Editorial

La discriminación porteña y el relato del Gobierno nacional

La pandemia ha generado cambios y actitudes diversas. Poder concentrado en los "ejecutivos", recorte a las libertades y también actitudes discriminatorias. La nueva "épica" que busca el relato del Gobierno nacional.

MDZ Política
MDZ Política sábado, 18 de abril de 2020 · 11:29 hs
La discriminación porteña y el relato del Gobierno nacional

La gravedad de la pandemia del Covid-19 sorprendió a todo el mundo, y se convirtió en muy poco tiempo en un problema severísimo para los sistemas de salud.

Una consecuencia inconveniente de la pandemia ha sido la concentración de poder en el Presidente y los gobernadores y el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El aislamiento obligatorio significó que los poderes legislativos y judiciales, salvo contadas excepciones y en forma muy parcial, dejaran de actuar como instituciones de la República.

Esa  ausencia, en principio obligada y luego acompañada por una falta de voluntad manifiesta de muchos senadores y diputados para encontrar una solución alternativa, y la imposibilidad de del sistema judicial de trabajar a distancia por la demora previa inadmisible en encarar la transformación digital, han incrementado la concentración de poder en los órganos ejecutivos. La carencia de voces alternativas, de propuestas e ideas diferentes y la inexistencia de control, han provocado también excesos en la limitación de libertades individuales, aumento de poder desmedido y dislates del poder administrador.

Uno de ellos es la medida de restricción de salida que acaba de implementar el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires para los mayores de 70 años. La resistencia a la medida discriminatoria fue evidente y provocó un paso atrás en las sanciones que preveía y el argumento básico de “los estamos cuidando, los queremos ayudar por ser los más vulnerables”. No hay duda que ese rango de edad es el sector más expuesto frente al coronavirus. Pero la medida era abusiva porque era prohibitiva de cualquier tipo de circulación, pero también era discriminatoria y peyorativa para todas las personas de 70 años en adelante.

Fueron considerados ab initio como irresponsables, ineptos y prácticamente incapaces de actuar con prudencia y tino en su cuidado personal y colectivo.

El cambio de lo dispuesto en primera instancia, por las numerosas, fundadas y lógicas protestas, dejaron en evidencia lo desatinado de lo resuelto por Rodríguez Larreta, que a su vez denota un aroma autoritario en su accionar y una desvalorización en la consideración de un grupo determinado de personas.

Es de lógica razonabilidad y de responsabilidad de las autoridades cuidar la salud de toda la población y más de los más vulnerables.

Ellos, los mayores de 70 años, deben autocuidarse más que nadie y proteger con su conducta responsable al colectivo social, pero sin ser considerados ineptos, inhábiles o incapaces de todo discernimiento. Las medidas deben aplicarse sin excesos, restricciones a las libertades y sin discriminación de ningún tipo.

La épica del avión de rescate

Por otro lado surgen a nivel nacional las versiones diferentes del "relato” que se incrementan en las dificultades actuales. Uno de los relatos que más ruido hizo por su fracaso fue el intento de repatriar a los compatriotas que quedaron varados en el exterior, inermes e inertes en muchos casos.

La Cancillería, y la inhabilidad de Felipe Solá, con resoluciones que no aplicó, y Aerolíneas Argentinas exaltando en forma estentórea, errada y apelando a la “línea aérea nacional” que va a hacer posible el retorno de  todos los compatriotas varados en el exterior, mientras paralizaba prácticamente todos sus vuelos, son ejemplo palpable del relato que choca con la realidad. Son miles los argentinos aún estacionados lejos de la patria, mientras el sonido del relato ya se apagó.

El último desatino relatista que estamos viviendo es la épica de los aviones que van a buscar elementos sanitarios a China. Simplemente un avión que despega, vuela y aterriza es presentado como una epopeya única y distintiva, que inclusive amerita la presencia de funcionarios como Axel Kicillof para recibirlo a su regreso. Relato de algo que debería ser una habitualidad y que ocurre con normalidad en todo el mundo, con transporte aéreo de todo lo necesario por todo el espacio aéreo.

La humillación de Rodríguez Larreta y el relato innecesario del ejecutivo nacional, es el resultado de desbordes de funcionarios abrumados por las circunstancias actuales o acostumbrados a decir cualquier cosa despreciando la inteligencia o comprensión de los ciudadanos.

Acompaña estos despropósitos el silencio estentóreo de los poderes legislativo y judicial.