Robarle a un rico tendrá una pena menor en el código penal
Robarle a una persona rica no será muy preocupante para los delincuentes, ya que tendrá una pena menor. Si luego de la redacción final –ya presentada- se aprueba la propuesta, del nuevo Código Penal se eliminarán dos figuras que, en opinión de los redactores, se usan para estigmatizar y perseguir a los más débiles: la reincidencia y la peligrosidad. La definición es sorprendente, si se considera además que esta doctrina se viene aplicando hace tiempo y explica que -por citar un caso- delincuentes como Juan Ernesto Cabeza haya podido cometer un nuevo asesinato –el de Tatiana Kolodziey, en Resistencia, en octubre de 2012- porque un juez le concedió el beneficio de la libertad condicional pese a que ya había cometido otros delitos de ese tipo. Es difícil ver una estigmatización en este caso; sí, en cambio, una de las causas de los altos niveles de inseguridad que se viven hoy en Argentina.
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Y éste es sólo uno de los muchísimos casos de crímenes aberrantes cometidos por delincuentes que, por su condición de reincidentes, deberían haber estado bajo regímenes de prisión efectiva y no gozando de distintas formas de libertad morigerada.
"Hay que dejar en claro que la reincidencia no es ninguna forma de estigmatización –dijo el abogado penalista Eduardo Gerome a Infobae- ya que no se registra a un individuo por una calidad personal sino por su conducta antisocial; dos cosas absolutamente distintas. Estamos ante una garantía que necesita la gente de la calle ya que ella debe ser merecedora de la atención prioritaria del legislador. Lamentablemente, este aspecto de la reforma va en contra de lo que siente y quiere la sociedad, en contra del justo sistema de premios y castigos que debe presidir la vida en relación".
En mayo de 2012, por decreto presidencial, se encomendó a un grupo de especialistas la elaboración de un nuevo Código Penal. La comisión quedó presidida por Raúl Zaffaroni e integrada por León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra, María Elena Barbagelata y Federico Pinedo. Además del sesgo mayoritariamente garantista de las personas convocadas, un objetivo loable, como el de devolver coherencia y unidad a un Código que fue perdiendo esos atributos al ritmo de diferentes reformas, se convierte en excusa para introducir cambios que modifican la concepción misma del derecho sobre el cual se asienta la ley penal hasta ahora.
El proyecto será presentado a Cristina Kirchner en febrero del año que viene para ser luego enviado al Congreso. Aunque el texto del anteproyecto no será dado a conocer hasta que esté en manos de la Presidente, los principales cambios que traerá se filtraron a un matutino el sábado pasado. Y, más interesante aún, también se conocieron algunos de los argumentos usados para fundamentar estas reformas.
Por ejemplo, se dice que el registro de reincidencia es usado para evitar la libertad condicional, como si no existieran casos en los que ésta puede legítimamente ser negada. ¿Acaso no han abundado en los últimos años los crímenes cometidos por delincuentes con antecedentes?
"La eliminación de la reincidencia –aplica Gerome- significa que cuando una persona es juzgada por un delito, los jueces no pueden tomar en cuenta si ya tuvo condenas anteriores por el mismo delito u otros y, en consecuencia, agravar su pena o determinar que ésta no pueda quedar en suspenso. Por ejemplo, si se está juzgando a un individuo por robo, el juez tiene que dar el mismo trato y la misma pena a quien delinque por primera vez que a quien pueda tener 4 ó 5 condenas anteriores".

