Opinión

Por qué "maestro" sigue siendo una buena palabra

En el día del maestro, algunos datos sobre la realidad de esa profesión. 

miércoles, 11 de septiembre de 2019 · 15:21 hs

Puedo nombrar varios. Al menos uno por nivel. La profesora de “actividades prácticas” de la primaria en la escuela Superior Sarmiento intentó mostrarme cómo cocinar, hacer ruedos y coser botones. No aprendí nada de eso, pero sí lo que quiso enseñarme: a valerme por mí mismo para “cuando viva solo”, como decía. También a la tana Franca, que insistió en enseñarme matemática, o la profesora Gatoni de Instrucción Cívica (la única de la que tengo recuerdo de haberme felicitado por hablar de política). Mucho más, el profesor Jorge Hidalgo y Estela Zalba en la Universidad. Enamorado de la inteligencia de ambos.

Son parte de nuestra vida. Tienen títulos distintos, pero le decimos maestros. Ese término que resiste y sigue siendo una buena palabra.

De Sarmiento en adelante

La educación pública, sembrada por Sarmiento, es la herramienta que permitió que Argentina sea una sociedad mucho menos desigual que el resto de la región; valor que está en decadencia en las últimas décadas.

La mirada sobre los docentes suele estar cargada de prejuicios. Probablemente son un catalizador. En una comunidad acostumbrada a delegar responsabilidades, cargamos culpas sobre los maestros, como si fueran los únicos responsables del sistema educativo. Incluso hubo un enfoque miserable desde la política: asociar a los “flojos” que trabajan solo 9 meses y faltan cuando se enferman. Por fortuna ese enfoque discursivo está cambiando.

La escuela es el espacio del Estado que más cobija a la comunidad; la institución que mayor capilaridad tiene. Y los docentes son los que están ahí para dar respuestas, incluso mucho más allá de lo educativo.

En Mendoza hay cerca de 40 mil docentes que están frente al aula. A diferencia de lo que ocurre con el resto de los empleos, casi la totalidad de esos cargos fueron concursados. De hecho, los docentes tienen el más alto grado de profesionalización pues la mayoría tienen al menos estudios terciarios. También son los más auditados: desde los mismos alumnos, hasta padres y autoridades escolares. Por algo cuando queremos destacar a alguien le decimos, gracias maestro. 

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