Fantasía y maravilla: todos los sociales de la muestra de Sergio Roggerone

El es bastante reticente a la hora de mostrar su mundo privado, y trata sus espacios -ya sea los que habita para vivir o para crear- como un templo sagrado. Por eso la decisión de compartir esta nueva muestra en su bellísimo hogar es una novedad que nos trae Sergio Roggerone.

"El jardín pretérito" es el nombre de la exposición, que presenta obras elaboradas entre los años 2018 y algunas muy recientes, de 2019... en conjunto con algunas que han llevado años y años de elaboración minuciosa.

"Hay también un racconto botánico sobre manuscritos del siglo XV y XVII, que mostramos utilizando la técnica del collage mezclando pinturas, objetos y poesía. Se trata de flores inventadas, provenientes de un mundo de fantasía, que curan 'cosas del alma'. Han sido elaboradas de pigmentos, telas, plumas, alas de mariposas, terciopelo, billetes y manuscritos antiguos, maderas, etc.", explica Marina Day, la esposa de Sergio Roggerone.

"Quise retomar la última forma de hacer arte, antes de la aparición del celular y la computadora, incluida una obra de arte plumario, una técnica en desuso y precolombina, originaria de los pueblos aztecas de México", explicó el artista.

En estas series, Roggerone utilizó antiguos manuscritos descubiertos como base de plantas realizadas en metales preciosos. “Gracias a la tecnología de las redes, y de Internet, descubrí que la última forma de hacer arte del ser humano era la Caligrafía y la Escritura, algo que hemos perdido. Sobre esos trazos, es que mi nueva obra se plasma en esos manuscritos que he conseguido de distintos lugares del mundo originarios de los siglos XV, XVI y XVIII”, expresaba recientemente el artista sobre este trabajo.

Fueron cientos los invitados que dijeron presente en esta especial vernissage en la que el halo de misterio se mezcló con la elegancia, el buen gusto y los abrazos y besos de amigos. La música llegó de la mano de DJ Marcelo Carbone, que con un estilo original y con reminiscencias orientales colmó a "La Alboroza”, cuyo nombre habla de un “lugar donde vive la felicidad”.