Pandemia

Momento clave: bajo presión y solo, Suarez decide si Mendoza vuelve al aislamiento

El Gobernador no precipita las decisiones, pero la presión sube. Cualquiera sea el camino, recibirá quejas y protestas. Cómo impacta la pandemia en Mendoza.

Pablo Icardi
Pablo Icardi sábado, 5 de septiembre de 2020 · 10:28 hs
Momento clave: bajo presión y solo, Suarez decide si Mendoza vuelve al aislamiento

Música que aumenta las pulsaciones; sonrisas y abrazos que guardan intereses creados. Frágiles esperanzas en formato de eslogan. Escenografía de victoria. Y una palabra tramposa que se repite hasta el cansancio: "Juntos". Una campaña electoral es un cúmulo de escenas engañosas. Pero no solo para quien busca ser captado como elector. Es una trampa también para quien quiere ser elegido, para el gobernante que desparrama optimismo en un atril durante la campaña pero que la mayoría del tiempo estará solo, tenso y con dudas para tomar decisiones. Situaciones que no van a generar las alegrías dibujadas de aquellos tiempos felices donde se cazaban voluntades. 

El gobernador Rodolfo Suarez está en uno de esos momentos en que cualquier camino que tome, generará antipatía casi por igual, siempre partiendo desde la base de la buena voluntad. En plena crisis sanitaria y social por la pandemia, debe decidir si mantiene todas las actividades económicas habilitadas en plena curva ascendente de contagios y con el sistema de salud al borde; tal como él piensa. O  si opta por el camino más conservador y cierra todo como le recomiendan en Casa Rosada y ahora también dentro de su propio Gobierno. Cualquiera sea la decisión que tome generará descontentos. De las empresas y trabajadores que viven una situación angustiante en caso de volver atrás, o de los sanitaristas, intendentes y hasta la Nación si no lo hace. Suarez debe decidir cuál es el bien superior a cuidar en un momento crítico y saber si su equipo de gobierno tiene la pericia para encarar la crisis. 

Como acostumbra, el Gobernador no se precipita. De hecho hay quienes esperaban algún anuncio antes del fin de semana, cuestión que él se encargó de negar. Cree que las medidas que rigen desde el miércoles tendrán algún efecto porque se redujo la movilidad. Pero los resultados sanitarios se verían recién dentro de dos semanas. Mientras tanto apuran la adecuación del sistema de salud a la fase aguda de la pandemia, que incluye mudanzas, riesgos e inversión en logística. Así, por ejemplo, hay quienes ven una necesidad en disminuir aún más las actividades porque el sistema de salud se ha enfocado casi exclusivamente al Covid-19 y, creen, hay que disminuir otros riesgos (desde accidentes a enfermedades comunes en niños). 

Datos que preocupan

Hay tres datos que marcan que Mendoza está en la fase más compleja de la pandemia. La curva de contagios es casi vertical y explosiva, por un lado. Pero además la contagiosidad (el factor R) aumentó y una persona contagia a "1,7". Lo ideal es estar abajo de 1 y Mendoza había logrado mantenerse cerca. La duplicación de casos ocurre cada 13 días, pero con un detalle preocupante: ahora la base de casos es alta y por eso la duplicación impacta fuertemente. Como ya reveló MDZ, la cantidad de casos positivos relacionados con la cantidad de testeos también es elevada y ese indicador está muy alejado del ideal. 

El dato de los 9.649 casos positivos confirmados hasta ahora guarda varias conclusiones. Primero, que entre fines de agosto  y principios de septiembre el aumento de diagnósticos explotó, situación que representa los contagios de un par de semanas antes. Si se compara con años anteriores, con el coronavirus el pico de enfermedades respiratorias "se corrió" hacia la primavera. De hecho le enfermedad Covid-19 ya tiene una prevalencia enorme y va camino a igualar la cantidad de casos de todas las enfermedades tipo influenza (que en otros años son las más frecuentes) que se registran en un año sin pandemia. El distanciamiento y la suspensión de clases, entre otras cosas, hizo que no haya "presión" de otras patologías, como la bronquiolitis y la gripe.

Mendoza es una de las provincias más "osada" en cuanto a la estrategia para enfrentar la pandemia porque lo hizo con flexibilidad en la economía. Aún así, esperan que el impacto social sea enorme. Suarez tiene en la cabeza que 1 de cada dos mendocinos ya está bajo la línea de pobreza (por la caída de ingresos) y temen que se resquebraje el tejido social. Creen que no habrá un "efecto V" en la actividad (es decir un rebote como ocurrió en 2003), por lo que esperan un largo camino para que mejore la situación real. 

Por eso la intención del Gobernador es estirar lo más que pueda alguna decisión drástica. La presión interna para que haya más restricciones sube. Lo mencionan ya los jefes de los hospitales y algunos intendentes. Suarez ya tiene una cruzada personal: confía en que los mendocinos deben autocontrolarse para mejorar. 

Solo y espera

La suspensión de la visita del presidente Alberto Fernández sorprendió anoche. Más porque no hubo explicación clara. "Hay problemas de agenda. El lunes se va a reprogramar la visita", explicaron a MDZ desde Casa Rosada. El propio gobernador no tuvo alguna argumentación más profunda y surgen especulaciones. Desde problemas personales del Presidente, hasta temores por "desbordes sanitarios" en la Provincia a los que no quiere estar asociado. O, incluso, alguna decisión antipática que podría tomarse en los próximos días. 

El flete con las ayuda que Fernández prometió llegó antes. Son equipos cuya administración concentró la Nación y que reparte a demanda. Ahora que la crisis sanitaria es más aguda en Mendoza, "liberaron" los respiradores y otros equipos.

Más allá del oportunismo político o la búsqueda de "rédito" por la ayuda que pudiera buscar Fernández, la visita era esperada para tranquilizar el agite político y también para buscar certezas sobre dos temas que al Gobernador también le quitan tranquilidad. El ahogo financiero y el arbitraje sobre Portezuelo del Viento. Esos dos ejes y la pandemia se podían "juntar" en una visita a IMPSA, que tiene que ver con todo: la empresa que postula para construir la obra, pero además pidió auxilio a la Nación porque está en una crisis aguda, pero también "prestó" un sector de su planta industrial para montar un hospital Covid. 

Suarez no va a romper con la Nación. Por estilo y por necesidad. Desde Casa Rosada ajustan clavijas para que esa dependencia se potencie, pues no se ejecutan los acuerdos de palabra a los que habían llegado. Ahora Mendoza está en un situación sanitaria que, según los criterios originales determinados para la distribución de recursos de emergencia, debería detonar más ayuda. El Gobernador espera que eso ocurra, pero no tiene quien gestione ese camino. Sus aliados políticos (como Alfredo Cornejo) tienen intereses divergentes. Los referentes provinciales con llegada a "los Fernández"´tampoco se la hacen fácil y buscan hacerle pagar algún costo político por la estrategia elegida. Suarez está solo, lejos de los atriles y las sonrisas de campaña y debe tomar decisiones que no van a conformar. De eso se trata la ingrata tarea de gobernar. 

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