Elecciones

Empresarios y candidatos: buscan influir y causan morbo en la política

Como nunca antes, hay decenas de empresarios que dieron el salto a la carrera electoral. Buscan influir de manera más directa, pero en un terreno que desconocen. Cuáles fueron los gérmenes y casos testigo.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 8 de agosto de 2021 · 10:53 hs
Empresarios y candidatos: buscan influir y causan morbo en la política
Joaquín Barbera

En diciembre del 2001 Joaquín Barbera tenía 11 años. El país era un caos. “Escuchaba al nuevo presidente que era Rodríguez Saá en la tele y me asustaba. Le pregunté a mi viejo cuándo nos íbamos del país y él me dijo: ‘yo me quedo, voy a a ser el último en irme si hace falta y apagaré la luz’”, recuerda. Pocos días antes también su padre, Fernando, había colgado un cartel en el restaurante que manejaba que tendría una repercusión enorme: le prohibía el ingreso a todos los políticos a ese comercio como protesta por los recortes que se habían ejecutado a los comedores. El detrás de escena de esa decisión marcaba, además, que habían sido testigos de escenas de ostentación de algunos dirigentes en medio de la peor crisis de la historia reciente. Curiosa paradoja: cuando se cumplen dos décadas de esa historia de tensiones con la política, Joaquín ahora es candidato a legislador.

“No me considero un político, pero quiero generar cambios. Quiero que mi hermanito de 9 años tenga las mismas posibilidades que tuve yo de estudiar en una mejor universidad, que se genere trabajo, que se cambien y se saquen leyes que son malas”, aseguró Barbera, que aún tiene una visión naif de la política. “Yo no soy opositor a ningún gobierno argentino. Se puede construir y dejar las grietas”, dice.

Barbera se suma a una tendencia particular de las elecciones en Mendoza. Se trata de la llegada de dirigentes empresariales de distinto origen a las listas de candidatos; un salto que tiene pocos precedentes. Algunos de ellos pasaron del “que se vayan todos” del 2001, a meterse en el barro electoral.  

El germen

La participación de empresarios en la discusión electoral incomoda en la política y hasta hay algo de morbo desde esa corporación para hacerles sentir el “rigor” de competir en un terreno árido. "No van a tener chances", dicen los jefes de comités. Pero también trasluce otras cosas. Por un lado los problemas de representatividad, que no solo ocurre con los empresarios. Y también el fracaso de los canales de participación multisectorial que, evidentemente, no funcionan. Mesas de debate, foros, el propio Consejo Económico; todas estructuras para vincular a los actores de la sociedad civil con la política y que no tienen resultados. “Los cambios tardan mucho desde afuera”, repiten los empresarios. Incluso las discusiones de los últimos años por la minería, la matriz productiva,  la caída de la economía de Mendoza y los problemas estructurales sin solución fueron el germen del salto a la política.

Adolfo Brennan, otro de los dirigentes empresarios que dio el salto a la política.

La duda está en la sostenibilidad de esos proyectos, pues corren con desventaja.

En la mayoría de los casos no se trata de aventuras aisladas, pues son empresarios que tienen trayectoria en la actividad pública. Por eso hay representantes de distintas cámaras y foros empresarios. Desde el propio Carlos Iannizzotto, titular de Coninagro, hasta el representante de la UIA Mauricio Badaloni y el dirigente empresarial de los metalúrgicos Julio Tottero.  Aunque están en partidos distintos, tienen una agenda común: bajar la carga impositiva, agilizar las decisiones y cambiar la estructura del Estado. También bajar el gasto de la política.  Sacando eufemismos, buscan influir en la vida política de manera directa. Repiten como muletilla que no quieren sacarle ningún rédito personal a la política.  

“Yo llevo más de 20 años peleando por cambios y hemos conseguido cosas, pero la verdad es que los cambios son muy lentos. Estuvimos 15 años para tener una ley de acceso a la información, por ejemplo. Mendoza está en una situación desesperante”, aseguró Adolfo Brennan, que es candidato a legislador en la lista que lidera otro empresario; Carlos Iannizzotto. Justamente Brennan es un referente del tercer sector. Desde el Banco de Alimentos y también como activista en la vida cívica con la OSC Nuestra Mendoza, una organización que pugna por la transparencia en las elecciones y las decisiones públicas. "La calidad de vida de Mendoza está deteriorada y no se genera empleo. Yo me considero representante de los empresarios Pyme, que generan el 75% del empleo", aseguran Brennan. 

