Debate

Crisis hídrica y parate económico: los dos problemas que no cambian con o sin ley 7722

En los intentos de modificación de la ley 7722 aparecieron dos de los dramas de la realidad de Mendoza: falta agua y no se genera riqueza. Pero la norma es más un chivo expiatorio que un problema en sí. 

miércoles, 20 de noviembre de 2019 · 14:26 hs

Mendoza tiene dos problemas crónicos que se van a agudizar. Por un lado, una escasez de agua que se va a profundizar y que complica la producción del campo, la industria y hasta la disponibilidad para consumo humano. Y, por el otro, hace años que no genera riqueza, empleo de calidad y más producción.

Ambos temas volvieron a salir a flote como pancartas en medio del debate por la modificación de la ley 7722. Esa norma prohíbe el uso de sustancias tóxicas en la minería y sirvió de “tapón” para esa actividad desde que fue sancionada en 2007. Claro que antes la minería metalífera era apenas una promesa. Sí había algunos proyectos de exploración que luego se frenaron, pero no solo por la ley, sino por la ampliación de reservas naturales, falta de inversión y hasta litigios entre privados.

Los sectores productivos y el Gobierno aseguran que es necesario modificar esa ley para impulsar la minería y que esa actividad permitirá diversificar la matriz productiva de una provincia cuya economía está en decadencia. Los defensores de la ley aseguran que la 7722 ha permitido cuidar el agua y que modificarla implica un riesgo enorme para un recurso escaso y frágil.

Pues ambos pueden tener un poco de razón, pero también caen en un error importante. Ni la minería será una salida rápida al estancamiento productivo, ni la 7722 es la ley que salva el agua.

Problemas de fondo

Con la norma vigente, la escasez, mal uso y contaminación continuarán. Son la industria petrolera y el agro quienes más han impactado negativamente en el agua. En la contaminación de los acuíferos subterráneos y en el mal uso del agua superficial (con excesos de volúmenes por hectárea, entre otras cosas). Quienes defienden el agua, no deberían estar tranquilos solo con el blindaje a la 7722. Mendoza atraviesa el período de sequía más largo de su historia y el acceso es restringido y desigual: para los productores, para la industria y hasta para el consumo humano. El agua “vale más que el oro” para algunos, pero para otros es fuente de riqueza con poco costo (como para las embotelladoras).

En cuanto a la minería, lo saben los especialistas, se trata de una actividad que proyecta a largo plazo y de altísimo riesgo económico para las empresas. Es real que la minería puede generar una apertura a más trabajo, pero no hay magia ni shock. Es un proceso. En San Juan, por ejemplo, el desarrollo de la primera mina de oro de la "nueva era" llevó décadas de trabajo. Veladero se inauguró en 2005 y en en acto de inauguración estuvieron todos los gobernadores que intervinieron en el proceso. Desde Gómez Centurión y Leopoldo Bravo, hasta José Luis Gioja.

El proyecto de modificación que el Gobierno armó es más ambicioso que los borradores. En un primer momento se había pensado en quitarle el control legislativo a los procesos de exploración minera para permitir que avancen las inversiones en esa instancia y solo dejar el blindaje político para la explotación. El borrador va por todo e incluso elimina las sustancias prohibidas para hablar con eufemismos sobre el cuidado que hay que tener. Sí aparecen algunos puntos positivos: incluir en la ley el decreto 820 de control ambiental minero y la idea de genera un área específica de auditoría ambiental de actividades extractivas.

En el debate hubo menos pirotecnia que en años anteriores. Pero se mantuvieron las contradicciones, como lo ocurrido con el PJ. Ese partido hizo campaña, igual que Suarez, con la minería. Pero el tema quedó atrapado en el paquete de “condicionamientos” que parecen querer imponer en la relación con el nuevo gobierno.