La "casta" bonaerense le vuelve a dar de comer a Javier Milei
Otro problema se presenta para Unión por la Patria. Todavía no terminaron los efectos sobre el juicio que perdió YPF por una decisión del entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, y ayer se conoció un escandaloso manejo de los fondos de parte de sus aliados K.
"¿Tenés alguna información oficial para brindar por el escándalo de las tarjetas de débito?", le preguntó hoy MDZ a primera hora a una importantísima fuente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. "No, en un rato te llamo". Fin de relato.
A pesar de haber pasado más de 12 horas desde que trascendió la información, donde se conoció que Julio Sigau, un empleado raso de la Cámara, había utilizado casi medio centenar de tarjetas de débito para retirar efectivo de los cajeros automáticos de La Plata, nadie sabía qué decir.
Sin embargo, la mayor preocupación que hoy recorre al oficialismo de la provincia de Buenos Aires es otra. La feroz interna se hizo pública, también, por la actitud de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof fue el único respaldo que tuvo Sergio Berni desde hace tres años a esta parte. Todos le pedían su cabeza, desde Máximo Kirchner hasta el jefe político de Otermín, Martín Insaurralde.
Extrañamente, o no, de ahí la preocupación y el pánico del internismo, Berni no frenó la investigación de su subalterno raso platense y siguió con la detención y la investigación posterior. Kicillof tampoco estuvo cómodo desde que Insaurralde fue nombrado, por imposición de Máximo Kirchner, como jefe de su gabinete.
Sigau, en tanto, había llegado a la legislatura bonaerense de la mano del ex diputado provincial Guillermo Escudero, aliado del ex intendente Pablo Bruera.
Bruera, el ex intendente que terminó el mandato en 2015 tras haberse conocido un Twitter diciendo que estaba trabajando para combatir los daños de la inundación mientras disfrutaba de unas vacaciones en Brasil, está anotado como empleado de mantenimiento de la Cámara, que preside Federico Otermín, hoy candidato a intendente de Lomas de Zamora. "Chocolate" como se lo conoce al poseedor de medio centenar de plásticos, dependía ahora del concejal platense Facundo Albini.
A la noche de ayer, ante la misma consulta que le realizara este periodista a dos importantes legisladores provinciales, uno de ellos fue tácito en pedir que "no incendien más la Casa". Recibe ese apodo la Cámara, donde todos los bloques tienen pactos preexistentes y por eso, también, se la denomina "Cuerpo", porque es solo uno. En la época de Osvaldo Mércuri y Eduardo Duhalde como gobernador se la bautizó como "la diputadora".
Otro legislador kirchnerista no sólo se sorprendió por la noticia, sino que también estaba "en llamas... Re caliente... No hacemos más que trabajar para Milei (Javier). No tengo ni idea de todo esto, a algunos no los participan, vos sabés", dijo entre tranquilo y resignado.
En síntesis, nadie puede tirar la primera piedra, y desde el oficialismo y la oposición se pasan la factura aduciendo que no pueden hablar más.
Efectivamente, en la Cámara, tanto en esta como en otras, hay legisladores de primera, de segunda y tercera categoría. En la primera conviven, inclusive, los presidentes de todas las bancadas, que negocian comisiones y decisiones más importantes. Desde esta primer "escalón" luego se derraman las decisiones hacia los otros grupos.
El problema que tiene Unión por la Patria para explicar lo sucedido con las tarjetas de débito -algunos hablan de cincuenta, otros de muchas más- es que el detenido terminó teniendo anotadas las claves de todos los plásticos que utilizaba. Al no haber pasado por ningún usuario fidedigno, no se había generado el token que permite hacer transferencias o sacar dinero por el monto mayor al permitido, que es de $30.000 pesos de base. Salvo que se pida autorización y tengan el mecanismo habilitado para ampliarlo, el límite es ese.
"Están jugando a las bochas con granadas estos tipos", confesó un ex legislador que ha manejado el poder de la Cámara. Según pudo reconstruir MDZ, esas y otras tarjetas le fueron dadas directamente a alguna autoridad de la Casa directamente desde el Banco Provincia. "Es un procedimiento extraordinario, pero si todas son solicitadas desde un mismo lugar, máxime de poder, se le entregan a ellos para que después la distribuyan. Al parecer, fallaron o no quisieron hacer la segunda parte", ironizó un funcionario bancario.
"La Casta" no entendió el mensaje de las pasadas PASO. "O la entendió perfectamente... Saben que pierden y están limpiando todo", ironizó un legislador que prefirió mantener el anonimato.
Este episodio no es nuevo y no será el único. Hace más de dos décadas, otro legislador había tenido un inconveniente parecido con los sueldos que manejaba. Al igual que ahora, la mayoría de los supuestos empleados desconocían que estaban anotados en la planta de la Cámara o le daban un porcentaje mucho menor a cambio de tener jubilación y obra social por usar su nombre. El desliz terminó con un nuevo camarista aprobado por el Senado un tiempo después.
El proceso es el siguiente. Alguien pide un documento para "darte una mano". La persona, amiga o necesitada, presta su consentimiento. En ese momento se le puede explicar la verdad, que recibirá tanto, pero que eso no será para él, sino que deberá dejar un porcentaje, entre el 70% o el 80% para quien se lo consiguió, así puede "pagarle a otros compañeros, correligionarios o colegas libertarios".
Eso va a un fondo común donde se pagan diferentes gastos políticos y, los menos, se lo llevan a la casa. Cuando pasa esta segunda situación, aparecen los problemas. Nadie suponía que iba a cobrar, como sucedió con los contratos ahora conocidos, más de medio millón de pesos por mes. Seguramente, quien lo concedió, "blanqueó" que iba a ser mucho menos. El escándalo se ramifica si la Justicia cita a los supuestos dueños de las tarjetas encontradas y constata su situación social con lo que decían que cobraba.
Algo similar sucede con los planes sociales. En los bancos de la periferia, donde se concentra la mayor cantidad de beneficiarios, suele haber personas con más de un plástico retirando de los cajeros automáticos.
La desconfianza y el pase de factura entre los principales miembros legislativos por este desmadre que se provocó ante la detención de En la media mañana de hoy, el diputado provincial Sigau atraviesa profundamente Unión por la Patria. El más irritado de todos parece ser el legislador de la Movimiento kirchnerista Octubres, Gastón Harispe, quien fue imputado en un artículo periodístico platense ser el jefe político de "Chocolate".