Vargas Arizu lidera uno de los sectores. 

El bodeguero Rodolfo Vargas Arizu fue el primero en transparentar su participación política y nucleó a otros dirigentes empresarios y políticos detrás. Con una impronta liberal y que ellos califican como productivista, nuclearon a muchos referentes de sectores productivos. Incluso con algún respaldo nacional como Ricardo López Murphy y Rogelio Frigerio. Vargas Arizu tiene trayectoria en la vida política no partidaria, desde la Bolsa de Comercio y Pro Mendoza, por ejemplo.

Joaquín Barbera, que tiene 30 años y es el CEO del grupo Broda, cree que se puede construir un “diálogo de calidad” en las instituciones. “Estoy seguro que se puede hablar si se sacan los egoísmos. Hay que generar un cambio de sistema. No puede ser que a cada trabajador el Estado le saque parte de su plata. Además hay que cambiar el enfoque: si se construye una cárcel se ‘mejora el PBI’ porque hay una obra. Pero estás construyendo una cárcel y el trasfondo que implica muestra el problema”, ejemplifica. Como gran parte de lo que ocurre en esa generación, en la órbita de Joaquín Barbera ronda la idea de irse del país. “Yo tuve oportunidad de irme, estudié afuera y viví en Europa. No quiero eso, sino que mi hermano, que los chicos de La Favorita y todos tengan la oportunidad de estudiar en la Universidad”, dice.

En el caso de Carlos Iannizzotto, busca captar también el voto de sectores relacionados a la producción y está más ligado a la centro derecha, con allegados a las iglesias entre sus referentes.

Si se toma distancia de los sellos partidarios, hay confluencia en algunas ideas generales. “Llevo más de 20 años en la vida pública desde otro lado. Y hay algo que me hace ruido: la política se considera el único constructor o custodio del ‘bien común’. Y no es así. Con la experiencia que tengo me doy cuenta que cuesta mucho modificar cosas desde afuera”, asegura Brennan, que ya en la crisis del 2001 generó iniciativas para cambiar el sistema electoral.

Los empresarios no son ajenos al Estado. Tienen vinculación frecuente como contratistas o socios en algunos casos, y ahora buscan sumarse al otro lado. Ese vínculo no es completamente nuevo, porque hubo casos de representantes del sector privado en el Estado, pero hay casos que pueden incomodar por compartir concesiones (como ocurre con Badaloni en la Terminal), negocios compartidos (como ocurre con Barbera y las concesiones gastronómicas de Cultura) impulsar proyectos (como puede pasar con Tottero y la cámara metalúrgica en Portezuelo del Viento), o con cualquier política fiscal que es, justamente, donde más quieren influir.

La política se siente incómoda. Es la primera vez que hay una participación tan amplia de empresarios en la carrera electoral. Sí hubo aportes desde el sector privado para influir en la política, pero no como opción electoral. Ocurrió en su momento con el Consejo Empresario Mendocino, que elaboró un plan estratégico para la provincia y que fue puesto a disposición del Gobierno. Por entonces, justo en medio de la crisis, fue descartado: desde el Gobernador hacia abajo fueron reactivos y surgió una frase que suele recorrer los comités y unidades básicas: “¿Quién gobierna, la política o ellos?”, dicen como respuesta corporativa. 

Primero hay que saber perder

Por ahora no aparecen datos relevantes en cuanto al impacto electoral de esos sectores. La atomización de la oferta electoral atenta contra las aspiraciones de esos propios partidos o frentes internos. Como ha ocurrido con otros intentos de participación novedosa, la solidez se verá el día después de las elecciones: si soportan las tensiones y el golpe que puede significar perder, por ejemplo.

En “Cambia ya”; por ejemplo, son realistas en cuanto a las posibilidades que tienen frente a la lista oficialista que lleva a “tres gobernadores” y todo el aparato. Y al menos esperan hacer una elección que les permita modificar la lista de Cambia Mendoza. Es decir más allá de ganar o no las PASO, tarea imposible por ahora, que consigan el suficiente apoyo para obligar al oficialismo a abrir las listas. En el caso de Iannizzotto, aseguran que lo que ocurra en estas elecciones “será un paso para un proyecto a largo plazo”. 

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