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La historia de cómo Cristina sedujo al gobernador puntano

Luego de un duro ataque público en los medios de Alberto Rodríguez Saá a Claudio Poggi, se presume que la presidenta estaría afianzado lazos con el jefe de estado sanluiseño. Esto es lo que se advierte desde San Luis. Una historia contada en clave de documento clasificado.
Las sonrisas entre ella y él. Fue cuando Cristina vistó a San Luis.
Las sonrisas entre ella y él. Fue cuando Cristina vistó a San Luis.

El siguiente es un informe llegado desde San Luis. Es un reflejo fidedigno de lo que ocurre en la vecina provincia dominada tradicionalmente por los hermanos Rodríguez Saá y cómo el poder político y económico ha ido mutando en ese territorio.

Colaboraron con esta crónica varios referentes sociales y políticos puntanos que prefirieron preservar las identidades por temor de alguna represalia. Bajo este clima de tensión política es que se desarrolla esta acción donde los actores principales son el actual gobernador Claudio Poggi, su antecesor Alberto Rodríguez Saá, un empresario de la construcción y por supuesto, la misma presidenta Cristina Fernández. 

La historia post Alberto

Un prestigioso matutino porteño, publicó una nota que sigue despejando dudas y rumores respecto al acercamiento de Cristina al gobernador puntano Claudio Poggi, quien estaría comenzando a tomar distancia de los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá; sus mentores y dueños del poder desde el retorno de la democracia en 1983 hasta el pasado 10 de diciembre. La versión que circuló a través del medio nacional, acrecenta las informaciones barajadas desde hace varios días por los canales de noticias digitales sanluiseños, pertenecientes a cronistas independientes como son  "Edición Abierta", "Periodistas en la Red" y "La Gaceta Digital" entre otros.

Es de público conocimiento, que durante el longevo perpetuado en el mandato puntano de los hermanos feudales, el matrimonio presidencial jamás desembarcó en tierras sanluiseñas, ya que siempre mantuvieron grandes e irreconciliables diferencias.

Claudio Poggi, es un carismático contador cordobés que desembarcó hace varios años en San Luis, consolidándose como uno de los hombres de suma confianza de los hermanos Rodríguez Saá, luego de ocupar varios cargos durante sus gestiones. Fue el gran vencedor en las últimas elecciones provinciales para la gobernación, con casi el 60 % de los votos, superando por un margen cercano a los 10 puntos a Alberto Rodríguez Saá, (su compañero de lista) quien aspiraba a la presidencia.

El lema de campaña de Compromiso Federal "un cambio y seguimos", hacía presuponer que el gobernador Poggi actuaría en sus funciones como un fiel jefe de gabinete de los hermanos Rodríguez Saá. Pero sorpresivamente a pocos meses de asumido, expulsa a las funcionarias Alicia Bañuelos y Graciela Corvalán, dos emblemáticas defensoras del régimen "saaista", medida que no habría caído bien a Alberto y Adolfo.

Contacto con La Rosada

Poco después, el joven primer mandatario puntano comenzó a mantener reuniones con distintos funcionarios nacionales, entre ellos Julio De Vido, con quien se sabe existe una amistad. El ministro de Planificación de la Nación habría sido el nexo con Cristina Fernández, quien comienza a invitar al gobernador sanluiseño a los actos en la casa Rosada. De esos encuentros, derivarían fluidos diálogos entre el pope puntano y la presidenta, que desembocaron en la primera visita de la máxima mandataria a San Luis.

Otro actor importante en esta movida es Mario Rovella, un empresario de la construcción reconocido por diversos trabajos realizados durante la gestión de Alberto Rodríguez Saá y la actual. Rovella habría abierto un doble juego con el estado nacional a través de la administración Poggi, que sería el desencadenante de la reinserción del gobierno sanluiseño en el Consejo Federal Vial, el cual los Rodríguez Saá abandonaron hace muchos años. Además,  la participación activa del constructor en negociaciones, habría desencadenado en una millonario desembolso en materia de obras públicas por parte de nación en la provincia, dejando fuera del alcance de los Rodríguez Saá el manejo de la alta inversión.

Reacción y contrareacción

Esta situación despertó el enojo de Alberto, quien sorprendió a todos realizando duras declaraciones en rechazo a la gestión de Poggi en el matutino puntano (propiedad de la familia Rodríguez Saá) y otros medios en rueda de prensa. El ex gobernador cargó duramente sobre su sucesor, a quien acusa de abandonar el modelo de estado imperante durante años en la provincia y  repudia el acercamiento a entidades, planes y políticas nacionales. Aseguró que San Luis va en retroceso, es inseguro y que Poggi debería reemplazar a funcionarios de su gabinete.

La respuesta al ataque albertista no se hizo esperar, aunque Poggi prefirió asentir afirmativamente, tomando las palabras del ex primer mandatario como una "crítica constructiva" evitando entrar en terreno de peleas y restándole mayor importancia. Asegurando que mantiene con los "hermanos feudales" una relación de "respeto", que seguirá conservando las recetas que dieron buenos resultados a la provincia y abrirá la puerta a
políticas nacionales que brinden un crecimiento a San Luis. Además, desmintió en la agencia de noticias del estado puntano los dichos del matutino porteño, afirmando pertenecer al bloque comandado por los Rodríguez Saá y que el hecho de negociar con el gobierno nacional no significa que vaya a abandonarlo.

Luego del cruce de palabras y a pesar de las desmentidas oficiales, sucumbió un fuerte rumor en los pasillos de Terrazas del Portezuelo (ostentosa sede del gobierno puntano), afirmando que Poggi habría recibido un llamado de Cristina brindándole respaldo. Además, se habla de un acercamiento entre el premier puntano y el senador nacional Daniel Pérsico, máximo referente del kirchnerismo sanluiseño. Esta conjunción habría derivado en búsqueda de conformar una nueva alianza de poder, ya que Pérsico, perteneciente a la "vieja guardia kirchnerista" sufrió un episodio de discordia que llevó a la separación de su bloque de la Cámpora y sectores minoritarios cristinistas del bloque. La pelea fue producto de que estas líneas afines a la intendencia puntana, intentaron arrebatarle sin éxito las delegaciones provinciales de Pami y Anses a los popes de peso nacional dentro del kirchnerismo sanluiseño.

El gran aliado

El artífice de este quiebre entre los hermanos Rodríguez Saá y Claudio Poggi es Mario Rovella, el empresario de la construcción, conocido por sus múltiples trabajos a los señores feudales, fue quien indujo al gobernador, luego de que este comenzara a entablar relaciones con ministros de la Nación, a buscar como canal conductor hacia la presidencia a Hugo De Vido. Aprovechando la amistad existente que data desde que Poggi y De Vido eran pares provinciales de Planificación. De este modo, Rovella, el jugador tapado en toda esta historia, abrió junto al gobernador nuevas vias de negociación con la presidencia, y un doble juego, quedándose con la obra provincial y nacional ejecutada en San Luis. Obtuvo obras por 12 millones de pesos y la consignación de todos los peajes de la ruta nacional 7 a lo largo de su extensión, razón por la cual, indujo a Poggi a negociar un reingreso en el Consejo Federal Vial, el cual los Rodríguez Saá abandonaron hace años. Se sabe que esperan otros 20 millones en obra pública provenientes de nación, lo que mantendría irritado a los hermanos.

El juego está abierto, y todo parece indicar que Poggi es el elegido de Cristina en la búsqueda por derribar los viejos vestigios del feudo puntano.