Crisis política

Cornejo aplica el plan "trinchera" para afrontar la crisis política desatada por Macri

La reacción de Mauricio Macri tras la derrota electoral generó más problemas y distancia con sus aliados. En Mendoza buscan "refugiarse" en lo propio. Desde lo económico y social, preocupan las personas que están fuera del resguardo estatal. Desde lo político, temen que la crisis "se lleve puesto todo". 

martes, 13 de agosto de 2019 · 12:46 hs

El resultado electoral fue un cachetazo, aunque muchos en el oficialismo local lo esperaban. Pero más sorpresa causó la reacción de Mauricio Macri ante el resultado: negación, soberbia y hasta la sugerencia que la culpa de la incertidumbre económica generada tras las elecciones fue porque la "gente votó mal".  En ese escenario, en los gobiernos aliados a Macri ejecutan el "plan trinchera". Es decir, resguardarse en lo propio. 

En Mendoza ese es el plan. Desde el Gobierno aseguran que tienen redes para contener la crisis que puede generar la devaluación y sus posibles repercusiones en la inflación. Los empleados estatales están amparados con la cláusula gatillo que al menos les permite "empatar" la suba de precios generales. Pero quedan fuera de esa cobertura los mendocinos que trabajan en la actividad privada y, mucho más, quienes están en la informalidad o marginados. Lo saben, y aseguran que habrá un recálculo de los planes de emergencia si es necesario.

El Estado provincial tiene "ahorros", igual que la mayoría de los municipios de Mendoza. El problema es que las variables que pueden afectar a la vida cotidiana están lejos del alcance provincial. "Tenemos resguardo, pero no manejamos las variables nacionales", ilustran desde el Gobierno. Es decir, tienen paraguas para la lluvia, pero no sirven para frenar la lluvia de meteoritos.

Relación rota

El domingo Alfredo Cornejo habló con Marcos Peña. Fue casi una formalidad. Desde entonces no hubo contacto. El Gobernador viaja a Buenos Aires para una actividad extra política, aunque puede haber "algún llamado" con representantes del gobierno nacional. El alejamiento de Emilio Monzó del círculo íntimo, deja solo a Rogelio Frigerio y su equipo (como Sebastián García de Luca) como nexos con los más díscolos del oficialismo, entre ellos Cornejo. 

Si la relación antes era mala, ahora buscan cortarla. Mucho más tras escuchar la reacción de Macri y el mal manejo de la crisis. Ayer el Presidente agudizó todo lo malo que había hecho antes y, para colmo, las consecuencias sociales y económicas podrían ser peores. Si el Gobierno recibió un voto castigo por la mala gestión económica y la falta de sensibilidad social, ese escenario puede empeorar. 

En Mendoza hay dos elecciones el mes que viene y allí se define el futuro real de la provincia. Por eso el Gobierno se concentra en el escenario "hiperlocal". Entienden que si se agudiza la crisis "se puede llevar puesto todo". 

En ese contexto es cuando toma más valor para el oficialismo la decisión política de Cornejo de haber desdoblado las elecciones. Para el radicalismo hay buenos antecedentes. En 2003, tras la crisis generada por la caída del gobierno de la Alianza y el desastre económico y social que generó, Roberto Iglesias logró pasar el mando a otro gobernador radical. Que hubiera elecciones separadas fue clave: en mayo fue electo Néstor Kirchner (tras salir segundo) y en diciembre ganó Julio Cobos, que aún era opositor al Frente para la Victoria. En 2015 también hubo elecciones desdobladas, y volvió a ganar el radicalismo (aunque en un contexto totalmente distinto). 

El futuro de Juntos por el Cambio es incierto. Si se ratifican los números de las PASO, el Frente de Todos podría gobernar con un poder enorme. Hay un antecedente. En 2011 Cristina Fernández de Kircher sacó el mismo volumen de votos que Alberto en las PASO. En octubre de ese año Cristina fue reelecta con el 54% de los votos y consiguió un cómodo manejo del Congreso. 

Juntos por el Cambio podría pasar de ser oficialismo a primer partido de oposición; siempre y cuando esa alianza se mantenga. Si se mantiene la crisis política, además de tener mayoría, el kirchnerismo podría conseguir una oposición dispersa y sin poder.