Educación y futuro

Susana Decibe: “La Educación hoy es un sector anómico, un sector en donde nadie gobierna”

La exministra de Educación y Cultura analizó la actualidad del sector, y definió los pasos que se deben seguir para recuperar la calidad educativa.

José Luis Jacobo
José Luis Jacobo sábado, 12 de noviembre de 2022 · 15:00 hs
Susana Decibe: “La Educación hoy es un sector anómico, un sector en donde nadie gobierna”
Foto: Gloria y loor

“Del desastre actual se sale haciendo reformas profundas”, dice Susana Decibe, quien brindó una entrevista a la FM 99.9 de la ciudad de Mar del Plata. Ella focaliza los problemas en tres ejes: la capacidad del Estado para gestionar, la profesionalidad de los docentes, y la necesidad de reformar la escuela secundaria para adaptarla a las necesidades del mundo actual. Dice la ex ministra: “Con los marcos legales que tenemos, si el Estado funcionara, no estaríamos en una situación tan catastrófica. Hay cosas que marca la ley que habría que haberlas hecho hace treinta años, y no se hacen”.

El tema de la profesionalidad de los docentes es uno de los principales problemas que atraviesa el sistema educativo. Se ha abandonado el concepto de profesional de la educación, para sustituirlo con trabajadores de la educación. “Se ha desmerecido enormemente la profesionalidad de nuestros docentes, y tenemos que recuperarla”, dice Decibe. “Esto se hace formando a los docentes que hoy están en servicio, pero también cambiando y recuperando la calidad de la formación de los futuros docentes. Hay que trabajar muy seriamente con los institutos de formación, que se han ido creando como quioscos: hay más de mil seiscientos en todo el país, cuando con doscientos, de muy buena calidad, tendríamos un escenario mucho más favorable”.

Continuó: “Hay que lograr una formación buena y de calidad. Pero para eso, hace falta una ley paraguas que permita que todas las provincias puedan reformular sus regímenes laborales y los estatutos que datan de la década de 1950, y así poder generar una verdadera carrera profesional que tenga que ver con el desempeño, con el ascenso, con el salario y no con el uso de las licencias y toda la degradación que tuvo la profesión. Hoy, por cada cargo, el Estado puede estar pagando hasta tres licencias y, a pesar de eso, el ausentismo en el sector es altísimo. Es infinanciable. Los pibes tienen a veces dos o tres días sin clases en las aulas en muchos lugares del país”.

Pero también habló de la necesidad de adaptar la escuela secundaria a los tiempos que corren: “Otro tema fundamental es cambiar de fondo, modernizar y adaptar, la escuela secundaria y la escuela técnica a las necesidades del mundo actual, de cara al futuro. Y esto es llenar la escuela de ciencia y de capacidad de hacer cosas. Toda la formación secundaria, sea técnica o no, tiene que estar vinculada al mundo del trabajo y a los nuevos conocimientos que tienen que manejar todos los jóvenes para poder adaptarse a un mundo incierto y mantener sus capacidades laborales. Todo esto en realidad es una agenda de los futuros gobiernos que, si no se lleva adelante, nunca vamos a poder salir de la pobreza que sufren gran parte de los jóvenes y adultos, pero también de nuestra pobreza como país”.

Decibe especificó cuál es la responsabilidad de algunos gremios docentes en la conformación del escenario actual: “Lo que pasó con la profesionalidad de los docentes fue muy lamentable. Esto se inicia, concretamente, cuando Néstor Kirchner se vio en la necesidad de encarar su primera elección intermedia, a dos años de iniciada su presidencia. Ahí, su alianza con el gremio docente fue mortal para el servicio educativo. La gobernabilidad del sector, desde ese momento, estuvo compartida ente el Estado y los gremios, especialmente la CTERA. Y ese gremio en particular, la CTERA, es más una alianza política que una agrupación que defienda los intereses de los docentes, por lo que esto hizo muchísimo daño”.

Continuó: “Por otro lado, está el corrimiento del Estado. La política no se ha tomado en serio la educación. Ha dejado de gobernar el sector y de asistir a los docentes que están en el aula, enseñando. Los ministros de Educación de todo el país no hacen más que ir al Concejo Federal, aprobar sistemáticamente y actualizar lo que entienden que hay que enseñar en cada materia, y luego se desentienden de que cumplir esos objetivos sea posible en las aulas. Hay un corrimiento real de muchos funcionarios, sean nacionales o provinciales, de las obligaciones que significan gestionar la educación en la Argentina. Y a esto se suma la participación brutal la CTERA, un gremio duro y políticamente ubicado de manera errada, porque, lejos de defender la profesionalidad del docente, está alineado con una ideología política y con un partido político. Todos los organismos que controlan los concursos y la asignación de los docentes a las aulas y las instituciones, o los pases, está manejado por los gremios. Es absurdo, es imposible. Hay que recuperar un orden en donde el gobierno de la educación esté en mano de los funcionarios y de las direcciones de las escuelas. Hay que darle más recursos y poder de decisión a las escuelas, junto con una buena formación, capacitación, e instrumentos de gestión. Hoy en cambio es un sector anómico, un sector en donde nadie gobierna”.

Según Decibe, la salida es generando una alianza con los sectores docentes que están comprometidos con la educación y que todos los días desarrollan sus tareas en las aulas, así como un acuerdo político que permita sostener estas acciones a lo largo de varias gestiones: “Hay que parar, y transparentar en dónde estamos parados. Hay que hacer un acuerdo dentro del sistema político que permita recuperar la gobernabilidad y la calidad del sector. Esto no se cambia en cuatro años, requiere de tiempo, y requiere el compromiso político de todo el sistema. Tenemos gente de muy buena calidad dentro de las instituciones. Hay que facilitar que esa positividad se multiplique. Un ejemplo: la ley dice que las escuelas carenciadas de todo el país tienen que ser atendidas por los mejores docentes, que tienen que gozar de las mejores condiciones de trabajo y los mejores recursos. Para poder cumplir con ese artículo —el 83 de la ley nacional de educación—, hoy hay que hacer una ley de emergencia que deje en stand-by todas las regulaciones laborales, porque la autoridad educativa no puede mover a ningún docente ni mandarlo a ninguna escuela ni ponerle más plata para que pueda funcionar. Estamos trabados en una situación muy tramposa que hay que transparentar. Hay que acordar si queremos salir de este pozo, o seguir en la decadencia.

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