Golpe a Portezuelo: una decisión política que jaquea la economía local

El ministro del Interior Wado de Pedro ofició de anfitrión en una mesa servida con un objetivo político: cambiar las reglas de juego para que Mendoza ceda y complique Portezuelo del Viento, la obra que eligió la provincia para que la Nación pague su deuda y que en la coyuntura actual era el principal eje del plan de recuperación económica para la provincia. Las cuatro provincias restantes del Coirco votaron en contra de Mendoza y dieron vuelta una decisión institucional que parecía sellada. Lo que ocurrió hoy en Buenos Aires fue la legitimación de una decisión ya tomada y anunciada. 

La Pampa se opone a la realización de Portezuelo. Con su visión radicalizada no encontró eco en el resto de las provincias. Pero sí se abrió una veta con el cuestionamiento a los estudios de impacto ambiental. En particular al estudio regional que se incluyó como requisito en el laudo de Mauricio Macri. Allí está el argumento técnico que justifica una decisión política.

Para que se concrete fue clave el cambio de signo político en la Presidencia y en la Provincia de Buenos Aires. Mendoza ha realizado todos los estudios de impacto ambiental, incluido en regional. Pero las otras provincias lo cuestionan y exigen que se haga, además, una audiencia pública nacional. Eso se votó hoy en Buenos Aires y Suarez perdió 4 a 1. 

Ahora se invierte la carga y Mendoza esperará el arbitraje de Alberto Fernández con todas las de perder. El Presidente ya anticipó su postura a favor del enfoque de La Pampa e incluso va por más: que Portezuelo sea cogestionada, algo no previsto en el convenio original. 

El golpe para Mendoza es duro y genera dudas sobre la licitación que está en marcha. Es que está previsto que el 6 d julio se abran los sobres "A" del proceso para conocer qué empresas están interesadas y pueden calificar. No está claro si la decisión del Coirco puede tener algún efecto suspensivo sobre la licitación. En principio podría seguir porque la apertura de sobres es escalonada y termina cerca de fin de año. Pero cualquier decisión del comité de cuenca puede afectar a la obra. En paralelo, el proceso ya tenía problemas porque hay un solo oferente. 

Los tiempos no cuajan. El arbitraje de Alberto Fernández tiene un plazo perentorio que excede el cronograma de la licitación. Suarez, por su parte, adelantó que habrá una negociación política paralela con De Pedro como pivot. Pero la primera reunión será recién en 15 días. Si prospera la idea de hacer un nuevo estudio de impacto ambiental, entonces el desbarranque temporal es total: un análisis así demoraría meses. Allí se abona la principal teoría que tiene el gobernador Rodolfo Suarez acerca del  por qué del freno que la Nación le puso a Portezuelo. El Gobernador especula con que hay presión de empresas y otros sectores para que la licitación se postergue para que puedan participar. Es decir, "ganar tiempo".

En julio la Nación debe desembolsar otra cuota de la deuda. Ahora el dinero podría llegar, pero la obra igual seguir en pausa. 

El tema afecta a la economía local porque más allá de la trascendencia estratégica que puede tener Portezuelo hay una urgencia; una necesidad inmediata de que "haya algo". La obra es un hecho concreto para inyectar recursos en una economía que languidece. Suarez necesita poner en la calle los dólares que la Nación manda. Si se analizan el origen de esos fondos es aún más claro: la Nación debe pagarle a Mendoza 1023 millones de dólares por los perjuicios que provocó la promoción industrial a la provincia. Ese daño se reflejó en la quiebra de industrias, desempleo y falta de desarrollo. La Pampa curiosamente cobró los fondos que le correspondían por el mismo tema Mendoza aún espera.