no pudo ser explicado por la ciencia.

"Esa noche -tras enterarse de su enfermedad- mientras lloraba con desesperanza, encontré junto a mi cama una revista con la historia de Ceferino, leí que era indio, mientras yo había trabajado entre los indígenas en el norte de mi país y en África", apuntó.

"Sentí una fuerte identificación y decidí pedirle que me curara", contó Valeria tras arribar al pueblo donde mañana se realizará la beatificación.

"Tenía escasa posibilidad de cura, según los médicos. Era viernes y el lunes debía presentarme en un hospital para iniciar un urgente tratamiento. En ese fin de semana recé y le pedí a Ceferino, a quien siempre admiraba desde chica por su rostro de paz", recordó.

Agregó que el lunes, cuando regresó al hospital, "ya no había rastro de los tumores".

Las declaraciones de Herrera se produjeron en Chimpay, situado en la provincia argentina de Río Negro, donde este domingo se realizará la beatificación del indígena, en la que se espera la asistencia de más de 150 mil personas.

Al momento de producirse el milagro, Valeria estaba recién casada con Joseph, nacido en Costa de Marfil y a quien conoció en una misión católica.

La joven, que en ese momento tenía 24 años, se enteró de su enfermedad luego de haber tenido un aborto, pero luego de su curación tuvo tres hijos.

"Estar ahora en Chimpay es como venir a conocer personalmente a un amigo que conozco hace mucho por correspondencia", destacó la mujer, quien dijo sentirse portadora de un mensaje de fe y esperanza.

La ceremonia de beatificación, que comenzará a las 14.00 GMT, será encabezada mañana por el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, enviado del Papa Benedicto XVI.

Centenares de personas ya se encontraban hoy en los alrededores del Parque Ceferiniano de Chimpay, un poblado de 5.000 habitantes que abrieron las puertas de sus casas para albergar a la gran cantidad de asistentes a la ceremonia religiosa, que permitirá por primera vez la llegada de un aborigen argentino a los altares.

Fuentes de la organización indicaron que no sólo Chimpay agotó sus plazas, sino también las ciudades que se ubican a casi 400 kilómetros del pueblo, situado en la provincia argentina de Río Negro, a unos 1.076 kilómetros al sur de Buenos Aires, donde el indígena nació el 26 de agosto de 1886.

Además, numerosos fieles llegaban este sábado a pie al poblado situado en el valle del río Negro para demostrar su devoción a Ceferino, quien se convertirá en el segundo aborigen de América en alcanzar los altares de la Iglesia católica, después del mexicano san Juan Diego.