Servicios públicos

Detrás de escena de una negociación: por qué no le quitaron la concesión a EDEMSA

El Gobierno hizo pie dentro de la empresa a través de un Comité Ejecutivo. Pero no le quitan la concesión. "Queremos que cumplan", aseguran. Las posibles demandas y qué piensa Cornejo. 

sábado, 10 de agosto de 2019 · 16:10 hs

Los servicios públicos y las concesiones estatales han sido objeto de tensiones y negocios cruzados en Mendoza durante los últimos 20 años y el resultado ha sido caída en la calidad de las prestaciones, infraestructura deficitaria, empresas sospechadas.

El recorrido de EDEMSA, la principal distribuidora de electricidad, ha tenido esos vaivenes. La tensión entre el Gobierno y esa empresa fue en crecimiento y hasta se especulaba con una posible quita de la concesión. La asamblea de la semana pasada marcó un punto de inflexión en esa relación, ya que ahora el Estado tendrá una nueva forma de intervención dentro de la empresa para tener más control sin “frenar” la actividad empresaria.

La intención del Gobierno de Cornejo es acorralar a los accionistas para que “EDEMSA sea una empresa que tenga como negocio el mercado eléctrico” y evitar los desvíos de intereses. Así lo describen. Y se ejecutó con una estrategia legalista. 

Primero hacerle sentir el rigor de los controles con sanciones. Luego auditarla internamente y negociar. El resultado fue un recorte en las potestades para contratar libremente y un nuevo organismo de gestión en el que el Estado seguirá siendo minoría, pero tendrá acceso a la información interna de la empresa. Se trata del Comité Ejecutivo de gestión que fue creado para tomar decisiones e informar, donde habrá 5 integrantes (tres por la empresa, uno por el Estado y otro por los empleados).

El elegido para estar dentro de la empresa es Alejandro Neme, un especialista en el negocio eléctrico que además tiene visión política. De hecho ha tenido un recorrido particular. Ha sido parte de gestiones del PJ en distintas épocas y también fue gerente de Distrocuyo. Cornejo le ratificó la confianza y ha asesorado al Gobierno en el tema. En cuanto al representante de los empleados, la decisión es más vidriosa. Se especula con que allí podría ir un hombre relacionado también con EDEMSA y algunos proveedores que no tiene la total confianza del sector trabajador.

La resolución de la asamblea agrega poder al Estado, pero desde la empresa hay quienes aseguran que en realidad no es negativa del todo. “Alivia la tensión”, aseguró un analista del tema. Es que, explican, en los últimos meses la relación había sido insoportable y no había avances. “Todo era conflicto. El nuevo mecanismo va a ayudar a resolver problemas antes de que exploten. Puede haber más mediación”, aseguran.

Cornejo marca un asterisco en su gestión como gobernador respecto a la relación con los grupos empresarios que, más allá de quien gobierne, han mantenido el poder en Mendoza. “Nunca los recibió en su despacho e hizo cumplir las normas”, repiten en el Cuarto Piso. Y se refieren, por ejemplo, a José Luis Manzano, controlador de EDEMSA y varias petroleras de sello de goma.

El Estado tenía hasta ahora tres formas de vinculación con EDEMSA. Es poder concedente de la concesión por 35 años. Tiene el rol de control a través del EPRE. Pero también es accionista, con el 40% de la participación. Ese rol no había sido cumplido. "El Estado ha cumplido su rol ahora y se ha trabajado coordinadamente", aseguró a MDZ Natalio Mema, secretario de Servicios Públicos. Ahora habrá otras dos "patas" estatales con el comité ejecutivo y la presencia de EMESA como asesor. 

Qué hacer

La quita de la concesión parecía una opción. Más cuando podría aparecer como un hecho político fuerte. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en 2010 durante el gobierno de Celso Jaque cuando reestatizaron la empresa de agua y saneamiento.

Pero ese camino fue desestimado rápidamente, sobre todo por los malos antecedentes de Mendoza y Argentina en se plano. Una medida así podría detonar, entienden, de manera casi automática una demanda de los accionistas; pero no en tribunales, sino en el CIADI. Se trata del tribunal donde se dirimen conflictos de intereses a nivel internacional que involucran concesiones, obras y otros temas donde están involucradas empresas y estados.

Incluso hasta hay quienes creen que ese camino podría haber sido una salida airosa para los accionistas de EDEMSA: esperar la quita de la concesión y tener un juicio en mano para cobrar a futuro o hasta venderlo (como ocurrió en el caso YPF).

Los antecedentes juegan a favor de esa teoría. Mendoza ya perdió dos juicios en el CIADI por empresas de servicios privatizadas y uno fue en manos de ex concesionarios de EDEMSA. Electricité de France Internacional demandó a Argentina por falta de cumplimiento del contrato de concesión que tenía desde 1998 por EDEMSA. La demanda fue por la pesificación y los atrasos tarifarios. Argentina debió pagar más de 170 millones de dólares. En el caso de Obras Sanitarias Mendoza el antecedente también es negativo. El CIADI también falló a favor de Saur (otra empresa francesa) por el reclamo de atrasos tarifarios y la reestatización ejecutada en 2010. El monto a pagar ronda los 70 millones de dólares.

La estrategia de “tenazas” usada por Cornejo apunta a exigir, pero también ceder ante lo que puede generar conflictos. Es lo que ocurrió, por ejemplo, con las tarifas. EDEMSA tiene la tarifa que técnicamente creen que corresponde y para que sea viable el funcionamiento de la empresa, incluida la renta.

La auditoría interna ejecutada por el EPRE aún no se hizo pública, pero los resultados fueron parte de los argumentos para el cambio en la forma de gestionar.

El Comité Ejecutivo deberá intervenir en cualquier contrato que supere los 20 millones de pesos. Allí hay otro punto clave: las sospechas que hubo sobre la empresa de triangulación de recursos a través de empresas allegadas a los mismos dueños de EDEMSA. Por eso, por ejemplo, se cortaron muchos contratos con proveedores que parecían innecesarios, algunos de los cuales tienen arraigo en los accionistas de la empresa eléctrica; otros que no tenían actividades relacionadas con el tema y sobre todo consultorías que fueron achicadas. La llegada de EMESA, la empresa estatal de energía, tiene que ver con ese cambio.

Ahora quedan otros problemas por resolver que, aunque son de la empresa, pueden afectar al servicio. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la deuda que tiene con CAMMESA, el mayorista de la electricidad.