Asamblea Legislativa

Un mensaje por debajo del promedio, sobre una gestión apenas correcta

Suarez habló ante la Asamblea Legislativa y pidió por una sola ley que, ya se sabe, será difícil que se apruebe. La escasez de anuncios, que se complementó con la dificultad para plantear cuestiones de fondo como el futuro del desarrollo económico y el agua, claves en el tramo final de su gestión.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 1 de mayo de 2022 · 13:17 hs
Un mensaje por debajo del promedio, sobre una gestión apenas correcta
Foto: Maximiliano Ríos/MDZ

Durante poco menos de 75 minutos durante los que habló, Rodolfo Suarez se dirigió ante la Asamblea Legislativa para puntear los aspectos que consideró destacables en una gestión que está entrando ya en su lapso final. Pero casi como desconociendo el escenario en el que estaba, el gobernador no fijó líneas de acción a futuro y, quizás lo que fue más significativo, no planteó ante los legisladores reunidos ninguna ley clave que necesite para su administración.

O mejor dicho sí, reclamó una. Aunque para el caso sea lo mismo. Suarez volvió a la carga con su proyecto para reformar la Constitución provincial que ya fuera presentado hace más de un año y medio, sabiendo que su futuro es inviable en el contexto político actual. El oficialismo intentará votar en el transcurso de este año su proyecto, pero hasta acá choca con el rechazo del peronismo que no habilita los dos tercios necesarios en ambas cámaras para que salga la ley que declare la necesidad de la reforma y poder comenzar con el proceso.

Fue el único momento de su discurso, casi sobre el final, en el que cambió el tono monocorde que venía aplicando hasta ahí mientras leía. Y no hubo mucho más. “Vengo a pedirle a la oposición con la mejor voluntad de diálogo que abra el debate de cara a la sociedad”, les dijo. Más allá del reclamo poco hay que esperar para que, efectivamente, Suarez pueda redondear su mandato siendo el mandatario que logró (luego de varios intentos fallidos durante las últimas dos décadas) dejar una nueva Carta Magna para el futuro.



Algunos se habían entusiasmado en los días previos a la lectura del mensaje con la alternativa de que se insistiera con otra reforma clave cuyo debate también había sido impulsado por Suarez: la reforma educativa. Pero no existió ni una sola línea en el texto leído sobre este asunto y se debió a una cuestión fundamental. El gobierno abandonó su idea de impulsar cambios en el sistema educativo a través de una ley, como había anunciado en su momento, y optó por el difuso camino de continuar discutiendo estos cambios en otros ámbitos lejos de la Legislatura.

No habían pasado ni cinco minutos, que Suarez golpeó donde políticamente se siente muy cómodo y es lo que, desde lo discursivo, más rédito político le da. Ni bien comenzó, descargó sus críticas sobre el gobierno de Alberto Fernández de quien aseguró que da la “imagen de un poder de brazos caídos para manejar la economía”. Sobre los desaciertos de la gestión nacional, es donde este gobierno provincial descarga buena parte de la responsabilidad de sus males. Puede que algo de cierto haya en eso. Pero no explica todos los problemas.

Fue notable como no hubo menciones a la crisis en los hospitales con las renuncias masivas de profesionales, al desfinanciamiento de OSEP o a la subejecución del presupuesto para obra pública. Y más allá de que dio algunos números, no pudo plantear en esta mañana de domingo la forma en la que Mendoza va a buscar terminar con el déficit habitacional. A un ritmo de construcción de 1000 casas por año, como mencionó, la provincia podría terminar con el problema de viviendas de su población dentro de cien años. Y no es una forma de decir.



Había cierta expectativa de que hiciera un anuncio de alto impacto como podría haber sido la eliminación de la obligatoriedad del uso del barbijo a finales de la pandemia. Pero no pasó nada de eso. Un reflejo de la realidad ante esto fue que, casi nadie dentro del recinto, tenía puesto su tapabocas durante la Asamblea.

Pero algo anunció. El financiamiento para equipamiento en seguridad aunque no diera demasiados detalles acerca del monto ni de el destino de esos fondos. Aquí volvió sobre algo que ya había anticipado el ministro del área, Raúl Levrino. El gobierno puede mostrar como logro haber bajado las estadísticas de los delitos violentos, pero se dispararon y mucho los hurtos y las entraderas, por caso. Aquí está el verdadero problema de la inseguridad hoy. ¿Cuál será la respuesta de gestión? Sumar a las cámaras de los privados, al sistema de cámaras de vigilancia que el Estado ya tiene en la calle. Con Alfredo Cornejo sentado enfrente, Suarez destacó dos aspectos de su gestión que son música para los oídos del ex, que tiene entre sus posibilidades políticas volver el año que viene. Por un lado destacó el equilibrio fiscal y por el otro repasó las modificaciones que se impulsaron para el funcionamiento de la Justicia.

Pero al mensaje le faltó un eje central y fue saber cómo avizora el gobernador la salida a la profunda crisis económica, más allá de que está claro que no tiene resortes para solucionar la inflación o para controlar la situación cambiaria, entre otros problemas. Pero sí, cuenta con herramientas como para intentar sostener el empleo y disminuir la pobreza.


Habló del programa Mendoza Activa y estuvo bien. El plan implementado por el ministerio de Economía durante la pandemia viene funcionando como contención a muchas Pymes y emprendedores privados, pero no alcanza para que la provincia vaya encontrando la reconversión que necesita de su matriz productiva. Suarez venía para eso cuando se presentó en la campaña de 2019 y hasta aquí, por errores propios y forzado por cuestiones externas, no cumplió. Quedó claro en lo que leyó. Una de las pocas apuestas económicas que hoy existen en el horizonte, por caso, está en el desarrollo de las sales de potasio en el Sur. No mucho más.

Dos detalles no menores que hablan de esta falta de proyección. Habló del turismo, que en la actualidad opera como la palanca que está utilizando la economía para no caerse. Pero no mencionó plan alguno para seguir fomentando fuerte la actividad. Y el otro: mencionó por supuesto a Portezuelo del Viento y le reclamó al presidente por la resolución del futuro de la obra. Aunque no hubo ni una sola línea acerca de lo que será su gran desafío de gestión en lo que le queda. Es decir, qué hará Mendoza con los U$S 1.000 millones de dólares que tendrá disponibles en caso de que se caiga la construcción del dique en Malargüe. Más relevancia cobra aún este tema si, como se sabe, para el gobierno ya es casi un hecho que Portezuelo no se hará y que además, esos recursos que que se podrán invertir en otra cosa, serán destinados a obras que tengan que ver con el agua.

La presencialidad permitió que, por primera vez, Suarez le hablara cara a cara a los legisladores un 1 de Mayo quienes, por parte del oficialismo claro está, lo aplaudieron tibiamente en media docena de ocasiones. Pero el poco entusiasmo tenía un sentido: el gobernador brindó un mensaje por debajo del promedio, hablando de una gestión apenas correcta.

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