A días de su muerte

Los detalles desconocidos de la vida de Maya Swarovski y su vínculo con Mendoza

La conocida empresaria murió en Marbella el pasado 1 de octubre a los 82 años. La mujer tenía un fuerte vínculo con nuestro país y uno de sus hijos es el dueño de la Bodega Norton hace más de 20 años.

domingo, 13 de octubre de 2019 · 16:06 hs

La empresaria Maya Swarovski murió en Marbella el pasado 1 de octubre a los 82 años. La mujer tenía un fuerte vínculo con nuestro país y con la provincia de Mendoza en particular, ya que uno de sus hijos, Miguel Hallstrick, es el dueño de la Bodega Norton hace más de 20 años y es considerado un mendocino más por los años que lleva en nuestra provincia. 

Según consigna Infobae en una extensa nota publicada en su edición dominical, en las últimas décadas de vida Swarovski repartió sus días entre Marbella, Palm Beach, la ciudad austríaca de Wattens y San Martín de los Andes

Maya se casó con un heredero de la familia Swarosvki y pasó a formar parte de una familia que construyó un imperio millonario en torno a la venta de cristales. Los cristales Swarovski son parte hace décadas del jet-set y del mundo exclusivo de las estrellas. El primer local en la Argentina se abrió en 1999. En el mundo, en la actualidad, estas bocas de expendio superan las 2300. 

Luego de un divorcio algo conflictivo, Maya se casó con uno de los descendientes de la familia austríaca, Gernot Langes Swarovski, bisnieto del fundador del imperio, y rápidamente adoptó el apellido. Con él tuvo dos hijos: Diana y Marcus. De su boda anterior ya tenía a Michael (que se hace llamar Miguel y es el dueño de la Bodega Norton). 

En 1989 Gernot compró las Bodegas Norton en Mendoza. Poco antes había adquirido una extensa propiedad en el sur del país. Esa estancia de San Martín de los Andes se convirtió en uno de los refugios de Maya. En aquel paraíso terrenal llamado Las Mil Rosas, con sus tierras reflejándose en el Lago Hermoso, Maya pasó mucho tiempo. 

Durante la década de los ’90, la empresaria comenzó a aparecer en las revistas de actualidad argentinas. No era solamente una habitué de fiestas y eventos sociales. Maya también fue una de las más exquisitas anfitrionas de los noventa. Sus fiestas rebosaban de lujo, suntuosidad y un elenco de invitados exclusivo, influyente y sofisticado.

Era una gran historia: la empresaria, multimillonaria, alemana, amiga íntima del entonces presidente de la nación, Carlos Menem. Por su cercanía, los comentarios del momento la vincularon sentimentalmente con Menem. En varias oportunidades la empresaria le ofreció al mandatario su mansión en Villa Diana en medio de los Alpes Suizos para que la utilizara como lugar de descanso.

El vínculo de la empresaria con la Argentina duró casi medio siglo. Se trató en su vida de un país del que ella disfrutó sus bellezas naturales, al que apostó y en el que algunos de sus hijos y nietos se desarrollaron profesionalmente.

Los restos de la empresaria fueron cremados la semana pasada. En su última voluntad, la mujer dejó constancia de qué hacer con sus restos. Quería que parte de sus cenizas se esparcieran en Wattens, Austria, y la otra mitad será arrojada en su amada estancia Las Mil Rosas, en San Martín de los Andes, Argentina.