Cómo quedaría Cambia Mendoza ante una eventual ruptura del PRO
Los cortocircuitos entre el diputado nacional Omar De Marchi y la UCR ha puesto en jaque la continuidad del partido amarillo en la coalición oficialista. El frente fundado en 2015 ha tenido una hegemonía electoral en la provincia pero ya ha sufrido el portazo de algunos integrantes.
El frente Cambia Mendoza nació en los albores del 2015 y desde ese momento se impuso en todas las elecciones de la provincia hasta el día de hoy, a excepción de las PASO nacionales del 2019 donde fue superado por una diferencia de un punto por el Frente de Todos pero que luego revirtió en las generales. A lo largo de estos ocho años de hegemonía, la coalición liderada por la UCR ha perdido importantes integrantes y ahora el riesgo de ruptura del PRO está latente por los reiterados cortocircuitos entre el partido amarillo y el radicalismo.
Las tensiones en las filas del oficialismo siempre estuvieron presentes, pero en el último tiempo se desencadenó una fuerte crisis ante la posibilidad de que el diputado nacional y referente local del PRO, Omar De Marchi, compita por la Gobernación en las próximas elecciones por afuera de Cambia Mendoza.
Esta amenaza de ruptura ha generado innumerables cruces entre dirigentes del PRO y radicales, funcionarios provinciales y aliados oficialistas. El clima de tensión escaló tanto que la situación tomó trascendencia nacional. El tema se planteó en la última reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio y también en una cumbre de la cúpula nacional del PRO.
La eventual salida del partido amarillo implicaría el abandono de otro de los fundadores de Cambia Mendoza. En 2020, el Partido Demócrata (PD) tomó la decisión de romper con el frente y en 2021 también dio el portazo la Coalición Cívica-ARI. En ambos casos lo hicieron con fuertes cuestionamientos al modelo de gestión del radicalismo y reclamando que nunca se siempre se trató de una coalición electoral y no de una coalición de gobierno.
En el 2022 se produjo otro abandono de las filas oficialistas con el caso del partido municipal Mopoma (Movimiento Popular Malargüino) que rompió luego de que el Gobierno provincial decidiera habilitar el tratamiento del proyecto del intendente de Malargüe, Juan Manuel Ojeda, para excluir al departamento del alcance de la Ley 7722 e impulsar la minería.
Sin embargo, un eventual del PRO tendría un impacto mayúsculo en Cambia Mendoza y podría tener una repercusión nacional. De hecho, desde el radicalismo agitan la posibilidad de que se pida una intervención del partido amarillo a nivel provincial, por alejarse de los lineamientos de Juntos por el Cambio. No obstante, desde el entorno de De Marchi descartan que eso se pueda concretar y recuerdan que en 2021 se amenazó de igual manera a la Coalición Cívica y no se produjo la intervención.
Más allá del futuro incierto de la fuerza macrista, la UCR todavía cuenta con otros espacios aliados para garantizar la continuidad de Cambia Mendoza y apunta a sumar nuevos sellos.
Libres del Sur acompaña desde los orígenes al frente y ha contado con legisladores, concejales y funcionarios provinciales. La fuerza de izquierda había perdido su personería jurídico-política en la provincia pero en la previa de los comicios del 2021 obtuvo una personería electoral provisoria y actualmente la tiene vigente. En las filas oficialistas hay otro espacio de izquierda como el Partido Socialista (PS), que el próximo 11 de febrero renovará autoridades en la provincia.
Por otro lado, también está el Partido Demócrata Progresista (PDP), conformado por exdemócratas que se alejaron del PD, y el Partido Renovador Federal, que supo estar dirigido por el dirigente sindical peronista fallecido Guillermo Pereyra. La primera de estas fuerzas no cuenta con personería jurídica, mientras que la otra sí y de hecho su presidente es el diputado provincial mendocino José María Videla Saenz.
Otro espacio integrante de Cambia Mendoza es el partido del Gobierno municipal sancarlino Unión Popular, que lideran el diputado Jorge Difonso y el actual intendente Rolando Scanio. Estos dirigentes también han mantenido tensiones con el radicalismo, fundamentalmente durante el debate de la reforma de la Ley 7722, que dañó el vínculo con el gobernador Rodolfo Suarez.
Republicanos Unidos, la fuerza liberal referenciada con el diputado nacional Ricardo López Murphy, formó parte de la alianza oficialista durante las últimas elecciones. A su vez, la UCR apunta a sumar para el próximo proceso electoral a otras fuerzas como Encuentro Federal para el Desarrollo de Mendoza. Este flamante espacio está conformado por el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Alternativa Republicana Federal, Partido Tercera Posición, Comunidad Organizada, además del Partido Federal.
El último de ellos tiene una personería jurídica, mientras que el resto no cuentan con esa figura legal. Esta cuestión no es menor ya que para conformar formalmente un frente es necesaria la participación de dos o más partidos propiamente reconocido como tales ante la justicia electoral.
Al no tener ese requisito que depende de la cantidad de afiliados y de la participación en elecciones anteriores, los partidos se ven imposibilitados de participar por su propia cuenta en unos comicios o disputar una interna.