El nuevo gobierno

El invento que ya existe: cómo es la tarjeta alimentaria que propone Alberto Fernández

El presidente electo prevé ampliar la ayuda alimentaria con la distribución de una tarjeta para comprar. El programa ya existe y Mendoza fue pionera "en lo bueno y lo malo" de esa idea. 

lunes, 18 de noviembre de 2019 · 16:52 hs

El primer anuncio concreto del presidente electo Alberto Fernández fue la implementación de un plan alimentario que tiene como novedad la distribución de una tarjeta “precargada” con dinero para la compra de alimentos.

Ese sistema en realidad ya existe y se llama “tarjetas alimentarias” y fue Mendoza donde comenzó a ejecutarse desde hace más de una década. La provincia ha sido escenario de lo bueno y lo malo de la iniciativa de transferir dinero para ayuda alimentaria: sirvió para dar una salida rápida tras la crisis del 2001 y también para montar un sistema paralelo de corrupción y clientelismo como pocas veces se vio en la provincia.

Las “tarjetas alimentarias” tienen un problema presupuestario. La Nación solo transfiere 30 millones de pesos para distribuir en las familias alcanzadas por el plan. Por eso en Mendoza el Estado local suma recursos propios. En Mendoza se destinan cerca de $134 millones para la compra de alimentos a través de las tarjetas que pueden ser usadas en supermercados, de los casi 1000 millones destinados a la emergencia alimentaria

La historia

Tras la crisis del 2001 hubo una explosión de demanda de ayuda social. En Mendoza esa necesidad se contuvo con varias estrategias pero hubo una en particular que apuntaba a cambiar el paradigma de asistencia social. Fueron los tickets alimentarios Vale Más. El programa consistía en la entrega de tickets con valores determinados que servían para comprar alimentos en una red de comercios.

El acuerdo era con los comercios y los mayoristas, que luego cobraban en pesos los valores de los tickets. En lo social, se evitaban, supuestamente, los intermediarios políticos, se les daba autonomía a las familias para comprar (a diferencia de los bolsones de comida) y se lograba que las familias dejaran los comedores para volver a sus casas. Ese tipo de ayuda sirvió para contener y dar una respuesta rápida a la emergencia social; ayuda que se complementó con los planes “jefas y jefes de hogar” que también surgieron en la misma época.

Los Vale Más funcionaron, pero el sistema se corrompió.

Pero el sistema “Vale Más” se corrompió: el círculo virtuoso entre el Estado que aportaba los fondos, los destinatarios que los usaban y los comercios minoristas y mayoristas que los capitalizaban se desvirtuó y se generó un circuito paralelo que terminó en escándalo. Pero además, igual se hacía clientelismo: los años de elecciones se potenciaba la distribución de tickets y había manejo discrecional.

Quién lo maneja y los montos, las claves

La tarjeta magnética saneó en parte ese circuito y también el cambio de gestor del sistema. Desde el 2006 el Banco Nación gestiona los fondos de la ayuda alimentaria que se usa con las tarjeras.

El problema para la provincia es el financiamiento. La Nación solo transfiere anualmente $30 millones para ese programa. Con ese volumen de dinero, cada persona recibiría solo $180 mensuales para comprar alimentos. Hace 10 años el monto transferido era de $20 millones. Es decir no ha crecido al ritmo de la necesidad.

La Provincia suma recursos propios y por persona se asignan $600 mensuales y  hay dos programas: tarjeta ticket y comer en familia. Justamente en el financiamiento está la clave. Ocurre lo mismo con los comedores escolares. En Mendoza se destinan $700 millones anuales para los alimentos en las escuelas. El Estado nacional solo aporta $80 millones. 

La tarjeta alimentaria que se reparta hoy

Alberto Fernández y Daniel Arroyo, quien podría ser ministro de Desarrollo Social, aseguraron que la tarjeta será administrada por bancos públicos y con algunas restricciones en cuanto a la posibilidad de compra. Así, por ejemplo, no se podrían adquirir bebidas alcohólicas.

Pero fuera de las intenciones, una de las claves va a estar en quién maneja los recursos y las formas de acceso. Hoy el manejo es compartido. La Nación transfiere a las provincias y los municipios detectan la demanda. Cada persona que necesita esa ayuda debe llenar la ficha APROS. Una de las ideas que circula en la órbita del nuevo gobierno es sumar a las organizaciones sociales para detectar la demanda de ayuda. Eso ya ocurre con otros programas.